La importancia de hablar de vino

Según los últimos datos arrojados por la Federación Española del Vino, nuestro país es el primer viñedo del mundo, pues cuenta con 941.086 hectáreas de viñedo, lo que se corresponde con el 13% del total mundial y nos ha permitido conseguir una producción anual de vino y mosto de 40,5 millones de hectolitros en 2022.

Somos referente vitivinícola a nivel internacional, y afianzar las estrategias de comunicación en el sector es esencial para que nos mantengamos a la cabeza, pero también para avanzar en comunión con el resto de la sociedad. El sector es fundamental a nivel económico, social y cultural, por lo que estructurar una estrategia de comunicación digital dirigida a una nueva demanda y un target actualizado es esencial.

La comunicación marca el camino y ayuda a andarlo

Cuando el mundo cambia a una velocidad de vértigo y la sociedad corre para seguirle el ritmo, las empresas deben apostar por una estrategia de renovación constante, más en un entorno donde la volatilidad de los departamentos y los equipos es la norma. Pero si hay algo que está claro en la actualidad, es que de nada vale el cambio si no se sigue una estrategia, una hoja de ruta que pasa, sin lugar a dudas, por tener una buena área de comunicación.

En este momento se sitúan ahora los principales grupos vitivinícolas de nuestro país, empresas históricamente tradicionales que han entendido que deben modernizar su estrategia de comunicación para seguir adelante. La modernización del mundo vitivinícola pasa sí o sí por tener un buen departamento de comunicación, o una agencia que articule este cambio con aires de futuro, persiguiendo en todo momento la conjunción perfecta entre tradición y modernidad.

Las agencias, conocedoras del entorno vitivinícola, de los bodegueros y en constante contacto con los medios de comunicación deben seguir una estrategia en la que adapten su imagen y la de sus vinos a los mercados actuales, cada vez más competitivos. Es evidente el expertise necesario para proyectar la marca hacia una dimensión más actual, pues esta será la forma de conectar con nuevos clientes, más vanguardistas, exigentes y, además, más jóvenes. Una imagen que conserve los valores esenciales de la marca, combinándolos con el nuevo mundo de cambio.