¿Bautizo? Sí, pero civil y gastando lo mismo que en uno religioso
Hace tiempo que la religión ya no reina en el campo de los bautizos. De hecho, muchos padres descartan la opción para sus retoños y prefieren administrar a sus hijos uno civil.
Hace tiempo que la religión ya no reina en el campo de los bautizos. De hecho, muchos padres descartan la opción de bautizar a sus retoños y algunos prefieren administrar a sus hijos una especie de ‘sacramento’ civil. Aunque la factura no se rebaja por renunciar a una confesión religiosa, pues de eso no nos libra nadie.
Para encontrar el primer brote en España de este fenómeno que planta cara a las pilas bautismales de antaño, nos tenemos que remontar al año 2004, en el municipio catalán de Igualada, pero con el paso del tiempo se han asentado en todo el mapa español. De hecho, en 2009 el vástago de la actriz y presentadora Cayetana Guillén Cuervo tuvo su fiesta de bienvenida al mundo a través de este particular bautismo. El evento, además, le dio repercusión a una tendencia al alza, pues se ha convertido en una oportunidad para reunir a los allegados y celebrar la llegada del nuevo miembro.
Sin embargo, que nadie caiga en el error de pensar que esto es una invención moderna, pues es casi tan antigua como las óperas de Mozart. Así, el primer bautismo civil se celebró en Estrasburgo (Francia) el 13 de julio de 1790. No en vano, afloró durante los inicios de la Revolución Francesa y se instituyó por decreto el 26 de junio de 1792 a fin de discernir entre la Iglesia y el Estado.
No obstante, independientemente del formato al que nos atengamos, -y como avanzábamos al principio- esto del bautismo sigue haciendo mella en los bolsillos. De esta manera, podemos contabilizar los gastos y saber, grosso modo, gracias a algún inventario que circula por la web por cuanto nos saldrá el sacramento ya lo administre un cura o un concejal.
En este sentido, en el caso de la Iglesia debemos abonar un ‘donativo’, o pagar una tasa al Consistorio. En este último supuesto, no hay discrecionalidad en la cantidad por parte de los padres como sí sucede en el ámbito religioso.
Por supuesto, el traje del niño también figura en el listado de gastos. Tomad nota pues dejar al niño monísimo nos suele costar unos 60 euros. Asimismo, a este precio hay que añadir complementos como el calzado, aunque es cierto que en la familia suele pulular un faldón antiguo dispuesto a prestarnos un servicio. También los progenitores se emperifollan para la ocasión. Algunos, como los varones, por 200 euros y otras, como ellas, por algo menos, pero siempre por un mínimo de 100 euros, según estimaciones del portal consultado.
El banquete, por supuesto, es la piedra angular de todo evento y el bautizo también exige un menú a la altura. En este sentido, se sitúa alrededor de los 45 euros por persona y eso, multiplicado por unos 50 comensales, -y sin ser azafatas del ‘Un, dos, tres’ con calculadora en mano- da un total de 2.250 euros. A toda esta ristra de gastos debemos sumar el reportaje fotográfico, los regalos a los asistentes, las chucherías a los niños… En definitiva, una suma de 3.200 euros.
Por supuesto, siempre nos encontraremos con bautizos más módicos con padres que decidan abreviar la lista de invitados o que recurran a un traje de su armario para engalarse, aunque también los habrá más caros. Por lo tanto, ésta es más o menos la media del coste de un bautizo en España. De modo que independientemente de si recurrimos a los curas o al concejal de turno, a las tiendas y los restaurantes poco parecen importarle nuestras creencias a la hora de presentarnos las facturas.