13 frutas raras, raras, raras, que también podemos encontrar en España
Los españoles tenemos la suerte de contar con un montón de frutas que producimos y consumimos, pero probablemente, estas que te contamos no las conozcas.
Aunque cada vez es más frecuente encontrar en las fruterías y grandes superficies frutas exóticas, muchas de ellas producidas incluso en nuestro país, hay muchas otras que siguen siendo absolutamente desconocidas en los mercados de nuestro país. Si ya conoces, o al menos te suenan, el mango, la papaya, la guayaba, el maracuyá, la pitahaya, el mangostán, el zapote, o la carambola, te retamos a que reconozcas estas otras 13 frutas.
1 AKÍ (Blighia sapida)
El akí, también conocido como ackee, akee, o aká, es la fruta nacional de Jamaica, aunque es originario del oeste de África, y puede cultivarse en cualquier país con clima tropical. Cuando aún no ha madurado del todo tiene forma de pera, pero adquiriendo un tono rojo y “abriéndose”, dejando al descubierto su pulpa y sus 3 grandes semillas negras. Precisamente, es muy importante saber que el fruto sólo debe ser consumido cuando está completamente maduro, porque, de otra forma es muy tóxico y puede llegar a causar la muerte (Estados Unidos tiene prohibida su importación por este motivo). En los lugares en donde sí se consume, se limpia con cuidado y se hierve para neutralizar la toxina. Su textura es cremosa y su sabor puede recordar al de los huevos revueltos, por lo que se utiliza para cocinar platos salados, normalmente de pescado.
2 JABUTICABA (Plinia cauliflora)
La jabuticaba, o guapurú, es una fruta nativa de Sudamérica (concretamente de la zona de Brasil, Argentina, Bolivia y Paraguay). Lo más llamativo es la manera en la que crece, ya que da la impresión de que estas grandes bayas nacen pegadas al tronco del árbol que las produce. Es redonda, de color morado muy oscuro, y su pulpa es blanca y jugosa, y de un agradable sabor agridulce, similar a la uva, pero tiene el inconveniente de ser muy perecedera y fermentar con facilidad. Se consume tanto en fresco, como en forma de refrescos o mermeladas.
3 HALA (Pandanus tectorius)
La fruta del Hala Aka Puhala, cuyo aspecto exterior puede recordar ligeramente a una piña (de pino), se consume casi exclusivamente en algunas islas del Pacífico. En realidad, cada una está compuesta por decenas de una especie de púas que están compuestas por un interior de pulpa dulce y un exterior tan fibroso que los nativos las utilizan como hilo dental. Aunque se puede consumir fresco (así tiene un sabor similar al de una mezcla de jugo de caña de azúcar y mango), fermenta con mucha facilidad, desprendiendo un aroma muy desagradable, por lo que se suele cocer para elaborar una especie de pasta que se conserva sin problemas durante meses.
4 POMARROSA (Syzygium jambos)
Esta especie de pera de color rosa, cuyo interior esconde una gran semilla oscura es originaria del sudeste asiático, aunque su cultivo se extendió a la América tropical y a las Antillas. Una de sus mayores particularidades es su aroma a rosas, y, aunque es bastante dulce y está bueno en fresco, su carne es muy rica en pectina, por lo que se suele utilizar para elaborar mermeladas y compotas.
5 SALAK (Salacca zalacca)
También llamada “fruta serpiente”, por el aspecto de su piel, que recuerda al de una culebra, el salak es producido por una especie de palmera. Su pulpa es de color amarillo y de textura crujiente, y tiene un sabor que puede recordar a otras frutas tropicales, como la piña, aunque con toques ligeramente amargos. En Malasia se suele utilizar para rellenar una especie de empanadillas dulces, y en Tailandia se añade a algunos tipos de curry.
6 GUAMA (Inga edulis)
Guama, guaba, mandraque, cajiniquil, jinicuil… son muchos los nombres que recibe el fruto de un árbol originario de la zona tropical de América y de la familia de las leguminosas. Se trata de una vaina gruesa que encierra unas grandes semillas. La pulpa que rodea la semilla es dulce, y con un delicioso sabor a vainilla. Se consume tanto fresca, como en zumos, y a veces también asadas.
7 YACA (Artocarpus heterophyllus)
La yaca o “jackfruit”, es el fruto de un árbol originario de Indonesia, pero que en la actualidad se encuentra en muchos países asiáticos. Tiene un tamaño considerable, ya que puede llegar a los 40 kgs de peso (aunque lo normal es que no llegue a los 20), y sus usos varían considerablemente, dependiendo del grado de maduración. Cuando está madura, la carne de la yaca, de color naranja, tiene un sabor que recuerda al de otras frutas tropicales como el mango, el plátano, el melón, la papaya, la piña, o la chirimoya. De hecho, hay quien se refiere a ella como “la fruta de los 7 sabores”, o la fruta con el sabor de todas las frutas. Sin embargo, cuando aún no ha madurado, su pulpa, más insípida, puede cocinarse casi como si fuera una verdura, adquiriendo además el aspecto de hebras (como una especie de pollo o cerdo “deshilachado”). Aunque es difícil encontrarlo fresco en España, se comercializa en conserva.
