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España en 13 caramelos

Existen muchos dulces artesanos que, además de consumirse en sus lugares de origen, se han convertido en preciados “souvenirs” para los turistas

España en 13 caramelos

Publicado por
Begoña Tormo

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En nuestro país se siguen elaborando y consumiendo caramelos. Es cierto que el azúcar ha adquirido muy mala fama en los últimos años, y que muchos productos tienen ya su versión “light”, en la que este elemento se ha sustituido por edulcorantes, pero, como decimos, los caramelos se siguen comprando, no sólo para darnos un capricho (durante la pandemia aumentó su consumo como una forma de consuelo), sino para hacer un regalo, o, simplemente para llevarnos un recuerdo de los pueblos y ciudades que visitamos. Repasamos 13 caramelos que dibujan un “dulce” mapa de España.

1 ADOQUINES (ZARAGOZA)

Es uno de los recuerdos más típicos de Zaragoza. Estos conocidísimos caramelos nacieron en una pequeña confitería Calatayud en el año 1928. Su creador, Manuel Caro se inspiró en los adoquines de las calles cercanas a la Basílica del Pilar para fabricar el caramelo más grande del mercado, que también se popularizó por llevar impresas en sus envoltorios, divertidas coplillas populares. En la actualidad, la empresa Caro sigue elaborando los tradicionales adoquines de 25 g (con la imagen de la Virgen del Pilar), de fresa, naranja, limón y anís, e incluso una versión mayor, de 200 g por pieza, y otra más pequeña, del tamaño de caramelos convencionales, aunque ha orientado su producción especialmente a productos de chocolate, como las frutas de Aragón, las cerezas al marrasquino, las delicias de naranja, y los guirlachicos (bombones de guirlache).

2 VIOLETAS (MADRID)

Si hay un dulce emblemático de Madrid, ese es el caramelo de violeta (homenaje a las conocidas violeteras que vendían flores por la calle). Este puede encontrarse en varios establecimientos de la capital, pero los más tradicionales para adquirirlos son La Pajarita (la bombonería más antigua de la ciudad, y en donde empezaron a elaborarse en el año 1852), y La Violeta. De este último, se dice que fueron clientes Jacinto Benavente, o la reina Victoria Eugenia, y, además de los caramelos, ofrece violetas naturales escarchadas

3 RONCHITOS (LEÓN)

La historia de este caramelo arranca en plena posguerra española. Evidentemente, la escasez de azúcar (y de muchos otros productos básicos que se racionaban) dificultaba mucho la elaboración de golosinas, pero los fundadores de Caramelos Santos estaban decididos a inventar un dulce que se convirtiera en el más típico de León. Para suplir la falta de azúcar, se utilizaron frutos secos y, con el tiempo, se acabó añadiendo también cacao. Aunque fuera de su ciudad de origen no son tan conocidos, en León son una auténtica institución y varias generaciones recuerdan aún su famoso eslogan: “Rico, rico. Caramelo Ronchito” (su nombre deriva de la palabra “ronchar”, que significa hacer ruido al comer algún alimento quebradizo, como es el caso de los caramelos.

4 CARAMELOS CON PIÑONES (TAFALLA, NAVARRA)

La fórmula de añadir frutos secos a un azúcar fundido es, en realidad, común a varios caramelos de España, pero, si hablamos de piñones, los más conocidos son, sin duda, los elaborados en Navarra, por El Caserío de Tafalla. Esta empresa fue fundada por el maestro caramelero Jesús Ramírez en los años 40 del siglo pasado, y aún sigue siendo un referente en la ciudad (aunque en 2007 la fábrica se trasladó del centro hasta el polígono industrial de la localidad). Actualmente, además de sus míticos caramelos con piñones (con o sin azúcar) El Caserío elabora otras variedades dulces, como los caramelos de distintas cremas (pistacho, almendra, café con leche y vainilla), los toffers (de naranja amarga, menta y regaliz, chocolate o fresa silvestre), o las clásicas pastillas de café con leche.

5 PASTILLAS DE CAFÉ CON LECHE (LOGROÑO, LA RIOJA)

Pero, si hablamos de pastillas de café con leche, la referencia en nuestro país es, sin duda, las que empezó a elaborar en Logroño hacia 1830, Antonina Ruíz-Olalde, más conocida como “viuda de Solano”, después del fallecimiento de su marido, Celestino Solano. Lo que no mucha gente sabe es que la leche con la que se elaboraban estos caramelos por entonces, era de burra, ya que se le atribuían propiedades curativas para afecciones respiratorias. El éxito de este invento hizo que pronto le salieran un buen número de imitadores (en 1929 había en Logroño más de 30 fabricantes de pastillas de café con leche). Hoy en día, la legendaria marca pertenece a la multinacional norteamericana Wrigley (fabricante, entre otros productos de los chicles Orbit, los M&M´s, o los populares Sugus), que elabora una versión dura de estos caramelos bajo el nombre “Solano”, con o y sin azúcar. También ofrecen otros sabores como fresa y nata, mousse de limón, café expresso, o capuccino. Si lo que queremos es la clásica pastilla de café con leche tipo “toffe” (de las que se llevan los empastes), podemos optar por otra marca riojana con mucha historia: El Avión, que también tiene en su catálogo otras especialidades como el toffe de nata, o el de moka.

