Ford propone una ciudad del futuro sostenible
Poblada por coches conectados y de conducción autónoma y con una red de reparto no tripulada basada en su concepto AutoLivery, el fabricante americano vuelve a ser pionera en el MWC.
Charlar con Don Butler, director ejecutivo de vehículo y servicios conectados de Ford nos da una idea clara de los tremendos cambios y la enorme velocidad con la que están sucediendo en el campo de la automoción. Tras anunciar en el seno del Mobile World Congress de Bacelona que el fabricante americano utilizará la plataforma global SIM y de la Internet de las Cosas de Vodafone para ofrecer los servicios de seguridad, diagnóstico y entretenimiento a vehículos de la marca en Europa, las preguntas se nos amontonan, máxime cuando el escenario que Don nos presenta es el de 2.000 millones de coches para 2030.
En esas ciudades deberán convivir los coches en propiedad con los nuevos servicios de uso compartido del mismo que los distintos competidores que ininterrumpidamente se suman a la guerra del coche conectado pondrán a disposición de los usuarios, y para Ford la base de todo ello tiene 3 patas en lo que a conectividad se refiere: del coche con el usuario, de los smartphones con el con el coche y del coche con los servicios en la nube, entorno en el que Ford Pass será el puente. Con ello y con todo, según Butler en 2030 los coches en propiedad seguirán dominando el mercado, y la gran cuestión es como harmonizar globalmente el marco regulatorio para fomentar un uso cada vez más intensivo de las alternativas.
Para entrar en materia más técnica nos sentamos con Ken Washington, vicepresidente de Investigación e Ingeniería Avanzada de Ford Motor Company, quien nos anuncia una fecha clave para la compañía, 2021, año de la llegada del coche autónomo de fase 4, capaz de conducir de manera totalmente automatizada. Con una base híbrida, este coche gozará de todos los avances que los 13 nuevos modelos electrificados de una manera o de otra que Ford va a lanzar en los próximos 4 años, y Ken reclama ayuda a las autoridades gubernamentales para que les dejen poder hacer test en escenarios reales con plenas garantías.
Preguntado por la competencia de empresas como Google, Apple o las incontables startups que cada vez más llegan al sector de la automoción, Washington no muestra ningún reparo en admitir que son un revulsivo necesario que no les da ningún miedo, pues ya se ha demostrado que siempre necesitarán a un fabricante consolidado como Ford para que sus productos gocen de todas las garantías. Eso sí, reconoce también que debe haber una estrecha relación entre los grandes fabricantes de coches para que de nuevo las regulaciones tengan implicaciones globales que les permitan desarrollos estandarizados, algo que ya se está haciendo en algunas regiones con la conectividad 5G por ejemplo.
Para trabajar sobre la movilidad del futuro es necesario que los departamentos de nuevos negocios, movilidad y cliente conectado se coordinen con los de diseño y fabricación para tratar de acortar los tiempos y poner en el mercado nuevos productos y servicios que demandan los clientes. Jessica Robinson, directora de Soluciones Urbanas de Ford Smart Mobility, lo tiene claro, hay que trabajar todos juntos en la misma dirección, no que las pequeñas empresas vayan por un lado, las grandes por otro y la administración por otro. La colaboración público-privada es fundamental. En la ciudad del futuro se crearán nuevos servicios gracias al coche conectado, a la conexión entre coches e infraestructuras y al coche autónomo, generando nuevos modelos de negocio como Autolivery, la solución que Ford ha imaginado para el reparto comercial en las urbes del futuro.