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12ª de San Isidro: Por su entrega y valor, ¡Chapeau, Monsieur Juan Leal!

Juan Leal se gana una oreja a ley por su decisión y entrega tras resultar herido grave y mantenerse en el ruedo, demostrando valor y ganas de triunfar.

Juan Leal, herido, pasea la oreja cortada al tercero

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No, no será servidor quien le quite un ápice de mérito a la oreja cortada por Juan Leal. Y no lo haré, porque su toro, el tercero de Pedraza de Yeltes, muy en el tipo como el resto, dieron juego similar. Incluído el segundo, de menos peso, protestado simplemente porque en la tablilla decía que el día de su llegada a la plaza de Las Ventas pesaba 539 kilos.

Iban al caballo, empujaban, hacían hilo en banderillas, tomaban bien las dos primeras tandas y a la tercera se venían abajo, embestían los más con la cara alta o a media altura, se quedaban cortos y sin clase repetían sin transmisión alguna.

Definidos los toros, el tercero tuvo un comportamiento similar, amén de distraído. Fue largo a la muleta de Juan Leal que esperó su llegada en los medios de rodillas. Siguió en la vertical con la diestra, pitón por el que ya había sufrido una primera colada. Y fue al pasárselo a la izquierdo cuando se produjo un derrote, primero le tocó con el derecho, luego con el izquierdo por el que le produjo una cornada. Herida por asta de toro de 25 cm. que le atravesaba el muslo de atrás a delante, por donde le salía el ápice.

Juan Leal se mantiene en el ruedo pese a llevar una cornada grave

La llevaba. Estaba claro que la llevaba. Y Juan Leal siguió sobre el ruedo para dibujar, tras volver con la diestra y cambiar de pitón, dos redondos invertidos de gran temple, al ralentí, llevando humillado al de Pedraza en su deseo de querer hacer presa de nuevo.


Juan Leal es herido grave por el tercero, al que le corta una oreja.


Hay quien puede valorar que el toro fue bueno. Servidor afirma que Juan Leal lo hizo bueno, lo que es distinto. La casi entera, de largo, -demasiado largo, Juan-, obligó a dejar el acero en dos tiempos, pese a lo cual provocó la reacción del público que en justa mayoría solicitó del palco la concesión de un trofeo.

Aguantó el presidente, que recibió lo suyo al inicio del festejo, -¡Fuera del palco!-, y atendiendo a semejante petición accedió a conceder la oreja, ganada al criterio de servidor por el mérito y las ganas del francés, quien por cierto, no llegó terminar la vuelta al ruedo, sino que a la altura de la de cuadrillas optó por entrar en la enfermería.

Lección en silencio de Don Máximo, que está "abdicando" poco a poco

Allí le esperaba el equipo de Don Máximo García Padrós, quien está dando otra lección en silencio. La de ir entregando el testigo a una nueva generación de cirujanos taurinos representada por su hijo Don Máximo García Leirado, firmante del parte médico que calificaba la cornada de grave.

Algo peor fue el lote de Octavio Chacón y el tercero estoqueado en lugar de Leal. Chacón no debe ser valorado por lo que hizo en cada toro, sino en conjunto. Cierto es que hizo todo a favor del primero y nada. Cierto que lo intentó con el complicado cuarto, y nada. Y no menos cierto que, montera calada, lo intentó con el molesto y sin transmisión sexto, del que tampoco pudo obtener nada.

A Chacón se le debe valorar por el conjunto de su actuación

Empero, Octavio Chacón debe ser valorado por cómo estuvo toda la tarde en su papel de director de lidia. Cómo paró tras la cornada al tercero. Cómo realizó un quite de peligro en banderillas en el quinto. Cómo estuvo pendiente de la colocación en los caballos… Por eso, sólo por eso, -al margen de los silencios recibidos-, ya mereció el reconocimiento de servidor.

Tampoco tuvo toros para el lucimiento Javier Cortés. El torero de Getafe no pasa en lo personal por un buen momento . No fue su tarde. Ahora bien, sí debe analizar cómo realiza la ejecución de la suerte suprema, que le sigue dando disgustos y generando problemas y, lo que es peor, le seguirá impidiendo obtener trofeos, como tantas tardes ha sucedido en esta misma plaza.

Servidor no se aburrió con los Pedraza, pues exigieron mucho del análisis, debido a sus cambios, algo que sucedió en todos ellos, a menos y a peor. Cambios que a más de uno le pudieron confundir en una tarde, en la que por lo demás, por entrega y valor, ¡Chapeau, Monsieur Juan Leal!


PARTE MÉDICO JUAN LEAL: “Herida por asta de toro en región perianal con una trayectoria hacia arriba de 25 cm que contusiona sacro-coxis con posible fractura del mismo y con orificio de salida en región glútea superior izquierda. Exploración recto anal sin evidencia de lesión. Es intervenido bajo anestesia general. Pronóstico: Grave que le impide continuar la lidia. Firmado Dr. D. Máximo García Leirado".


12ª de San Isidro. Toros de Pedraza de Yeltes, en el tipo, aunque desiguales de presentación. Bien en el caballo, con dificultades y deslucidos en la muleta. Octavio Chacón: Silencio, Silencio y Silencio (en sustitución de Juan Leal) Jaier Cortés: Silencio y Silencio. Juan Leal: Ore4ja en el único que mató.


Lo Mejor:

Las ganas de la terna, especialmente la demostrada por Juan Leal, quien herido grave se mantuvo en el ruedo hasta pasaportar al tercero.

Lo peor:

Las voces, por reiterativas y a destiempo, e inadmisibles durante la actuación de un torero, tales como “Se va sin torear”


Cartel de la 13ª de San Isidro: