Este es el robot humanoide con IA que se suma a la lucha contra la COVID-19

Grace es una robot humanoide diseñada en Hong Kong, con la que Hanson Robotics entra en el mercado de la salud, específicamente para interactuar con los ancianos y los aislados por la pandemia de la COVID-19.

En el 2016, Hanson Robotics Limited, empresa de ingeniería y robótica estadounidense con sede en Hong Kong, nos sorprendió con Sophia robot humanoide, con un cerebro de alto nivel, capaz de reconocer voces, tiene la capacidad de aprender nuevas respuestas y poder interactuar con seres humanos inclusive, demostrando a través de su rostro y manos, gestos similares a los de las personas. Sophia es también la primera campeona de innovación del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), lo que la convierte en la primera persona no humana en recibir un título de la ONU.

Ahora esta empresa nos sorprende con Grace. Con rasgos asiáticos, cabello castaño hasta el cuello y vestida con su uniforme azul de enfermera, lleva una cámara térmica en su pecho para tomar la temperatura de los pacientes con que interactúa y diagnosticarlos, pero también es capaz de visitar gente, hacer terapia de conversación y tomar biolecturas. Adicionalmente, habla mandarín, inglés y cantonés, y tiene como finalidad aliviar la carga del personal de primera línea del hospital, cuando el impacto global de la COVID-19 hace urgente la incorporación de robots humanoides.

Entre otras características de Grace (hermana robótica de Sophie), puede simular la acción de más de 48 músculos faciales y por características antropomorfizantes, puede fomentar la confianza del usuario y crear un compromiso más natural

Awakening Health, la sección de biomedicina de Hanson Robotics, es la responsable de que en el mes de agosto se comience la producción masiva de la segunda versión de Grace, una vez superada las pruebas actuales y en el 2022 piensan abordar el mercado de: China Continental, Japón y Corea del Sur, entre otros.

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Los robots sociales como Sophie y ahora Grace, son utilizados ampliamente en Japón y según algunos futuristas, indican que se volverán esenciales en un mundo que envejece con escasez de trabajadores, sin embargo, también existe la contraparte que se preocupa de que estos robots disminuyan el contacto del usuario con familiares, los amigos y cuidadores o enfermeros humanos.

El principal desafío en la creación de enfermeras robóticas es el problema de programar una máquina con un conjunto confiable de ética o ‘metaética computacional’, que le permita llevar a cabo adecuadamente la agenda médica y tratar a los pacientes con respeto.

Japón, que es el líder actual en la producción de enfermeras robóticas, tiene varios robots que abordan diferentes necesidades en la comunidad médica. Uno de esos robots se llama RIBA, que significa «Robot para asistencia corporal interactiva». RIBA puede levantar a una persona hasta de 60 kilos desde una posición acostada o sentada y moverla a otro lugar.

Respecto al coste de fabricación del proyecto Grace, sería similar al de los autos de lujo, y se espera disminuya una vez que comience la fabricación de miles de unidades que brindan soluciones tecnológicas para el cuidado de la salud.