Krápula, el atún más gamberro de Madrid
Una decoración ecléctica y una cocina desenfada basada en materias de 1ª, donde el protagonista es el atún rojo de almadraba, componen la segunda apuesta del Grupo Zoko en la capital.
El restaurante Krápula quiere ser un proyecto de agitación que apuesta por la creación de conceptos disruptivos en los que es posible comer y beber bien en un ambiente divertido, libre, irreverente y rockero. La gastronómica calle Jorge Juan recibe así un local que rompe con la estética, la propuesta culinaria y el ticket medio de la zona para convertirse en una alternativa versátil, desenfadada y apta para todos los públicos y momentos.
El Grupo Zoko tiene sus orígenes en Zahara de los Atunes, en Cádiz, y de ahí su querencia por los mariscos y pescados del Atlántico. Entre ellos el atún rojo salvaje ejerce de hilo conductor de los restaurantes. Procede de las almadrabas de Zahara, Conil y Tarifa y se lo suministra Gadira, empresa que extrae el pescado de forma selectiva y sostenible y en rigurosa temporada y lo congela a -60oC para que mantenga su organolepsia durante todo el año. El resultado es una cocina que no se deja etiquetar.
En la carta de Krápula, renovada esta temporada con nuevas propuestas respecto a la oferta inaugural, destacan las croquetas de chicharrones de Cádiz con caviar de queso payoyo; el carpaccio de picaña –bautizado como falso jamón por la cantidad de grasa infiltrada, el sabor y el finísimo grosor que se consiguen con el corte–; el serranito de ventresca de atún –una versión del bocadillo sevillano–; el pad thai mediterráneo –trabajado como una carbonara–; el bombón de atún –plato ganador de una Ruta del Atún de Zahara de los Atunes–; los gambones al ajillo en tempura con oreja de árbol; las albóndigas de choco y langostinos; el flamenquín de vaca con cecina de León y la chuleta de vaca pinta madurada. Hay también una selección de arroces –sólo a mediodía– con opciones clásicas como el marinero o el arroz negro y especialidades «no inventadas» como el arroz atunero y el vegetal con queso payoyo.
Completan la propuesta una carta de vinos con 70 referencias de todos los precios, estilos y regiones del mundo y gran protagonismo del champagne y los vinos de Jerez; una excelente oferta de destilados con buena representación de whiskies y mezcales y una carta de originales cócteles elaborada por Luis Inchaurragavan, bartender del grupo. Entre ellos destacan el Krápula (mezcal, tequila infusionado con chile habanero, maraschino, Campari, Chartreuse, zumo de limón, miel y piña asada), el Bon Vivant (armagnac, albariño, sirope de pera y sidra) y el Pornstar Martini (vodka infusionado con vainilla, licor de fruta de la pasión y puré de maracuyá).
La decoración es sin duda otro de los elementos diferenciadores de este atípico restaurante en el que cada detalle ha sido concebido para ofrecer una experiencia hedonista que trasciende lo gastronómico. Lleva la firma del diseñador Diego Leandri y está inspirada en la psicodelia pop de los años 60 con elementos entre lo industrial, lo vanguardista y lo vintage. Cuenta además con el que es probablemente uno de los reservados más especiales de Madrid, en sensuales tonos rojos, con timbre para llamar al personal y con vistas a la cocina a través de un cristal que se torna opaco si se desea para mayor intimidad.
Krápula, c/ Jorge Juan, 27. Madrid. T: 91 240 38 51. Precio medio: 40 €