La maldición de Pedrojota a Rajoy empequeñece las críticas de Losantos
Ni el autor de "Los años perdidos de Rajoy", que le repartió al líder del PP hasta en las suelas de los zapatos, llegó a la maldición lanzada por el "alma mater" de "El Español".
Ya ni Alfonso Ussía, que es el columnista del diario más marianista de la capital, le queda a Mariano Rajoy. Por si no hubiera tenido bastante con el debate del lunes por la noche, al presidente del Gobierno le sacudieron hasta el polvo de las suelas en la rueda de prensa ofrecida por Federico Jiménez Losantos en la Asociación de la Prensa de Madrid, donde Victoria Prego -entre quebraderos de cabeza por el golpe propinado ante la retirada de la subvención de la Comunidad de Madrid a propuesta de Ciudadanos, Podemos y PSOE al seguro médico de la entidad- se escapó del despacho para saludar al de Teruel.
El cónclave para arropar al autor de Los años perdidos de Mariano Rajoy reunió a varios viejos rockeros del columnismo político y por la sala pudo verse al líder de Vox, Santiago -"y cierra España", como le saludó un conocido- Abascal, muy ufano porque el Supremo hubiera puesto fin al secuestro de la propaganda electoral de su partido por llevar los colores de la bandera española, o a Hermann Terstch.
Iba de suyo pero Ymelda Navajo, directora de La Esfera de los Libros, garantizó "el mejor y más completo retrato de la vida política de Mariano Rajoy" mientras se daban cita para apoyar a Losantos dos directores de El Mundo, Pedrojota Ramírez y David Jiménez, escoltados por Raúl del Pozo y Alfonso Ussía.
Ussía contra Arriola
Rompió las hostilidades el de Cuenca a cuenta de las "putas y alcahuetas de Campechano" y dándole la primera en la frente a un "presidente del Gobierno que murió anoche", "un tío raro que renunció a ser para estar". Aunque para raro, el tono de móvil de Del Pozo a base de ladridos...
Más comedido anduvo Jiménez, que consideró un "honor" sentarse en esa misma y contar con Losantos como columnista. El actual director de El Mundo fue breve "porque Pedrojota se va a explayar". "Como es natural", musitó Losantos.
Y a fe que lo hizo. Pero antes le precedió Ussía, que también aportó sus parabienes a un libro que calificó como "el compendio de la vida política de un señor que nos ha decepcionado a todos".
El de La Razón no escatimó en la definición de Rajoy: "Una persona titubeante, que se ha rodeado siempre de nulidades" porque no quiere que nadie sobresalga a su lado.
El de La Razón no escatimó en la definición de Rajoy: "Una persona titubeante, que se ha rodeado siempre de nulidades" porque no quiere que nadie sobresalga a su lado.
"Hay tres misterios pendientes de resolver todavía: el de la Santísima Trinidad, el del asesino de Kennedy y el de cuánto cobra Arriola del PP para que se cargue al propio PP". "Con una mayoría absoluta no se ha atrevido a hacer nada", prosiguió, poniendo como ejemplo principal la cuestión catalana.
La venganza de Pedrojota
Y en esto llegó Pedrojota, que calentaba asiento y empezó a desgranar su experiencia personal con Rajoy, al que José María Aznar consideraba "el administrativo, el que llevaba la tienda". "Rajoy era, para entendernos, el secretario de redacción", le bautizó. Un tipo del que "nadie recuerda ninguna iniciativa política en sus Ministerios", un señor al que "le vimos la cara verdadera cuando en 2008 inició la purga del equipo de Aznar y de María San Gil".
Pedrojota señaló la portada del libro, que muestra a Rajoy tras una escultura del Apóstol Santiago, y lanzó otro dardo: "Sé muy bien cómo es esa estatua que está al lado del dinámico Apóstol Santiago". "Una vez nos quedamos encerrados en la biblioteca de mi casa y lo pasó verdaderamente mal", prosiguió. Hasta entonó un mea culpa por haber pedido el voto para él en 2008: "Era el único que podía echar a Zapatero".
"Es de justicia que alguien le haya llamado indecente", continuó Pedrojota, que no estaba por la labor de soltar una presa a la que acusó de contar con "comisarios políticos de los medios establecidos en España" y de haber dejado patente que "desde ayer sabemos que en La Moncloa hay un cadáver". Tanto se calentó que hasta respondió a la respuesta de Rajoy a Sánchez sobre por qué no le preparó una moción de censura:
"¡Coño, si tienes 187 diputados! ¡Aunque hubieras sido el estrangulador de Boston no habría salido adelante!", afirmó Pedrojota.
"¡Coño, si tienes 187 diputados! ¡Aunque hubieras sido el estrangulador de Boston no habría salido adelante!"
Sin duda, el puñal más letal fue el del remate, clavado como una daga de misericordia: "Quienes le quieren bien deberían desearle que pierda. Los que no, deseamos que gane porque vaya legislatura le espera siendo un cadáver".
Lo que Losantos no perdona
La temperatura estaba al rojo vivo cuando Losantos echó mano al micro para empezar con una corrección a Pedrojota: "Indecente es un término de orden sexual. Indecente sería que engañara a Viri con Celia Villalobos". "En lugar de salir Mariano de la Presidencia, saliste tú de El Mundo", le dijo socarrón. "¿Quién es Mariano Rajoy?", se preguntó, y a continuación se contestó a sí mismo: "No lo sé y tampoco me importa. Pero creo que a él tampoco le importa".
Losantos recordó que Rajoy podría ganar más de un millón de euros al año en su trabajo como registrador de la propiedad, lo que demuestra "que a Mariano sólo le gusta el poder", aunque, según el de Teruel, no se sabe por qué ya que cuando lo ostenta no hace nada.
"Ha huido de toda clase de compromiso. Es un milagro que llegase a casarse con Viri", apuntó Losantos.
"Ha huido de toda clase de compromiso. Es un milagro que llegase a casarse con Viri", apuntó.
El de Teruel también se mojó sobre lo que se vio en la pequeña pantalla en la noche del lunes. A Sánchez le quitó cualquier legitimidad por representar al PSOE y todo lo que lleva tras de sí; a Rajoy, por todo lo dicho; y a Manuel Campo Vidal por ni estar ni esperársele en la moderación: "Incluso eché de menos a Vicente Vallés y estuve a punto de echar de menos a Ana Pastor".
"Lo único que le reprocho a Mariano es no haber dignificado la vida política habiendo tenido todas las oportunidades para hacerlo", dijo, ya mucho más serio, el autor del libro, ya sin Ussía presente porque había salido pitando a un almuerzo.