Cehegín, el pueblo que hizo renacer el Carnaval

Es el Noroeste de la Región de Murcia. 15 mil habitantes. En fechas de Carnaval la población se multiplica por seis. Las casas abren sus puerta de par en par. Nadie es extraño. Su huele a leña de las solariegas chimeneas donde se hacen las tortas fritas, el postre típico de Carnaval. Hay sonrisas entre los viandantes ya disfrazados de época o simulando algún rey fallecido con su corte. Otros exiliados. Cehegin es tierra de pedigrí aristocrática. Así rezan sus calles y sus palacios. Los Duques de Ahumada tienen su residencia estival. El Palacio de los Duques de Ahumada, uno de los más bellos que tiene el levante español.

El Carnaval ha vuelto a ser la fiesta más nombraba, reconocida y aplaudida por los cehegineros y turistas que deciden quedarse y regresar a su Martes de Carnaval y Sábado de Reventón, el primer sábado después de miércoles de ceniza. El Carnaval de Cehegin data de la Edad Moderna. Es en el siglo XIX cuando los del pueblo decidieron poner una sonrisa a unos días antes de entrar en periodo de recogimiento con sus 40 días antecesores al Domingo de Ramos. Durante años se fue apagando. Siempre con la esencia de que volvería a su mayor esplendor. Así ha sido. Este año, treinta y trés comparsas han desfilado por las calles Cehegin. El municipio llegó a cien mil habitantes. Imposible moverse por las calles medievales de su casco Antiguo. El museo Arqueológico abre sus puertas para que tenga lugar el gran desfile de carnaval. Un retroceso siglos atrás. La belleza humanizada.

ESdiario se encuentra con la peña carnavalesca Las Potaje disfrutando de su gran pasión. El disfraz. Este año de Alicia en el País de las Maravillas. Amigas desde hace 47 años. La infancia las unió. La vida las llevo a diferentes lugares donde realizarse. Irlanda, Nueva York, Escocia e incluso Murcia capital. Se reencuentran en esta fechas. La sintonía de su vida no es la canción del turrón del Almendro "vuelvo a casa por Navidad". Ellas regresan para su desfile sagrado del Sábado de Reventón.

Al amanecer en la mañana del 18 de febrero, el marcador se pone a cero. Faltan 355 días para que el Mascarón vuelva a salir por este rincón murciano que ha conseguido que el Carnaval sea el lugar de rencuentro, de diversión y de ingreso económico por la afluencia de turistas que llegan a la localidad. "Es tiempo de cuaresma. Faltan menos para el año que viene" le comenta la vecina Juana María López al concejal de turismo de la localidad Lolo García. Sonríen al tiempo que su alma enmudece hasta el año que viene.