6 PIROPOS (BELLPUIG, LLEIDA)

La historia de Pifarré comienza a principios del siglo XX, cuando un joven llamado Baldomero Pifarré pone en marcha un pequeño obrador en su pueblo, en el que elabora membrillo, turrones, confituras y caramelos, pero su primer gran éxito llega en 1926, con la creación de los “piropos”, unos caramelos con base de guirlache, en cuyo envoltorio se incluía siempre un piropo. Desde entonces, la empresa ha evolucionado y ampliado enormemente su catálogo, con algunas referencias conocidísimas, como los rocks de naranja y limón, o las piedras de río (elaboran incluso caramelos funcionales con polifenoles naturales y vitamina C), pero no han abandonado ese “piropo” que tantas alegrías y fama les dieron y, aún permanece siendo una empresa familiar, dirigida ahora por la 4ª generación.

7 SANTIAGUITOS (BILBAO)

Los llamados “santiaguitos” son, en realidad, caramelos de malvavisco, pero, con seguridad, los caramelos de malvavisco con más historia de todos los que se elaboran (o se han elaborado) en nuestro país. Habría que empezar explicando que el malvavisco es una planta medicinal que se ha utilizado tradicionalmente para aliviar los problemas de garganta y que, aunque ahora nos suene a algo exótico, era un sabor muy popular en muchas pequeñas dulcerías, especialmente del País Vasco. En cuanto a la confitería Santiaguito, fue fundada finales del siglo XVIII por Santiago Ignacio de Olavide y Cortabarría, conocido como “Santiaguito” por su escasa estatura, aunque se hicieron especialmente famosos gracias a una de sus nietas: Florencia Lezana de González, cuyo nombre perdura aún en los envoltorios de estos dulces.

8 NARANJAS Y LIMONES (GIRONA)

Fueron unos de los caramelos más deseados por los niños de los años 70 y 80, cuando eran elaborados por Mauri, una empresa familiar fundada en Barcelona en el año 1903 que, años después, fue absorbida por chocolates LaCasa y más tarde por Gerió. Afortunadamente, esta última, a pesar de ser una gran empresa que exporta a más de 20 países, sigue siendo un negocio familiar (3ª generación), que mantiene el espíritu artesanal de cuando fue fundada en 1939 por un pequeño grupo de pasteleros gerundenses. Además de las naranjas y limones (su nombre real es “super gajos”), elabora muchos otros caramelos muy conocidos, como los rellenos de fruta (de naranja, limón, fresa, melocotón, cereza, mango, melón y mora), los rellenos de miel, o los míticos “Cuba Libre”.

9 CARAMELOS DE BELLOTA (ALMENDRALEJO, BADAJOZ)

Los caramelos de bellota (igual que los de higo y los de malvavisco) forman parte de la infancia de muchos extremeños, gracias a la fábrica El Triunfo, de Almendralejo. De hecho, en esta localidad existe una tradición, que se remonta a 1870 (año en el que se fundó otra fábrica de dulces llamada “Caramelos Velasco”), en la que los hombres regalaban a sus novias (o mujeres, o incluso madres) caramelos, el día de Jueves Santo, que allí era conocido también como el “día de los caramelos”. Tanto Velasco, como El Triunfo, llegaron a ser proveedores de la Casa Real, y los caramelos de esta última siguen siendo los preferidos de muchos nostálgicos y grandes golosos (son sensiblemente más grandes que la media).

10 PICTOLÍN (TORREJÓN DE ARDOZ, MADRID)

No todos los caramelos están destinados al público infantil. Un ejemplo de ello son los caramelos balsámicos, como los famosos “pictolines” de eucalipto, nacidos en 1952, que muchos adultos llevaban en los bolsillos para calmar un ataque de tos, o para tener un aliento fresco. Desde el año 2000, la empresa Intervan, radicada en el municipio madrileño de Torrejón de Ardoz, es quien sigue fabricando estos populares caramelos, que pueden encontrarse en distintos sabores, tanto balsámicos (regaliz, anís, miel y limón…), como de otras gamas (chocolate y nata, dulce de leche, cereza y nata…). Por supuesto, casi todos tienen su versión sin azúcar.

11 CARAMELOS DE MIEL (BARCELONA)

La verdad es que existen multitud de caramelos de miel artesanos elaborados en toda España, pero hemos elegido los que salen del obrador de La Dolceria de La Colmena, por varios motivos. Para empezar, porque su fabricación sigue siendo, totalmente artesana. Porque siguen envolviéndose a mano y porque su aspecto sigue siendo prácticamente idéntico a los que empezaron a hacer en 1849. Además de miel, los tienen de: eucalipto, vainilla, grosella, granada, limón, naranja, fresa, menta, piña, anís, café, tomillo, hinojo, romero, malvavisco, pino y lavanda. 18 sabores que pueden comprarse por separado o en latas y cajas surtidas.

12 VAMPIROS (CHICLANA DE LA FRONTERA, CÁDIZ)

Es uno de los caramelos más imitados, pero el original fue inventado por Caramelos El Turco en 1942. ¿Su secreto? Su intenso sabor a fresa y su color rojo, logrado con colorante natural, pero que “tiñe” la boca de rojo, dando a quien lo come un aspecto vampírico. En la actualidad, la empresa propietaria de la marca, Dulcería 17, comercializa también otros caramelos de esa gama (minis, rellenos, piruletas, chupas…), pero el primero, el de 3,5 g, sigue siendo el preferido de muchos.

13 CHUPA CHUPS (BARCELONA)

Parece mentira que, hasta 1958 no se le ocurriera a nadie poner un palo a un caramelo, pero esa idea tan simple, y a la vez genial, de Enric Bernat, fue el origen de un producto que está presente en más de 160 países. Poca gente lo recuerda, pero durante sus primeros años de historia, se llamó “gol”, y se hacía artesanalmente. En la actualidad, Chupa Chups pertenece al grupo italiano Perfetti-Van Melle, que fabrica millones de unidades al año, pero merece un hueco en esta lista por ser, probablemente el caramelo de origen español más internacional de todos cuantos existen.