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La alarmante sequía hipoteca el futuro de 80.000 familias en Elche y Vega Baja

La falta de agua en el sur de Alicante se ha acentuado por culpa de la sequía y pone contra las cuerdas a 80.000 familias que viven de la agricultura.

El lamentable estado de sequía que sufre el pantano de cabecera de Entrepeñas.

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La situación de sequía extrema que sufre España, y en particular el sur de Alicante (aunque en esta provincia la falta de agua es estructural), está crispando sobremanera a los agricultores, sobre todo cuando la ministra de Agricultura y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, aseguró que quienes están padeciendo la sequía son los regantes del Duero. Uno de los más críticos ha sido el presidente de Riegos de Levante, Javier Berenguer, que representa a más de 22.000 regantes de Elche y Vega Baja, que abarcan una extensión de 30.000 hectáreas.

El problema del agua siempre está ahí, y ningún Gobierno ha sido capaz de confeccionar un plan hidrológico que contente a todas las regiones, cosa que parece imposible. España es un país de fuertes contrastes, pero en la distribución del agua la diferencia se acentúa aún más. Mientras hay una España húmeda, hay otra que se muere de sed, y nadie lo remedia. Y la problemática se eleva cuando vienen períodos de sequía que incluso afectan a zonas en las que habitualmente llueve.

La falta de solidaridad entre las Comunidades Autónomas y los intereses partidistas, hacen que cada partido tenga un discurso diferente en función de la región que representan. Pero si hay ahora falta de agua en la cuenca del Duero, que la hay, es algo puntual. Lo que no es coyuntural para nada es la escasez de recursos que sufre Alicante y Murcia, que ponen en peligro las próximas campañas en gran parte de productos.

Es verdad que el trasvase Tajo-Segura, paralizado por falta de agua, depende de la capacidad de agua embalsada en los pantanos de cabecera: Buendía y Entrepeñas. También es verdad que esta falta de recursos está condenando y contaminando al Tajo, sobre todo a su paso por Aránjuez y Toledo, lo que perjudica sensiblemente a Castilla-La Mancha, pero también es verdad que no se han hecho los deberes en estos últimos años para que los paganos de todo este desaguisado no sean los agricultores alicantinos y murcianos.

Los agricultores acusan al Gobierno, la Confederación Hidrográfica del Segura y a la Dirección General del Agua de falta de apoyo

Los agricultores acusan al Gobierno, la Confederación Hidrográfica del Segura y a la Dirección General del Agua de falta de apoyo

El presidente de Riegos de Levante lo tiene muy claro: “A corto plazo no se nos está apoyando con la urgencia que la situación del campo necesita: lentitud en la tramitación administrativa de expedientes que pueden suponer recursos adicionales que podrían salvar la campaña de muchos agricultores (cesiones de derechos, y agua de pozos de la cuenca media). Y señala directamente al Gobierno: “Esta falta de apoyo viene tanto desde la Confederación Hidrográfica del Segura como desde la Dirección General del Agua de Madrid, como del Ministerio de Agricultura”.

Cambio de modelo

Javier Berenguer afirma que: “Desde el Gobierno Central empiezan a proponer que cambiemos el modelo productivo, y que se cultive menos. Está claro que no se valora si nuestra contribución al sector agrícola del país está suponiendo un apoyo a la reactivación de la economía nacional, o si de nosotros dependen directamente más de 80.000 familias y todo un sector auxiliar y del transporte que multiplica por cinco el número de familias que se verían afectadas con nuestra desaparición”.

El responsable agrícola indica esas medidas pretenden el estrangulamiento definitivo de las explotaciones agrícolas como demuestra que “en el peor año de los cuatro de sequía que llevamos, y en el peor momento del peor año, en plena campaña de verano y calor, nos imponen un incremento de tarifas que obligan a pagar una cuota fija de 12 millones de euros anuales aunque no se reciba una gota de agua del Trasvase Tajo-Segura”.

Una imagen del Camp d' Elx.

Intervención de Rajoy

Berenguer añade: “Se ha solicitado la intervención directa del presidente del Gobierno Mariano Rajoy en esta situación de absoluta crisis sin que se haya obtenido mayor respuesta que derivarnos otra vez a un ministerio que no tiene medios o capacidad para resolver la situación”.

“Y la guinda que colma el vaso es tener que escuchar, no una sino varias veces, que en peor situación que nosotros están los regantes del Duero y que a nosotros se nos ha resuelto la situación enviándonos 280 hectómetros adicionales en cuatro años. Sólo hay que imaginarse el estado de nuestros recursos sabiendo que anualmente se necesitan como mínimo 400 hectómetros en la cuenca”, matiza el presidente de Riegos de Levante.

La situación en el campo alicantino, sobre todo en el sur de la provincia, es alarmante y caótica. De hecho, muchos empresarios agrícolas están dejando de plantar para la próxima cosecha por la imposibilidad de obtener agua. Y los que lo están haciendo, es empleando un agua muy cara que repercutirá luego en el consumidor. A mayor precio del agua más caros serán los productos agrícolas.

El campo alicantino vive una situación límite y ya no quiere parches. Necesita una redistribución de agua justa porque como dice el propio Javier Berenguer, es un sector clave para la economía no sólo de Alicante y Murcia, sino de toda España.