8 DURIÁN (Durio zibethinus)
Esta fruta, muy popular en países como Tailandia, Indonesia, Malasia y especialmente en Singapur donde es la fruta nacional, es sobre todo conocida, y reconocida, por el intenso olor dulzón que desprende, y que para algunas personas puede recordar al de las cebollas podridas y resultar repulsivo. Tan penetrante es, que, en algunos hoteles y transportes públicos, como en el metro de Singapur, está prohibido entrar con un durián. Sin embargo, su sabor es todo lo contrario. Aunque se puede tomar en distintos grados de maduración, cuando está en sazón, el sabor es similar al de un flan aromatizado con almendra, como lo describió el naturalista británico Alfred Russel Wallace. En cuanto a su aspecto exterior, es un fruto grande, de unos 2 kg de peso, y es de color verde, que se torna pardo al ir madurando. Su pulpa es amarillenta. Se consume tanto en fresco, como en conserva.
9 KIWANO (Cucumis metuliferus)
También conocido como “melón africano”, o “melón con cuernos”, esta fruta, de la familia de las cucurbitáceas (y, por tanto, efectivamente pariente del melón, y también del pepino), es originaria de África, aunque se cultiva en otras zonas de Sudamérica, Nueva Zelanda e incluso en España (concretamente en la Axarquía). El exterior es anaranjado con una especie de espinas, mientras que el interior es de un color verde intenso y con unas semillas parecidas a las del pepino. Su sabor podría definirse como una mezcla entre plátano y kiwi, aunque en los países en donde es una fruta corriente, también se toma en ensalada. Tiene la ventaja de mantenerse en buenas condiciones a temperatura ambiente durante muchas semanas.
10 LONGÁN
Esta curiosa fruta, prácticamente desconocida en España hasta hace unos años, también ha empezado a cultivarse recientemente en la Axarquía, y ahora se puede encontrar con relativa facilidad en tiendas de productos asiáticos (en donde tienen productos frescos). Son una especie de esferas del tamaño de una nuez, con una cáscara no demasiado dura, pero rígida, que encierra una pulpa traslúcida con un sabor que se encuentra a caballo entre la uva y la pera. También es conocida como “ojo de dragón”, por la semilla negra que se encuentra en el centro, y que recuerda a un iris. Es rica en vitaminas A y C.
11 JOBO INDIO (Spondias dulcis)
El jobo indio, también llamado ambarella, ciruela del Pacífico, o manzana de oro, entre otros nombres, es un fruto que surgió en la Polinesia y que se extendió por varias regiones de América, Asia y África. Es de la familia del mango y, de hecho, se parece bastante, aunque el jobo es algo más pequeño y de color amarillo al madurar. Es muy aromático y su sabor es dulce y algo ácido. Se consume especialmente en zumos, porque, a pesar de tener un delicioso sabor, es bastante fibrosa.
12 GUANÁBANA (Annona muricata)
Para describir esta fruta, que también se conoce como “graviola”, lo más fácil es imaginarse una gran chirimoya (su peso medio es de unos 3 kg), pero llena de una especie de pinchos (muricata significa “erizada” en latín). La planta es originaria de Centroamérica, concretamente de lo que ahora es México, en donde en la época prehispánica era conocida como “ilamatzapotl”, aunque su nombre más común, guanábana, procede del vocablo taíno (de Haití) “wanabán”. Su sabor y textura es muy parecida a la de la chirimoya y se consume de manera igualmente similar, aunque en los países en los que se cultiva, también es muy habitual usar esta fruta no sólo para comer directamente, sino para elaborar batidos, helados, cremas y postres.
13 FINGER LIME (Citrus australasica)
Terminamos con un curioso cítrico conocido como “finger lime”. Su aspecto exterior, en cuanto a tamaño y color, podría parecer un pepinillo, aunque con la característica cáscara rugosa de los cítricos. La sorpresa está en el interior, ya que las “bolsitas”, o vesículas de zumo, que en las naranjas, limones o mandarinas están en el interior de los gajos, aquí aparecen como una especie de bolitas similares a las huevas de pescado (de ahí su sobrenombre de “caviar cítrico”). Hay distintas variedades, desde los finger limes de pulpa verde claro, con un gusto similar a la lima, a otros rojizos, que se asemejan más a los sabores que ofrece el pomelo. En los últimos años, se ha comenzado a cultivar en el Levante español, aunque casi todos los frutos se distribuyen a restaurantes gastronómicos.