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Cómo está cambiando el tiempo que pasamos solos

Las redes sociales, las plataformas de entretenimiento, la conectividad 24h al día y el avance imparable de la tecnología ha cambiado por completo el enfoque que le damos a nuestro tiempo.

Tecnologia y soledad

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Se habla mucho sobre el impacto de la era digital y el mundo online en el teletrabajo y en la comunicación con amigos y familiares. Sin embargo, hay un aspecto al que no dedicamos mucha atención: el tiempo que pasamos solos.

Sesiones interminables en redes sociales

La ubicuidad de los teléfonos inteligentes modernos ha conseguido que la soledad y la contemplación sean cosa del pasado para muchos. Se acabaron los días en los que viajábamos en transporte público mirando por la ventana o en los que dábamos vueltas sobre la cama; ahora basta con sacar el móvil y conectarnos al mundo instantáneamente.

Cuando nos aburrimos, es habitual que acabemos sumergiéndonos en una sesión interminable en las redes sociales. Podríamos estar horas pasando de una publicación a otra, consumiendo contenidos seleccionados según nuestras preferencias.

A menudo lo hacemos de forma mecánica y sin pensar, lo cual es al mismo tiempo su atractivo y principal problema: aunque en la mayoría de los casos consumimos estos contenidos para distraernos un poco, a veces se nos va la mano y les dedicamos más tiempo del debido. Nos guste o no, las redes sociales han cambiado nuestra manera de gestionar el tiempo

que pasamos solos.

Vídeos, series y películas sin fin

En lugar de poner la televisión y ver qué hacen, la mayoría de la gente accede a plataformas de streaming como Netflix o de vídeos como YouTube y se deja recomendar. En cuanto nos decidimos por algo y empezamos a verlo, las mismas plataformas se encargar de bombardearnos con nuevos contenidos relacionados para que sigamos entretenidos.

La era de los maratones televisivos es una realidad: podemos sentarnos en el sofá y disfrutar durante horas de una buena colección de vídeos, de una serie completa o de un buen atracón de cine.

La nueva forma de jugar

El ajedrez tiene fama de ser un juego para personas intelectuales e introvertidas. Los jugadores serios dedicaban tardes a analizar partidas famosas y a practicar diferentes aperturas y movimientos en el tablero. Sin embargo, el mundo online ha transformado la práctica del ajedrez. Jugar contra el ordenador u otros usuarios en plataformas como chess.com facilita enormemente el aprendizaje y el perfeccionamiento del juego. Hemos puesto el ejemplo del ajedrez, pero a día de hoy podemos jugar a muchos otros juegos sin necesidad de compartir mesa con otros jugadores, como el parchís, el scrabble, el póker o el dominó.

La información, al alcance de la mano

Los teléfonos móviles no solo sirven para rescatarnos del aburrimiento cuando estamos solos, sino que se convierten en nuestros mejores aliados cuando necesitamos información de cualquier tipo. En efecto, usamos internet para todo: leer las noticias, consultar datos históricos, buscar recetas, etc.

Busquemos lo que busquemos, informarse es siempre un acto de empoderamiento. En la era analógica era necesario recurrir a otra persona o a una enciclopedia para resolver cualquier duda, cosa que a menudo nos echaba para atrás. Ahora podemos buscar lo que queramos en cuestión de segundos.

Entretenimiento en casa

Antes, si queríamos jugar a la ruleta o al blackjack, era necesario desplazarse hasta un casino; ahora, basta con conectarse a un casino online. Y lo mismo ocurre cuando queremos disfrutar de una buena película o aprovechar las rebajas.

Las actividades que antaño nos ocupaban el fin de semana las hemos adaptado para poder disfrutarlas desde la comodidad del hogar. Aunque, obviamente, la experiencia no es la misma, la esencia de la actividad no varía. Antes, si llovía o hacía mucho frío, nos lo pensábamos dos veces antes de salir de casa; ahora ya no tenemos excusa para dejar de divertirnos.

¿Llegamos a estar verdaderamente solos?

Uno de los inconvenientes de estar permanentemente conectados es que ya no tenemos la opción de aburrirnos. Aunque puede parecer contradictorio, aburrirse es importante porque fomenta la creatividad y permite que el cerebro descanse. En los momentos tranquilos del día, el cerebro se dedica a procesar las emociones, recuerdos y acontecimientos del día a nivel del subconsciente.

Hemos evolucionado para estar rodeados de pequeños grupos de gente a lo largo del día y no para estar conectados a un flujo constante de información nueva. Sentarse una tarde de vez en cuando y simplemente relajarse resulta muy beneficioso para el organismo. Aunque al principio puede parecernos raro, pronto nos daremos cuenta de que nos ayuda a reducir los niveles de estrés, a recargar las pilas y a brindarnos una nueva perspectiva de todo lo que nos pasa por la cabeza. Sin duda, da que pensar.

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