Tu cena romántica de San Valentín: Panna cotta de coco con corazones de fresa

La panna cotta es uno de los dulces más representativos de la cocina italiana y pensado que el miércoles es el Día de los Enamorados, puedes preparar su versión más romántica añadiendo una abrumadora cantidad de nata montada y decorando las copas donde vas a servirla con corazones de gelatina de fresa.

¿Qué es la panna cotta?

Panna cotta significa ‘crema cocida’ en italiano, lo que garantiza una textura extra suave y elegante. La original se elabora con cuatro ingredientes: crema de leche entera, vainilla, azúcar y láminas de gelatina.

Dentro de las muchas variedades que existen; café, caramelo, mango, chocolate blanco negro o blanco, la panna cotta de coco es de las más agradables gracias al sabor tropical que aporta la leche de esta deliciosa fruta.

Si decides preparar nuestro romántico paso a paso de esta perla culinaria de la cocina piamontesa conseguirás terminar tu día de San Valentín por todo lo alto.

Receta de panna cotta de coco

Ingredientes para 4 copas

400 ml de nata

400 ml de leche de coco

2 cucharaditas de esencia de vainilla

3 hojas de gelatina neutra

120 gramos de azúcar

Para la gelatina de fresa

1/2 sobre de gelatina de fresa

200 ml de agua

Para decorar

coco rallado

fresas

hojas de menta

nata montada

Elaboración:

1.- Comienza por preparar la gelatina de fresa el día anterior, es muy sencilla y no te llevará más de 5 minutos.

Calienta 100 ml de agua, cuando hierva añade el polvo de gelatina de fresa y remueve hasta que se disuelva. Seguidamente pon 100 ml más de agua, pero esta vez que esté muy, muy fría. Dale un par de vueltas y vierte el resultado en un recipiente bajo, ya que buscamos un grosor de gelatina de 1/2 centímetro aproximadamente.

2.- Pon a remojo las hojas de gelatina en un recipiente con agua fría durante 10-15 minutos para que ablanden.

3.- En una cazuela calienta la nata suavemente sin dejar que hierva. Cuando veas que tiene temperatura añade la leche de coco, la esencia de vainilla, el azúcar y mezcla con unas varillas hasta que el azúcar se disuelva.

4.- Coge con las manos las hojas de gelatina que habías puesto a remojo y aprieta fuertemente, -notarás una especie de medusa suave y resbaladiza-, añádela a la mezcla de leche y revuelve hasta que se deshaga completamente. Retira la cazuela del fuego y deja que enfríe hasta obtener una temperatura ambiente.

5.- Mientras enfría la panna cotta, saca la gelatina de fresa de la nevera que habías preparado el día anterior y ponla encima de la cazuela caliente unos segundos para que se ablande un poquito por la base y te sea más fácil desmoldarla.

Con la punta de un cuchillo despega todo el borde, coloca un plato llano encima, voltea la gelatina y ésta caerá sola (como si dieras la vuelta a una tortilla).

6.- Con unos cortadores en forma de corazón ponte a cortar la gelatina y una vez tengas tu corazón, pégalo por dentro de las copas. Se fijarán con gran facilidad al cristal, no te preocupes.

Introduce las copas en el frigorífico hasta el momento del rellenarlas.

7.- Cuando el preparado de la panna cotta esté frío, viértelo en las copas hasta rellenar 3/4 partes. (Presta atención a este paso porque si viertes la panna cotta templada la gelatina se deshará por completo) Ahora introdúcelas de nuevo en el frigorífico durante 3 o 4 horas para que la panna cotta cuaje por completo.

8.- Cuando la panna cotta esté cuajada culmina las copas con nata montada.

…y decora con una lluvia de coco rallado, daditos de fresa y unas hojas de menta

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