Revolución espacial. Un cohete a Marte alimentado por plasma
Las agencias espaciales están atrapadas en una carrera muy disputada para enviar una tripulación a Marte, con la NASA y SpaceX trabajando en vehículos para llegar al Planeta Rojo. Pero puede que sea un tercer grupo, Ad Astra – sin …
Las agencias espaciales están atrapadas en una carrera muy disputada para enviar una tripulación a Marte, con la NASA y SpaceX trabajando en vehículos para llegar al Planeta Rojo.
Pero puede que sea un tercer grupo, Ad Astra - sin relación con la película de Brad Pitt - el que salga adelante, gracias a la tecnología de cohetes de plasma en la que está trabajando, según CBC. Si funciona, el motor de plasma permitiría a una tripulación más numerosa llegar a Marte en un tercio del tiempo que le tomaría a un cohete convencional, cambiando completamente el paisaje de los viajes espaciales.
"Cambio de paradigma"
El director ejecutivo de Ad Astra, Franklin Chang Díaz, con siete viajes a sus espaldas en el transbordador espacial durante sus días en la NASA, dijo que espera que el motor de plasma de su compañía marque un "cambio de paradigma en el transporte en el espacio", según CBC. También llamó "primitivos" a los típicos cohetes de combustible químico, como los que usan la NASA y SpaceX.
El famoso astronauta canadiense Chris Hadfield está de acuerdo en que algo nuevo será necesario si la gente va a hacer el complicado viaje a Marte. Aunque no hablaba específicamente de Ad Astra, dijo a la CBC que no "cree que vayamos a Marte hasta que pasemos de las hélices a los jets, o lo que sea ese equivalente, de los cohetes a otra cosa".
Un cohete de plasma no quema combustible como un motor de combustión. Más bien, la CBC informa que usa campos eléctricos para calentar gases a millones de grados más que un motor tradicional.
Ese impulso adicional permite a los astronautas viajar dos o tres veces más rápido. Debido a que esto significa menos exposición a la radiación cósmica mortal a lo largo del camino, el viaje se vuelve repentinamente mucho más factible.
La carrera hacia Marte sigue su curso y la realidad come terreno a la ficción.