Citricultores en pie de guerra por los malos resultados de la campaña citrícola
Ha tenido que ser un anuncio de protesta para hacer reaccionar a la conselleria de Agricultura. El secretario autonómico se reúne con representantes sectoriales citrícolas.
Los malos resultados económicos de la primera parte de la campaña citrícola, la que afecta fundamentalmente al grupo de mandarinas, han soliviantado a los productores, hasta el punto de amenazar con movilizaciones y actos de protesta.
La campaña comenzó con mal pie por la gran cantidad de cosecha, exceso de calibres pequeños y la presencia de fruta del hemisferio sur de mejor condición y exenta de aranceles por acuerdos europeos multilaterales. Después se han ido acumulando problemas de todo tipo: falta de frio, huelgas en Francia, y sobre todo las lluvias continuadas que han impedido recolectar con normalidad y han estropeado gran cantidad de fruta. El resultado es descorazonador: miles de toneladas de fruta malvendidas a precios que no cubren los costes de cultivo, o directamente perdidas en el propio campo valenciano.
El problema no solo son las perdidas económicas muy importantes que soportan los agricultores valoradas por AVA-Asaja en 163 millones de euros, y por La Unió en 130 millones de euros, sino el que pese a las llamadas de atención y avisos desesperados que se han efectuado desde el sector, (por ejemplo para retirar los calibres pequeños) hasta el momento la administración autonómica valenciana haya mirado hacia otro lado como si la cuestión no fuera con ella.
Desde las organizaciones profesionales agrarias se demanda una implicación activa de la Conselleria de Agricultura y de la propia Presidencia de la Generalitat con actuaciones en forma de ayudas para compensar la perdida de rentas, bien sean en forma directa o como prestamos subvencionados, y bonificaciones en el IBI o reducciones en los módulos del IRPF de 2018. En definitiva cualquier actuación que desatasque la comercialización y apoye económicamente a los productores para sobrellevar las perdidas actuales y poder asumir los gastos de la próxima cosecha.