Descubre cómo hacer el auténtico Pan de muerto mexicano para Halloween
Esta tradición encuentra sus raíces en las antiguas culturas indígenas de México, donde se festejaba el regreso de los difuntos al mundo terrenal. La receta, se elabora a principios de noviembre como parte de las celebraciones del Día de los Muertos, que tiene lugar el 1 y 2 de noviembre.
En el año 2003, la Unesco incluyó las tradiciones del Día de los Muertos en México en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Aunque son los familiares vivos quienes consumen físicamente el Pan de muerto, se cree que durante el Día de los Muertos, el espíritu del difunto retorna y se alimenta de la esencia del pan, al igual que de cualquier otra ofrenda dispuesta en su honor por sus seres queridos.
Historia y origen del ‘Pan de muerto’
El Pan de Muerto tiene sus raíces en las antiguas tradiciones prehispánicas de México. Antes de la llegada de los españoles, en las ceremonias aztecas se practicaban sacrificios humanos para honrar a los dioses.
En estos rituales, se ofrecía el corazón de una doncella, que se introducía en una olla con amaranto, siendo consumido en señal de devoción.
Tras la conquista, los españoles consideraron esta práctica demasiado violenta y sugirieron la creación de un pan de trigo cubierto de azúcar roja, para simular la sangre y el sacrificio, pero sin la necesidad de la muerte, (Gourmet de México)
Esta evolución de la tradición resultó en lo que hoy conocemos como el Pan de Muerto, un símbolo de la festividad del Día de Muertos.
El pan de muerto en la actualidad, versiones
Hoy en día, el Pan de Muerto se ha adaptado y presenta numerosas versiones en distintas regiones de México. En su versión más tradicional, es un pan redondo adornado con tiras de masa que representan los huesos de los difuntos y una esfera en el centro que simboliza el cráneo.
Algunas versiones incluyen sabores como naranja o anís, y pueden estar cubiertas con azúcar o ajonjolí
En otros lugares, como en Oaxaca, se prepara con una masa hojaldrada llamada "regañada", mientras que en Guerrero se le añaden colores vivos y figuras simbólicas
También existen panes rellenos de cajeta, chocolate o crema, mostrando la creatividad y diversidad culinaria de cada región.
Curiosidades sobre el Pan de muerto
- Simbolismo en la decoración: Los elementos decorativos del pan tienen un simbolismo profundo. Las tiras de masa representan los huesos del difunto y la esfera central simboliza el cráneo. Incluso los sabores y aromas, como el anís y la flor de azahar, tienen una connotación espiritual, ya que buscan evocar recuerdos y honrar a los muertos
- Orígenes prehispánicos: Antes del pan actual, se preparaban panes de amaranto o maíz, que formaban parte de las ofrendas a los dioses. Algunas de estas preparaciones, como el papalotlaxcalli (pan de mariposa), fueron exclusivos de ciertas ceremonias religiosas
- Popularidad mundial: Aunque su origen es mexicano, el pan de muerto ha ganado popularidad fuera de las fronteras. Gracias a la diáspora mexicana y su influencia cultural, este pan ha sido adoptado en otros países como un símbolo de la festividad del Día de los Muertos
- Declaración de la Unesco: En 2003, la celebración del Día de los Muertos, que incluye el Pan de Muerto como uno de sus elementos centrales, fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, reconociendo su relevancia cultural y su importancia en la preservación de las tradiciones mexicanas
- Innovaciones contemporáneas: En los últimos años, la industria gastronómica ha introducido nuevas versiones, como malteadas de pan de muerto o churros con sabor a este tradicional pan, fusionando la tradición con tendencias modernas
Pan de Muerto: Receta Mexicana para Halloween
Ingredientes:
- Harina de trigo – 500 g
- Huevos – 4 unidades
- Mantequilla (en pomada) – 60 g
- Azúcar – 150 g
- Leche – 60 ml
- Agua – 40 ml
Agua de azahar – 1 cucharadita
- Ralladura de naranja – 2 cucharadas
- Sal – ½ cucharadita
- Levadura en polvo – 1 cucharada
Para la decoración:
- Azúcar – 200 g
- Mantequilla – 60 g
Preparación:
- Activar la levadura: Calienta la leche ligeramente sin que llegue a hervir.
- En un tazón, mezcla la leche tibia con el agua y 50 g de azúcar. Añade la levadura en polvo y remueve bien.
- Deja reposar por unos 4 minutos para que la levadura se active, notarás que se forma una capa espumosa en la superficie.
- Preparar la masa: Tamiza la harina en un colador grande para airearla y asegurar que no tenga grumos.
- Añade la mantequilla en pomada y mezcla con las manos hasta obtener una textura arenosa. Agrega el azúcar restante (100 g) y continúa mezclando para integrar bien.
- Incorporar los huevos y la levadura: Bate ligeramente los huevos y agregarlos a la mezcla de harina.
- Luego, vierte la levadura activada. Amasa con las manos o utiliza una batidora con ganchos hasta que los ingredientes se integren.
- Aromatizar y amasar: Añade la ralladura de naranja y el agua de azahar. Continúa amasando la mezcla durante unos 10 minutos, o hasta que la masa esté suave y elástica.
- Si la masa está muy pegajosa, puedes añadir un poco más de harina.
- Primera fermentación: Forma una bola con la masa, colócala en un bol ligeramente engrasado y cúbrela con un paño húmedo. Deja reposar en un lugar cálido durante 1 hora, o hasta que la masa triplique su tamaño.
- Desgasificar la masa: Una vez que la masa haya fermentado, golpéala suavemente con el puño para desgasificarla. Esto ayuda a liberar el gas acumulado durante la fermentación.
- Formar los panes: Divide la masa en 8 porciones. Con las palmas de las manos, forma bolitas para el pan.
- Usa un trozo de masa adicional para crear los "huesitos" que pondrás en la superficie del pan, estirando la masa en cilindros delgados que aplastaremos ligeramente.
- Coloca dos cilindros en forma de cruz sobre cada bolita de pan y añade una pequeña bola de masa en el centro.
- Segunda fermentación: Coloca los panes en una bandeja para hornear, cúbrelos con un paño y deja reposar por 30 minutos adicionales en un lugar cálido.
- Hornear: Precalienta el horno a 180°C y hornea los panes durante 25 minutos o hasta que estén dorados y cocidos por dentro.
- Decorar: Una vez que los panes salgan del horno, derrite la mantequilla restante y úntala sobre los panes aún calientes. Luego, espolvorea el azúcar sobre ellos para darles el toque final.
Este pan de muerto, con su esponjosa textura y aroma a naranja y azahar, es ideal para celebrar Halloween o el Día de Muertos en cualquier hogar.
En conclusión, el Pan de Muerto es mucho más que un alimento, es un vínculo cultural entre el presente y el pasado, que honra a los seres queridos que ya no están.
A través de su forma, sabor y aroma, este pan nos conecta con nuestras raíces y con la tradición mexicana de celebrar la vida y la muerte.
Su popularidad sigue creciendo, pero su esencia sigue siendo la misma: un tributo a la memoria y al legado de los difuntos. Si te ha gustado el artículo compártelo en tus redes sociales y déjanos un comentario con tu opinión.