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Los riesgos de las tarjetas de crédito a examen

El dinero en efectivo sigue en continua retirada, solo bajo la enseña de Visa se producen más de 10.000 transacciones al segundo en el mundo, y esta tendencia no hará más que aumentar.

Los riesgos de las tarjetas de crédito a examen

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No dentro de mucho, probablemente todas las transacciones que hagamos en nuestra vida cotidiana estarán regidas en exclusividad por el dinero electrónico. Es decir, utilizaremos tarjetas de crédito en lugar del tradicional dinero en efectivo. Como dato, añadir que según Visa, cada segundo se producen alrededor de unas diez mil transacciones a través de sus tarjetas por todo el mundo.

Existen varias formas con las que los atracadores acceden al uso de tarjetas de crédito de personas de forma fraudulenta, con lo que tenemos que guardar especial atención (no solo al sacar dinero en el cajero) sobre todo lo que concierne a nuestra tarjeta, su correcta utilización, etc.

A pesar de que el uso de este dinero virtual dispone de algoritmos y sistemas de seguridad bastante sofisticados, siempre existe la posibilidad de que los “ciberladrones” puedan jugarnos una mala pasada, sin que podamos percatarnos de lo que está sucediendo.

Evidentemente, si nos roban o extraviamos nuestra tarjeta, la otra persona podrá utilizarla para comprar en cualquier comercio o Internet. Aquí reside gran parte de la gravedad del asunto. Está bien recordar que no es lo mismo una tarjeta de débito que una de crédito, por lo que, sería conveniente que previamente a que la solicitara, se informara al detalle sobre las características, restricciones y peculiaridades de cada una.

Por eso tratamos de exponer una serie de consejos que ayuden a incurrir en un uso más efectivo y seguro de su tarjeta de crédito. Internet no para de crecer, y pocas cosas podemos imaginarnos a día de hoy, en las que la red no vaya a tener alguna repercusión de manera directa o indirecta en un futuro más próximo que lejano.

En cuando a estas recomendaciones sobre la tarjeta de crédito:

Al pagar con tarjeta: si pretende pagar algo con su “credit card”, no permita jamás que la lleven a otro sitio para ejecutar el cobro. Manténgase lo suficientemente alerta, y cerca de su tarjeta de crédito para imposibilitar que individuos con intenciones nocivas tengan la oportunidad de clonar su tarjeta, o copiar con tranquilidad toda la información relevante que figura en ella.

Revise sus movimientos periódicamente: mire asiduamente su saldo de la cuenta bancaria, a fin de advertir con bastante antelación a las distintas autoridades (así como a su propia entidad bancaria) en caso de que nos percatemos de alguna transacción desconocida o fraudulenta con la tarjeta. Es preciso comentar cualquier conato de irregularidad que sospechemos sobre la misma, aunque se trate de unos pocos céntimos.

No compartir nuestros datos con terceros: nunca comparta con otras personas el código secreto de cuatro dígitos de su tarjeta (ya sea de débito o crédito). También está bien pensar en un número que no se corresponda con algún motivo que pueda relacionarse con nosotros (fecha de nacimiento, etc)

Esconda el código al ser marcado: cubrir la mano cuando estamos marcando nuestro número secreto. Resulta inimaginable lo astutos que pueden llegar a ser aquellos que desean apropiarse de la clave. Más vale prevenir que curar, mejor impedir de antemano cualquier susto.

Teléfono al que llamar: mejor tener a mano el número de teléfono al que acudir cuando necesitamos bloquear nuestra tarjeta por robo, fraude o pérdida. En un supuesto como el expuesto, unos pocos minutos pueden resultar definitivos entre un desenlace deseado y un final trágico. Actúe con rapidez.

¿Dónde facilitamos nuestros datos?: no debemos enviar información bancaria a otras personas a través de la red. Hoy en día, encontramos una práctica cada vez más habitual, el “pishing”, que consiste en el envío de correos electrónicos que suplantan la identidad de las entidades, y fingen la apariencia de estas instituciones, con el grave propósito de recabar información confidencial de los clientes. Facilite esta información únicamente a través de la web de su banco, o de otras páginas con seguridad adecuadamente certificada.

Activar los mecanismos de seguridad de nuestro banco: es aconsejable consultar a nuestro banco, en pos de activar los diferentes mecanismos de seguridad que puedan aplicarse a nuestra tarjeta de crédito. Especialmente recomendable para aquellos supuestos en los que el usuario tiene la intención de utilizarla online, o en algún país extranjero. Los bancos cuentan con sistemas para que recibamos un mensaje de confirmación en nuestro móvil cada vez que hagamos una compra por Internet, o para avisarnos de que se está efectuando un pago con nuestra tarjeta desde algún territorio físico ajeno geográficamente a España.

Portar únicamente las tarjetas que necesitemos: para evitar robos y otros malos no deseados, no estimamos como mala alternativa llevar encima solo las tarjetas que vayamos a utilizar. Tal práctica es muy recomendada cuando salimos de viaje y nos movemos en un entorno distinto que no controlamos del todo.