Cerrar

19 cosas que tiras a la basura que puedes comer y están realmente buenas

Aunque parezca mentira, la mayor parte de lo que tiramos se puede aprovechar, cocinar, comer... y disfrutar

19 cosas que tiras a la basura que puedes comer y están realmente buenas

Publicado por
Marga García @gastroamantes

Creado:

Actualizado:

Muchos de los restos de alimentos que desperdiciamos creemos que no tienen ninguna utilidad en la cocina, ni en nuestra dieta. Pero… si te digo que la mayor parte de lo que tiramos se puede aprovechar, cocinar, comer, y que además está realmente rico, ¿qué me dirías? Seguramente, al principio seas escéptico, pero sigue leyendo y súmate al movimiento ¡stop desperdicio!

Estos 19 alimentos que tiras se pueden comer

1) Pieles de patata, boniato, batata, remolacha

Una vez pruebes este crujiente snack nunca más volverás a tirarlo a la basura. Lava muy bien las pieles de la patata, boniato, batata o remolacha, seca con un paño, humedece todas ellas con aceite de oliva, un poco de sal y extiéndelas en una fuente. Introduce en el horno precalentado a 180º durante 20 minutos o hasta que estén doradas y crujientes.

2) Pan

Es sin duda uno de los alimentos que más desperdiciamos. El año pasado en España se fueron a la basura más de 50 millones de kilos de pan.

Una manera de evitarlo es hacer picatostes para sopas y cremas, molerlo para empanar, preparar una sopa castellana, desayunar unas tostadas francesas (corta el pan en rebanadas, sumérgelo en leche con un huevo batido y un poco de canela. Pásalo por la plancha previamente engrasada con mantequilla y listo) o hacer sopa de leche como hacían nuestras abuelas que ponían a calentar leche con pan y cuando rompía a hervir añadían miel, canela o cacao.

3) Cebolla

La podemos añadir entera muy bien lavada a los caldos y luego pelarla. En la piel, hay un alto contenido de quercetina, un fitonutriente que combate la inflamación, reduce la presión arterial y nos ayuda a mantener un corazón sano.

4) Tallo de brócoli o coliflor

Se come siempre, por favor ¡no lo tires!: ya sea salteado, incluido en las cremas o purés y en ensalada. Su sabor es herbáceo y tierno al cortarlo en bastones.

5) Los bigotes del puerro

Se les da una ducha de agua fría para retirar la tierra, se secan y se fríen en aceite de oliva. Son un delicioso, crujiente y original snack.

6) Tallos de cilantro

Normalmente cuando compramos cilantro solo hacemos uso de las hojas. A partir de ahora prueba a utilizar los tallos tal y como lo haces con el cilantro normal y verás que su sabor es mucho más potente.

7) Piel de pepino

No hay ninguna razón para pelar el pepino ya que es en su piel donde se concentra la mayor parte de vitamina K, que nos ayuda a mantener unos huesos fuertes. Solo asegúrate de lavarlo muy bien y úsalo entero.

8) Cortezas de parmesano y restos secos de queso

Se rallan o añaden enteros para dar sabor a sopas, guisos, caldos e incluso a las salsas destinadas a pasta.

9) Plátanos demasiado maduros

En vez de a la basura, al congelador para tu próxima receta de pan de plátano, helado de plátano o smoothies de verano.

10) Semillas de calabaza

Cada vez que compramos calabaza las hebras y las semillas van a la basura. Prueba a extenderlas en una fuente y hornearlas con sal y pimentón hasta que estén crujientes. Las puedes conservar en un bote de cristal y comerlas siempre que quieras.

11) Corazones de manzana o de pera

Con ellos se puede hacer deliciosos licores. (Coloca 6 corazones de manzana en un bote esterilizado y vierte brandy o vodka hasta cubrir. Deja que repose durante al menos 2 semanas. Pasado el tiempo desecha los corazones) Puedes usar este mismo proceso con la parte central de las peras.

12) Cascara de granada

Lávala a conciencia y ponla a hervir en agua, obtendrás una deliciosa infusión de granada, rica en antioxidantes y nutrientes.

13) Piel de piña

Al igual que la cáscara de la granada, corta toda la piel de la piña, retira también su núcleo y ponlo todo junto a hervir durante 30 minutos en agua. Deja enfriar y sirve con hielo. Es tan delicioso que no necesita azúcar.

14) Semillas papaya

Otra semilla que tiramos cometiendo un enorme error ya que son altamente nutritivas. Tiene un ligero sabor amargo y picante muy similar a la pimienta. Una vez limpias tuéstalas en el horno o la sartén e incorpora a tus ensaladas, carnes o pescados previamente machacadas o molidas.

15) Pipas de sandia

Te sorprenderán si las asas a 200º durante 20’ para agregar a tus ensaladas y yogures.

16) Piel del kiwi

¿Sabías que la piel de kiwi se puede comer? Su textura es áspera y poco agradable. Pero si quieres aprovecharte de su altísimo contenido en vitamina C, micronutrientes y fibra, agrégalo entero a tus batidos.

17) Fruta excesivamente madura

Nunca se tira, se hacen batidos, tartas, helados, granizados, compotas, mermeladas…

18) Cáscaras de naranja, limón, lima, pomelo…

Directos al azucarero. Antes de extraer el zumo retira su piel con un pelador, córtala en tiras finas e introduce en tu azucarero para darle sabor y evitar que se apelmace.

También puedes infusionar con ellas leche y añadir azúcar para obtener una bebida dulce o sumergirlas en aceite de oliva para aromatizarlo y que tus ensaladas tengan un punto cítrico extra.

19) Cáscara de sandía

La corteza de la sandía es comestible y se considera una de las alternativas naturales al viagra. Según científicos de la Universidad de Texas (EEUU) su contenido en citrulina, cuando se consume se convierte en arginina, aminoácido dilatador de los vasos sanguíneos, haciendo que sea beneficiosa para la disfunción eréctil y quizás, prevenirla.

Para consumirla, puedes rallarla e incorpora en ensaladas, saltearla con un poco de sal y pimienta o encúrtirla poniendo los pedazos de cáscara limpios en un bote esterilizado junto a unos chiles, unos granos de pimienta, canela y clavo. Después calienta en una cazuela 1 taza de agua, 1 taza de vinagre, ½ de azúcar, 1 cucharada de sal y cuando esté todo bien disuelto deja templar y vierte sobre las cáscaras de sandía hasta cubrir. Cierra el bote con una tapadera y deja reposando una semana en lugar fresco y luego dos semanas más en el frigorífico.