La tecnología en la farmacéutica: podrá mejorar los medicamentos que tomamos a diario
Una manera en la que evolucionan los medicamentos que llegan a nuestras manos es con características que permiten una menor capacidad de riesgos secundarios, una dosificación controlada o una adecuada adherencia medicinal; y es que la tecnología en la farmacéutica …
Una manera en la que evolucionan los medicamentos que llegan a nuestras manos es con características que permiten una menor capacidad de riesgos secundarios, una dosificación controlada o una adecuada adherencia medicinal; y es que la tecnología en la farmacéutica pronto podrá mejorar los medicamentos que tomamos a diario.
Un sencillo cambio que pasa desapercibido, el agregar saborizantes a un jarabe o disminuir el tamaño de una tableta, es lo que llamamos una innovación incremental; que por no ser descubrimientos de nuevos fármacos, casi nunca es tomado en cuenta como un avance de la tecnología.
Soluciones orientadas al paciente
La llamada innovación incremental es una actividad que realizan generalmente las pequeñas compañías farmacéuticas, que no tienen acceso en recursos, para la investigación y descubrimientos de nuevos fármacos, que es la llamada innovación radical; por lo que estas, tratan de ofrecer soluciones centradas en el paciente con beneficios varios, que incluyen el favorecer la adherencia al tratamiento.
Estas modificaciones que son un evidente avance, solo son percibidas por el profesional de la salud, ya que son realizadas sobre productos existentes; y son estos profesionales los que se dan cuenta de beneficios como mejores dosificaciones, diferentes o nuevas formas de administrase un fármaco ya existente; aunque igualmente se dan cuenta los pacientes mismos y las compañías farmacéuticas.
¿Cuáles son las Innovaciones Incrementales?
Estos avances en medicamentos están divididos en 6 grupos, los medicamentos que unen varias sustancias activas en un solo tratamiento con la finalidad de disminuir el número de tabletas o pastillas ingeridas; los fármacos con mejoras en cuanto a la tolerancia o eficacia; los medicamentos modificados en su forma para mejorar su ingestión y deglución o presentaciones en dispositivos que mejoran la vía de administración como las presentaciones inyectables; los presentados para otras enfermedades diferentes para las que fueron concebidos; y aquellos que incorporan alguna tecnología para mejorar el seguimiento del tratamiento.
La liberación prolongada como ejemplo
Esta es la solución para mantener la sustancia activa de un medicamento en la sangre del paciente, como es el caso de algunos antihipertensivos que ahora se adaptan a la necesidad de algunos, como aquellos que sufren de picos de tensión arterial elevada durante la noche; pues bien, algunos fármacos guardan en la carcasa de la presentación, sustancias activas en depósitos que a medida que absorben el agua al pasar por el tránsito intestinal, empujan al principio activo a que salga y actúe.
Algunos inyectables directos para la zona necesaria
Pacientes con discapacidades motoras como los del Parkinson por ejemplo, ya cuentan con las llamadas plumas de apomorfina, y las de metotrexato que ya vienen recargadas para uso subcutáneo, han sido más eficientes para pacientes con artritis reumatoide; así, estos pacientes disminuyen sus síntomas con fácil disposición para colocarse el medicamento en cualquier zona.
Un paso más adelante en tecnología
Los pacientes con varios tratamientos, como ocurre con los del mismo Parkinson, ya cuentan con dispositivos de combinados de levodopa y carbidopa, y además tienen su propio dosificador, que inclusive avisa el momento en que la dosis es indicada; y así, dentro de poco, otros avances saldrán a la luz con la tecnología en la farmacéutica, al mejorar los medicamentos que tomamos a diario como antifúngicos, antineoplásicos y para la esclerosis múltiple, que muy pronto verán la luz con innovaciones incrementales.