San Isidro 2019, la feria de las oportunidades
Esta feria será una nueva oportunidad de demostrar su vergüenza torera, de aceptar que los tiempos están cambiando, que en la sociedad del siglo XXI ya no valen los privilegios.
Cuando Simón Casas apostó en la feria de Otoño de 2018 por el sorteo de ganaderías, desconocía la expectación que habría de levantar y la buena respuesta de público.
Aunque tímidamente, su apuesta se ha hecho realidad de nuevo en este San Isidro de 2019. Sólo la ganadería y uno de los nombres de la terna en algunos festejos se me hace poco, pero como él mismo me dijo: “dame tiempo, esto es solo el principio, y hay que ir poco a poco”.
Lo cierto es que el conjunto de nombres que, de manera inteligente, se fueron filtrando día a día hasta completar los diez que entrarían en las bolas del sorteo, se ha visto truncado por la lesión sufrida por uno de ellos, Enrique Ponce, en la reciente feria de Fallas de Valencia.
La negativa de Morante, Talavante, Manzanares y El Juli a entrar en el sorteo, dejaba la cartelería de San Isidro sin algunos nombres de relieve. Un Juli finalmente repescado en sustitución de Ponce, a escasas horas de su presentación a la propietaria de Las Ventas, no cambian en lo sustancial lo que es y puede ser este San Isidro: el San isidro de las oportunidades.
Y una inclusión por la puerta falsa que nada gustó al Consejo de Asuntos Taurinos que aguantó estoico la apasionada manera de ser y argumentar del empresario francés. En eso, Rafael García Garrido, -socio mayoritario en representación del fondo Nautalia-, aun con sus defectos, es más prudente. A ver si espabila.
Oportunidades para quienes dijeron sí con la misma gallardía que aparentan los que dijeron no. Castella, Ferrera, López Simón, Álvaro Lorenzo, Ginés Marín, Perera, Roca Rey, Urdiales y Ureña no volvieron la cara, apostaron por San Isidro y tendrán la oportunidad de triunfar, como el resto de los acartelados. Igualdad de oportunidades para todos.
Para todos, sí, -el grupo de los nueve más uno, y la suma total junto al resto de los anunciados-. El San Isidro 2019 es una nueva oportunidad para demostrar su vergüenza torera, para aceptar que los tiempos están cambiando, que en la sociedad del siglo XXI ya no valen los privilegios de ser el “niño bonito” que se permite el lujo de no estar en la primera feria del mundo.
A lo peor, ese resto que no es considerado de figuras, demuestra que los “niños bonitos” no hacen tanta falta, que son muy caros, que no llenan y que no compensa su contratación.
Si esto fuera así, la Fiesta habría dado un paso adelante para que el sorteo sea integral, más moderno y acorde con los tiempos actuales. A lo mejor, este San Isidro 2019 se convierte en una verdadera feria de las oportunidades. Solo es cuestión de que sepan aprovecharla, de verdad, los de luces.