El juego online no se libra del azote del Coronavirus
Después de años de crecimiento imparable, la pandemia global del Covid-19 deja tocadas a muchas empresas que vivían de las apuestas sobre unas competiciones deportivas que han desaparecido.
El mundo que conocíamos va a cambiar a partir de la pandemia que estamos atravesando, pero no solo para las personas, sino para los mercados y las grandes empresas. La caída en la economía general está produciendo un severo impacto en las empresas que cotizan en bolsa, y se da por descontado que la recuperación del Covid-19 va a llevar su tiempo, comparándola ya de manera directa con la crisis financiera del 2008, la Gran Recesión. Y la industria del juego online no es una excepción a pesar de que opera con apuestas remotas a través de internet que se pueden hacer desde casa.
Una industria pujante, en crisis
Los últimos años habían sido de esplendor para el sector. El factor determinante había sido el incremento constante en el número de usuarios, ya que si bien es cierto que lo que apostaba cada uno estaba en fuerte caída, el balance se veía ampliamente compensado por la cantidad de nuevos jugadores sumados año tras año. Este hecho, unido a la diversificación del sector del juego online, cada vez con más competencia y variedad de casinos online como se puede comprobar en la guía de casinos.com.es, hacía augurar un 2020 en el que los frutos fueran abundantes, aun en un contexto económico internacional que no era esperanzador para otras industrias.
Sin embargo, la cancelación de dos eventos clave, la EuroCopa 2020 y los Juegos Olímpicos de Tokio, han sido el detonante definitivo para acabar con las aspiraciones tanto de los casinos online como de las casas de apuestas, que encuentran en los eventos deportivos su gran fuente de ingresos. Además, se esperaba que este fuera el año que batiera los récords del 2018 después de un 2019 sensiblemente afectado por las duras regulaciones gubernamentales que hicieron que la industria ajustara su precio a la baja.
Alerta roja en los mercados bursátiles
Las bolsas del mundo han sufrido impactos muy dañinos durante la actual crisis sanitaria y económica. Las empresas de juegos online cuyas acciones cotizan en bolsa, habían tenido un 2019 lleno de buenos augurios. Sin embargo, tras la cancelación del 95% de las competiciones deportivas a nivel mundial, estos gigantes de las apuestas han cambiado sus expectativas de crecimiento por la esperanza de la supervivencia.
El caso más emblemático es, quizás, el de William Hill. Esta empresa de capital británico ha perdido el 73% de su valor en los últimos días, con la única vía de salvación del apoyo de la Reserva Federal y la inclusión de las empresas de juego en los planes de protección económica del gobierno de Boris Johnson.
Otro de los grandes afectados es GVC, compañía a la que pertenece entre otros Bwin y que espera pérdidas anuales de entre 130 y 150 millones de libras, incluso teniendo en cuenta una posible reactivación del mercado de las apuestas deportivas durante el verano. Bet365, por su parte, a pesar de no cotizar en bolsa, también pasa por momentos críticos. Las autoridades ya han avisado que tomarán medidas para proteger a sus 4.000 empleados hasta final de año.
Perspectivas de la economía española
Las acciones de las empresas españolas también sufren, y no hay un panorama muy alentador por delante. Cada mes de confinamiento nos va a costar ni más ni menos que un 2% del PBI, según las estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Según las autoridades de la OCDE, este impacto se verá con mayor magnitud en aquellos países y mercados cuyo PBI dependa en gran medida del turismo, justamente nuestro caso.
En este contexto de crisis nacional, se espera que las bolsas continúen cayendo. Es verdad que, si las acciones se desploman, se vuelve más barato adquirir posiciones en las grandes empresas. Así pues, se puede ver estos tiempos con ojos generosos y pensar en las oportunidades de inversión. No obstante, se deben tomar grandes precauciones antes de proceder a realizar compras de acciones, pues la crisis aún no ha terminado, y los valores pueden seguir desplomándose. Como señalan algunos expertos, «las bolsas son un reflejo psicológico de la sociedad». Mientras España siga paralizada y llena de terror, las finanzas seguirán este camino de desconcierto.