Cómo hacer el bizcocho perfecto: descubre todos sus secretos y trucos
Hoy voy a revelarte todo lo que tienes que tener en cuenta para convertirte en la reina de los pasteles
Seguramente más de una vez te has preguntado cómo hacer el bizcocho perfecto. Ese que se mantiene pomposo, esponjoso, tierno, húmedo y que apetece comerlo nada más sacarlo del horno, ¿verdad? Pues bien, hoy voy a contarte todos mis trucos
Sigue la receta
Aunque sea obvio, lo cierto es que saltarte una indicación de la receta por pequeña que sea puede ser la causa del desastre total. Ya sea el orden de preparación, los tiempos, utensilios, la forma de batir, el cambio de un ingrediente por otro, o, sencillamente no prestar atención a los pasos, hará que todo tu tiempo empleado no sirva para nada y te quedes con ganas de disfrutar lo que tan ricamente huele.
Qué necesitas para hacer bizcocho básico
A estas alturas todos sabemos que los ingredientes de un bizcocho básico son sencillos y los solemos tener en casa. Por lo que cualquier día y cualquier momento, es perfecto para hornearlo.
Huevos, siempre a temperatura ambiente
Los huevos son el ingrediente causante de que tu bizcocho esté esponjoso y aireado. ¿El secreto? que han de estar a temperatura ambiente para que sea más fácil batir. Si se te olvida sacarlos del frigorífico puedes sumergirlos un minuto en agua tibia.
Procura que sean de gallinas criadas en libertad y presta especial atención a su fecha de consumo preferente, sobre todo ahora con la subida de las temperaturas
Harina
La de trigo es la que más se utiliza, aunque mi recomendación es que gires la mirada hacia la harina integral. Es más absorbente que la harina blanca, por lo que necesitarás mas líquido. Así que hay que prestar atención a las cantidades que indica la receta. Además, has de tener en cuenta es que si usas la versión integral es aconsejable dejar reposar la masa al menos diez minutos antes de hornear para que esta se hidrate.
Levadura
Sin duda es la red de seguridad de un buen bizcocho, la ayuda extra que todos necesitamos para hacer que nuestro pastel crezca uniformemente y se vea hermoso.
La levadura necesita 3 cosas para hacer bien su función: humedad, que se la proporciona la leche y los huevos. Comida, que en este caso es el azúcar y las temperaturas cálidas.
Azúcar
La más común en los bizcochos es la blanca. Pero al igual que con la harina, seleccionar su versión integral o usar panela va a convertirse en una opción más rica. Además, la panela tiene un suave sabor a caramelo y es mas saludable, ya que simplemente es el jugo de la caña de azúcar sin ningún tipo de proceso químico ni refinamiento.
Leche o yogur
La acidez tanto de la leche como del yogur tiene tres funciones a la hora de integrarla en la masa. Primero, ayuda a activar la levadura, lo que da como resultado un bizcocho mas suave y ligero. Segundo, hidrata los ingredientes secos haciendo que tengan mejor sabor, y tercero, obtenemos una masa más ligera.
Grasa: aceite de oliva o mantequilla
Los bizcochos a los que se les incorpora como grasa el aceite de oliva, tienden a hornearse más alto. Se consigue una miga más uniforme y se mantienen más húmedos y tiernos por mucho mas tiempo que los que se hacen con mantequilla. Eso sí, selecciona una variedad de sabor suave.
Extracto de vainilla
Cada vez tenemos más incorporado este ingrediente en la repostería. Sea cual sea tu versión de bizcocho una cucharadita de extracto de vainilla aportará a tus bizcochos un aroma absolutamente delicioso. Eso sí, mi consejo es que cuando la compres te inclines por versiones ecológicas y puras. No malgastes tu dinero en pastas o esencias de vainilla de venta en grandes superficies ya que la mayoría contienen gran cantidad de ingredientes artificiales.
Trucos para un bizcocho perfecto
Batir los huevos y el azúcar. Este paso es de los más importantes y se ha de hacer sin prisa y con mucho mimo. A los huevos no les gusta el plástico, por lo que usar un recipiente de vidrio o de metal para batir es asegurarte un buen resultado.
El aire que se crea durante este paso es clave para obtener una miga agradable, suave y esponjosa. Puedes utilizar unas varillas eléctricas o manuales, en cuyo caso necesitarás más tiempo. Sabrás que están listos cuando observes que al menos han triplicado su tamaño, han cambiado su color a un vainilla suave y su textura es similar a una cremita.
Tamiza los ingredientes secos. De esta manera te aseguras el peso exacto de la harina, ya que una taza de harina tamizada pesa menos que una taza de harina sin tamizar. Además, cuando se tamiza la harina, se le agrega aire, aligerando, eliminando los grumos y aumentando el volumen. Si no tienes tamiz puedes usar un colador de malla fina.
Eso sí, presta atención a las indicaciones de la receta porque algunas de ellas especifican el tamizado después de haber pesado la harina.
Mezcla de ingredientes secos y húmedos. ¡No mezcles demasiado! Personalmente me gusta agregar los ingredientes secos a los húmedos. Este paso se ha de hacer poco a poco con una espátula de silicona y con movimientos suaves y envolventes de abajo hacia arriba, a la vez que con la otra mano vamos girando el recipiente. Termina de mezclar cuando veas que no queda polvo de harina.
Engrasa el molde. La mejor manera de asegurar que tu bizcocho no se va a pegar es engrasar el molde con mantequilla en la base y paredes, añadir harina en el interior y hacerlo girar para que se extienda uniformemente. Después voltea para que eliminar el exceso de harina y listo. Si aún así tu recipiente es muy viejito prueba a engrasarlo y a cubrirlo después con papel vegetal.
Horneado. Siempre se ha de precalentar el horno al menos 5-7 minutos antes de introducir el bizcocho. La temperatura normalmente es de 180º y el tiempo dependerá del tipo de receta. No abras la puerta del horno antes de tiempo. Una corriente de aire puede hacer que el producto horneado se caiga.
Como saber que tu bizcocho está listo. El método más común es pincharlo con un palito de brocheta, si este sale seco estará perfecto y si sale con algo de masa pegada necesitará algún minuto mas. De todos modos, cuando observes que los lados se encogen ligeramente hacia atrás y toda la superficie tiene un uniforme y bonito color dorado, es otro indicativo de que ya está horneado.
Deja enfriar antes de desmoldar. Para que tu bizcocho no se rompa lo mejor es que lo desmoldes cuando ya esté frío.
Siguiendo estas sencillas indicaciones verás que a partir de ahora hornear bizcochos se va a convertir en uno de tus momentos más satisfactorios. Y para empezar a practicar aquí tienes algunas de nuestras mejores recetas:
Red velvet o bizcocho de terciopelo rojo