La muñequera de Immutouch vibra para que no te toques la cara

En plena efervescencia del coronavirus, todos tenemos que resistir el impulso de tocarnos la cara. Así es como el virus puede viajar desde los pomos de las puertas u otros objetos hasta las membranas mucosas y enfermar. Afortunadamente, una startup llamada Slightly Robot ya había desarrollado una muñequera para detener otro tipo de contacto dañino: la tricotilomanía, un trastorno que obliga a la gente a arrancarse el pelo.

Así que durante la última semana, Slightly Robot rediseñó su vestimenta como el Immutouch, una pulsera que vibra si te tocas la cara. Su acelerómetro detecta el movimiento de tu mano 10 veces por segundo. Basado en las calibraciones que el Immutouch toma cuando lo instalas, luego vibra cuando tocas o te acercas a tocar tus ojos, nariz o boca. Una aplicación complementaria te ayuda a seguir tu progreso mientras intentas mantener tus guantes sucios abajo.

El objetivo es desarrollar una respuesta pauloviana en la que cuando tengas ganas de tocarte la cara, no lo hagas para evitar la sensación de zumbido. Tu cerebro interioriza la retroalimentación negativa de la vibración, entrenándote con un condicionamiento aversivo para ignorar el deseo de rascarse.

"Un problema del tamaño de COVID-19 requiere que cada uno haga su parte, grande o pequeña", dice el cofundador de Slightly Robot, Matthew Toles. "Los tres estábamos excepcionalmente bien equipados para afrontar esta tarea y sentimos que era nuestro deber al menos intentarlo".

Las pulseras de Immutouch salen a la venta hoy por 50 dólares cada una y están listas para su envío inmediato. Puedes llevarla en tu mano dominante con la que es más probable que te toques la cara, o conseguir una para cada brazo para maximizar la disuasión.

"No buscamos ganar dinero con esto. Estamos vendiendo cada unidad casi al costo, teniendo en cuenta el costo de los materiales, la fabricación, el montaje y la manipulación", insiste el cofundador Justin Ith. A diferencia de una empresa de nueva creación respaldada por la empresa en deuda con la generación de beneficios para los inversores, Slightly Robot fue financiada a través de una pequeña subvención de la Universidad de Washington en 2016 y se ha puesto en marcha desde entonces.

"Construimos Immutouch porque sabíamos que podíamos hacerlo rápidamente, por lo tanto teníamos la obligación de hacerlo. Todos vivimos en Seattle y vemos a nuestras comunidades reaccionando a este brote con profunda preocupación y temor" me dice el cofundador de Slightly Robot, Justin Ith. "Mi padre tiene una enfermedad autoinmune que requiere que tome medicamentos inmunosupresores. Estando a finales de sus 60 años con un sistema inmunológico comprometido, estoy haciendo todo lo posible para mantener las comunidades a su alrededor y a mi familia limpias y seguras".

https://youtu.be/e1BfROnOouU

Basándose en un estudio que utiliza dispositivos de advertencia que se pueden llevar puestos para disuadir a quienes padecen tricotilomanía de arrancarse el pelo, el Immutouch podría ser potencialmente eficaz. Investigadores de la Universidad de Michigan encontraron que las vibraciones redujeron el tirón de pelo largo y corto. Ith admite que hay que prestar atención a las advertencias y no picar para inculcar el hábito correcto, y no funciona mientras estás acostado. El Immutouch se detiene antes de darte una descarga eléctrica como el viejo aparato llamado Pavlok que está diseñado para ayudar a la gente a dejar de fumar o a abrir Facebook.

Tal vez los fabricantes de relojes inteligentes como Apple podrían desarrollar aplicaciones baratas o gratuitas para permitir a los usuarios entrenarse usando el hardware que ya poseen. Pero hasta entonces, Ith espera que Immutouch pueda ganar algo de tracción inicial para que "podamos pedir mayores cantidades, reducir el precio y hacerlo más accesible".

Las tecnologías modernas, como Twitter, para compartir rápidamente la información, podrían alentar a las personas a tomar las medidas de precaución adecuadas, como el lavado de manos en 20 segundos para frenar la propagación del coronavirus. Pero el hecho de tener teléfonos que tocamos constantemente - antes, durante y después de usar el baño - y luego nos presionamos la cara podría crear un vector de infección ausente en las pandemias de los siglos pasados. Por eso todo el mundo tiene que hacer su parte para suavizar el pico de la enfermedad para que nuestros sistemas de salud no se vean invadidos.

Ith concluye: "Brotes como éste nos recuerdan cómo cada uno de nosotros afecta individualmente a la comunidad en general y tiene la responsabilidad de no ser portador".