Feria de Otoño 5ª. Castaño, Ortega y Aguado se estrellan con mansos de El Pilar
La mansada de El Pilar dio al traste con las ganas y las esperanzas de Damián Castaño, Juan Ortega y Pablo Aguado. Sin toro no hay emoción que ponga en valor a los toreros
Mansos de carretón, deslucidos y de escasa presentación, los toros de El Pilar nada tuvieron que ver con sus congéneres del día anterior. Los de Victoriano del Río, que los precedieron una tarde antes, especialmente los lidiados en cuarto y quinto lugar, fueron aún más mansos, pero encastados, muy encastados y regaron de emoción con sus complicaciones el ruedo de Las Ventas.
"Extraordinarios primero y cuarto", pensaría para sí el ganadero salmantino, convencido de que vale más un manso que no complique la existencia de los de luces, que un manso con las dificultades que tiene la casta. Pero, el público no lo ve así. Y en la quinta de la Feria de Otoño se aburrió, que es lo que nunca puede ocurrir en la Fiesta.
Juan Ortega paró el tiempo a la verónica
Los toros pueden ser emocionantes por el peligro que se perciba en los tendidos y el mérito indiscutible de los toreros. O pueden ser emocionantes por la plástica resultante de la composición del ser humano vestido de luces en conjunción con el comportamiento del toro. Pero, aburridos no. La emoción es la esencia de la Fiesta.
Menos mal que solo duró dos horas, habituados como estamos a las tardes de casi tres horas. Dos horas que con semejante moruchada mucho es para aguantar sobre la piedra por mucha almohadilla de que se disponga.
Remate a la verónica de un quite lentísimo de Ortega.
Lo cierto es que hubo un toro que se dejó, el primero, en el que se vivió un quite a la verónica de Juan Ortega, de tan lenta interpretación, que hizo rugir la plaza. Parecía la obra de un ángel enviado por Antoñete desde del cielo para recordar cómo es el toreo de capa. La lentitud por bandera, el temple como belleza y la ligazón con ritmo, fueron la el resultado de una inspiración que permitieron ralentizar los lances y que remató el sevillano con una media de eterna interpretación.
Castaño no pudo revalidar su última tarde
A la postre fue lo más destacado, pues ese primero, que era de Castaño, tuco algo más de calidad que sus hermanos y Damián, dibujó muletazos sueltos de muy buena factura, si bien no obtuvo esa faena redonda que el toro hubiera podido llevaba dentro.
La voluntad de Damián Castaño se vio en algunos muletazos al potable primero.
El salmantino, consciente de lo que suponía la oportunidad de haber entrado en sustitución de Daniel Luque, aun convaleciente de la lesión que sufrió en agosto en el Puerto de Santa María, recibió con una larga cambiada al cuarto, que repitió con celo en el capote para venirse abajo en varas. Voluntarioso, sin toro, y justo de fuerzas, poco pudo lucir.
Juan Ortega, lentitud de un quite que bien valió la tarde
Juan Ortega había subido el listón de la esperanza con el quite ya descrito, pero el cinqueño, que hizo segundo, solo permitió algunos muletazos de bello trazo. El sevillano, con buen criterio, optó por abreviar.
Juan Ortega en un quite para el recuerdo.
Nada pudo hacer Juan con el quinto, el más alto y con más cara del sexteto. Sus embestidas a la defensiva, dormecinas y descastadas, impidieron que la voluntad del sevillano pasara a mayores, con la mácula de, en esta ocasión, alargar en exceso e innecesariamente la faena.
Para el recuerdo ese quite por verónicas al primero y otro más, de menor intensidad por el toro, al cuarto. Por ambos quites, bien valió presentarse en la cátedra del toreo.
Detalles de Aguado, sin toros
No se llevó Aguado el mejor lote, pese a lo cual tuvo detalles de capa. Detalles que repitió con la muleta en el tercero, cuya sosería no permitió ver al sevillano que siempre es esperado en Madrid.
La calidad de Aguado quedó patente en varios momentos.
Algo que se repitió en el sexto, un toro que pasaba sin más, sin decir nada, con la cara alta, por lo que pese a la decisión y ganas de agradar de Aguado, la faena no caló en los tendidos, que sufrieron con gran estoicismo el mal juego en general de los de El Pilar, contra los que se estrellaron las ganas y voluntad de los de luces.
Reseña del festejo
Plaza de Las Ventas. 5ª de la Feria de Otoño.
Toros de El Pilar, justos de presentación y casta. Se salvó el primero que tuvo mejor son.
Damián Castaño. Silencio y Silencio
Juan Ortega. Silencio y Silencio.
Pablo Aguado. Silencio y Silencio
Cuadrillas
Destacó en la brega Marco Galán, que bregó los dos toros de Castaño. En banderillas lo hicieron Juan Sierra y Diego Ruiz Jiménez.
Cartel de hoy
Plaza de Las Ventas. 6ª de la Feria de Otoño. 18:00 h.
Toros de Victorino Martín para un cartel conformado por Román, Borja Jiménez y Leo Valadez.
Vídeo del apartado: