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Festival en Valencia

Maluma triunfa en el Zevra de Cullera que pone fin a una cita que ha reunido 155.000 personas

El colombiano vuelve a Valencia dos años después de su último concierto y canta por primera vez el remix de 'Ohnana' junto a Kapo. El Zevra se consolida en el panorama nacional de grandes festivales en su tercera edición

Maluma en el Zevra de Cullera

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El Zevra Festival cerró la pasada madrugada su tercera edición, una cita que deja un inmejorable sabor de boca entre organizadores, público e instituciones. En solo 3 años desde su creación en 2022, el macroevento de playa de Cullera ha escalado hasta la primera división de los festivales en España y ya se codea entre la élite de las citas musicales imprescindibles del verano. El balance de asistentes en los tres días de conciertos asciende a 155.000 personas.

A juicio de la dirección del festival, aún más importante que la cifra de público es la alta nota que ha obtenido en organización, seguridad, calidad artística y ambiente festivo. Durante tres días, el enorme recinto de 300.000 metros cuadrados ha sido un paradisíaco oasis de música, baile, ocio, gastronomía y cultura para miles de jóvenes. El personal del festival y la Guardia Civil han ejercido una intensa labor de vigilancia de las agresiones machistas, aplicando una estricta tolerancia cero para garantizar un espacio libre de violencia sexual.

El colofón del festival lo puso Maluma. Desatado, sensual y muy locuaz, la superestrella colombiana reunió a 35.000 personas y puso al rojo vivo la noche valenciana con un espectáculo vibrante sobre el escenario principal, rodeado de bailarinas, orquesta y un despliegue lumínico y audiovisual apabullante. Miles de gargantas cantaron un repertorio en el que no faltaron hits como ‘Hawái’, ‘Borro cassette’ o ‘Según Quién’. El colombiano volvió a Valencia dos años después de su último concierto y cantó por primera vez el remix de 'Ohnana' junto a Kapo.

Otras figuras que brillaron con luz propia anoche fueron el granadino Saiko, la argentina Nicki Nicole, el catalán Nil Moliner, el sevillano JC Reyes y el madrileño Recycled J. Para el recuerdo quedarán siempre los electrizantes shows de Manuel Turizo y Dei V, el viernes; y La Oreja de Van Gogh, Rels B y Myke Towers, el sábado.

Maluma pone fin al Zevra de Cullera

Ola de calor: desafío superado

Las altas temperaturas del fin de semana han representado un desafío, pero no han impedido la diversión. Zevra ha combatido el calor brindando 350 puntos de agua corriente fresca, agua potable gratis a cualquier hora del día y de la noche, y botellas gratuitas de bebidas isotónicas. En la zona de acampada hay 50.000 metros cuadrados de sombra gracias a parasoles de rafia. En el recinto de conciertos, dos de los escenarios son techados y uno de ellos, el del Beach Club, cuenta con tres piscinas para refrescarse.

A lo largo del día de hoy, lunes, 22 de julio, los campistas más rezagados irán abandonando la zona de acampada, y para el atardecer quedará totalmente desalojada. Entonces entrarán los equipos de limpieza para dejar toda la zona despejada y sin basuras en un plazo máximo de 24 horas.

Impacto económico de 28 millones

Zevra ha calado hondo entre el segmento zoomer -jóvenes de entre 16 y 25 años- con un concepto festivalero de vanguardia. El recinto es idílico y muy visual, quizás el más bonito de España. Está alfombrado con una espesa hierba artificial y jalonado de palmeras, esculturas monumentales, selfie points, noria… Se trata de una propuesta 100% hedonista para enriquecer la experiencia. Una treintena de puntos de restauración aportan el toque gourmet, hay tatuador, peluquero, estudio de maquillaje, stands con experiencias de marca…

Para la ciudad de Cullera, la celebración de Zevra es un potente revulsivo para su sector turístico, hostelero y comercial. Las calles y las terrazas han sido tomadas por miles de jóvenes de toda España, sobre todo de regiones limítrofes (Cataluña, Aragón, Castilla-La Mancha y Murcia), pero cada vez más de Andalucía, Asturias y País Vasco. Según cálculos de la organización, conjuntamente con técnicos del Ayuntamiento de Cullera, esta tercera edición del festival ha tenido un impacto económico de 28 millones de euros en las arcas públicas, la economía local y el tejido empresarial de toda la comarca de la Ribera Alta valenciana.