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San Isidro 13ª, Puerta Grande, puerta pequeña para Tomás Rufo

Por primera vez en este San Isidro se abrió la Puerta Grande. Dos orejas y Tomás Rufo obtuvo las dos, aunque lo mejor de la tarde lo hizo El Juli que pinchó una faena de mérito

San Isidro 13ª, Puerta Grande, puerta pequeña para Tomás Rufo

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Salió en hombros por la Puerta Grande de Las Ventas Tomás Rufo y me alegro. Pero no por méritos propios, sino por los pañuelos aireados. Esto es la democracia. Había pañuelos suficientes en el primero de la tarde, un toro de Garcigrande que a fe mía ¡vaya que llevaba la oreja!

Confirmó el de Talavera de la Reina de manos de Julián López "El Juli" con Alejandro Talavante de testigo. El suyo fue un toro noble, que repetía y humillaba, cuyo defecto de escarbar no fue impedimento para que Rufo, tras los doblados de tanteo, se gustara especialmente en una tanda con la diestra.

Tomás Rufo sumó una y una, luego Puerta Grande

Listo al improvisar y salir airoso tras doblar la mano el de Garcigrande para mantener la continuidad de la faena, se gustó en otra con la diestra, sin bajar en exceso el nivel al torear al natural. Méritos con los que tras una entera caída se le pidió con fuerza, y el usía la concedió, la primera oreja del festejo.

Entreabierta la puerta del triunfo, Tomás Rufo hubo de esperar al sexto. Un toro que salió suelto de chiqueros. Cumplidor sin más en el caballo, Coloristo dejó lucirse en dos pares por lesión de Carretero a Fernando Sánchez, ese gran tercero, al que da gusto ver con los palos y la puntilla.

Con la muleta, Tomás comprobaría sus complicaciones, pero no se afligió. Tras los enganchones de inicio, firmó pasajes con la izquierda de buen trazo. Faena al natural, desdén y de pecho incluídos, remates por bajo y una entera desprendida y algo tendida que no supuso una faena redonda, sino más bien con altibajos. Se pidió con fuerza el trofeo y el palco, la concedió.

Tengo dudas de que por los méritos contraídos, Tomás Rufo fuera merecedor de Puerta Grande, pero debo admitir que una más una, suman dos orejas. Y que el público es soberano. Por lo que en puro ejercicio democrático nada debo objetar. Pero, permítaseme al menos opinar que la Puerta Grande es sagrada y que solo debe abrirse cuando lo realizado sobre el ruedo es digno acreedor de tal honor. Servidor no hubera pedido la oreja del cuarto.

El Juli, lección de figura indiscutible

Oreja que no le fue concedida a Julián López "El Juli", que poco más pudo hacer con el segundo del festejo, derrengado de atrás, con el que abrevió con la muleta. No así con la espada, al pasaportar de entera y cuatro pinchazos.

Pero, creame si le digo que lo mejor de la tarde lo realizó El Juli en el cuarto, un toro complicado, por protestón, que quería rebañar, se defendía y exigía a cuanto se pusiera delante, sin saber que quien tenía frente a sí era a Don Julián, quien poco a poco fue realizando una faena de más a mucho más.

Se gustaba en el de pecho tras los de tanteo por bajo y aguantaba los amagos de llevárselo por delante en los leves rebañones que le lanzaba. Lo intentó El Juli con la izquierda sabedor de que su pitón bueno era el derecho y por el que ya le había sacado varias tandas.

Pero, este Juli post pandemia ha madurado, aún más. Ha mejorado en la composición, ya no se retuerce. Y ha crecido, todavía más, por lo que le salió la gran figura que lleva dentro. Y se la puso por el izquierdo, obteniendo una gran tanda de naturales, de mano baja, de temple despacioso, de regusto y composición. Una serie de naturales a la que con la espada de verdad le siguió otra de izquierdas.

La espada le vuelve a traicionar a El Juli

La obra estaba concluida. O mejor, casi terminada. Debía pasar el fielato con la espada. Y ahí fue donde de nuevo, como ya la pasara en su primer examen en la cátedra del toreo, cuando el de Velilla de San Antonio volvió a fallar. Un pinchazo, en lo alto es cierto, y una entera, no tan mal, pero el de Garcigrande vendió cara su despedida y tardó en echarse.

Pese a que se le pidiera con mucha fuerza la oreja, con más pañuelo que a Rufo, el Presidente no la concedió. Fue entonces cuando el exigió a Julián López "El Juli", que diera una vuelta al ruedo, Vuelta de honor, de agradecimiento, de reconocimiento.

No sería lo único de la tarde, pues Alejandro Talavante que debió estar mejor con el complicado tercero, se gustó en la faena al quinto, un toro noble y repetidor que transmitió al público su buena condición. Faena de Talavante en la que destacaron las tandas de naturales, de mano baja, excelente colocación y apostura vertical.

Faena en la que hubo toreo caro, despacio y de buen gusto que le hubiera valido a ley una oreja de no haber decepcionado con los aceros al dejar una entera caida y delantera que aguó el buen vino de su concepto clásico y profundo.

Tarde de orejas cortadas y esfumadas por el mal uso de la espada. De Puerta Grande, se me antoja que pequeña, pero de toreo de calidad con momentos de gran belleza que hicieron que el público saliera contento.

Reseña:

Toros de Garcigrande, desiguales de presentación y juego. Noble el primero; derrengado el segundo; complicado el tercero; exigente el cuarto; noble y con transmisión el quinto y algo complicado, aqunue a mejor el sexto.

Julián López "El Juli": Silencio y Vuelta.

Alejandro Talavente: Leves Pitos y Ovación con Saludos.

Tomás Rufo: Oreja y Oreja.

Cuadrillas:

Destacaron: en varas, Miguelín Murillo y en banderillas, Fernando Sánchez.


Cartel de hoy, 21 de mayo:

San Isidro 14ª:

Paco Ureña en solitario, con toros de diferentes ganaderías.