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18ª de San Isidro: Oreja para Ureña por su gusto y composición

Tras el vendaval de casta de los albaserrada de días anteriores, llegó la calma chicha de los núñez, a cuyo quinto en versión Alcurrucén, le cortó una oreja a ley Paco Ureña.

El gusto y composición de Paco Ureña

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Tras la trilogía de los Albaserrada, llegó la calma chicha de los Núñez en versión Alcurrucén. Seis ejemplares que tendían a su clásico comportamiento abanto. Cumplían en el caballo a regañadientes y poco a poco se venían arriba… o ¡no!

No fue malo el lote de David Mora, quien salió con ganas desde el primer momento. Hubo rivalidad entre Mora y Paco Ureña en los quites por gaoneras. Y entre Angel Otero e Iván García de la cuadrilla del primero, en los diferentes tercios de banderillas.

Las ganas de David Mora pudieron verse desde los de recibo de capa

Las ganas del torero de la Remonta de Tetuán quedaron plasmadas en las primeras tandas, sobre todo las ligadas en los medios, en la distancia. Lastima de faena que se fue diluyendo como el toro.

Dos volteretas sufrió David Mora por entrar a matar por derecho, si bien le faltó vaciar la embestida para dejar la espada, lo que consiguió a la segunda.

Ni la voluntad, ni los cambios de terreno le sirvieron a David para sacar más provecho del que, justo de casta, se mostraba parado, soso, y no transmitía nada. No tuvo lote el madrileño, de quien, muy mejorado, se pudieron observar voluntad y ganas.

Alvaro Lorenzo se las vio con un lote soso y deslucido

Álvaro Lorenzo tampoco tuvo lote. El toledano conoce bien esta ganadería por haberse hecho en esa casa bajo los sabios consejos del mayor de los Lozano. De los dos Alcurrucén se le negaron los dos. El uno, el tercero, por mansito, algo suelto, deslucido. El otro, el sexto, por descompuesto, cabeceando, con la cara suelta y cuyo peligro ni siquiera transmitía. Los silencios fueron de comprensión, de respeto, de valorar su disposición ante un lote muy deslucido.

La tarde fue de Paco Ureña. En parte, porque se llevó el mejor lote. Y en parte, -o mejor, en todo-, porque supo aprovecharlo.

El gusto de Ureña y su toreo al natural, lo mejor de la tarde

No es que fueran para tirar cohetes sus dos Alcurrucén, pero de lo malo, lo menos malo. Así, destacó el murciano en una tanda con la izquierda al segundo. Tres buenos naturales, uno de compaña y el de pecho, que gustaron por su composición y colocación.

Ureña, muy cruzado, dejándose ver, repitió por el mejor pitón, el izquierdo, y obtuvo su recompensa entre olés del público. El erróneo uso de la espada hasta dejar una entera caída tras varios pinchazos dejó todo en silencio.

Ureña pasea la oreja del quinto, ganada por una faena de gusto e inteligencia

No fue el quinto un gran toro, pero se dejó. Algo distraído a la salida de los muletazos, los tomaba de buena gana. Estos fueron los mimbres con los que Ureña se fue haciendo con su embestida, que iba perfilando con naturales. Muy inteligente la capacidad de administrar los tiempos. De ese torear sin torear tan imprescindible cuando la casta está en el límite y conviene dejar rehacerse al toro.

Ureña se gana un trofeo indiscutible, tanto como el de Roca Rey, negado el día anterior

Capacidad y gusto, cuando de frente, fue poniendo la muleta muy de verdad y fue obteniendo naturales que ligaba con el de pecho y el del desprecio. Y entonces Las Ventas se entregaba con el murciano, quien tras un pinchazo recibiendo y en lo alto, dio paso a una entera que le permitió pasear un trofeo.

Sin ánimo de desmerecer a Ureña, quien obtuvo el trofeo por méritos propios, me vino a la memoria la misma situación del día anterior, en el que el palco le negó el mismo trofeo a Roca Rey, tras el mismo defecto de pinchar en lo alto.

Fue entonces, cuando uno recordó que, de niño pinchar en lo alto no era óbice para cortar una oreja, si era precedido de una faena meritoria para obtener un trofeo.

18ª de San Isidro. Toros de Alcurrucén, en general deslucidos. David Mora: Silencio y Silencio. Paco Ureña: Silencio y Oreja. Álvaro Lorenzo. Silencio y Silencio.

Lo mejor:

El gusto, la composición, el toreo de Paco Ureña, en los naturales de frente al quinto, que dejaron el sabor del buen toreo.

Lo peor:

El descastado juego de los toros de Alcurrucén que en esta ocasión no optarán a premio. Aún les queda la oportunidad del 7 de junio.

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