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Tres eran Tres

Que restaurantes de Alicante, suben, se mantienen y bajan.

Que restaurantes de Alicante, suben, se mantienen y bajan.

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SUBEN

LOS COCIDOS

Con los primeros fríos es época de entrarle a los cocidos, hijos todos de los pucheros desde la Antigüedad, recreados en la España medieval como primigenia “olla podrida” (o poderosa) con sus distintos vuelcos: sopa, vegetales y carnes, y variantes peninsulares desde la catalana, las norteñas gallega, asturiana, cántabra o las tres de León, pasando por los levantinos y murcianos con pelota, hasta llegar a las sureñas entre las que destacaría la olla gitana, “cozido à portuguesa” o, el más famoso en la actualidad: cocido madrileño, suma y sigue de todos los anteriores y postrero en llegar al vademécum de la cocina española.

Y por continuar con este último, en Alicante, aunque no lleguemos a los míticos del foro (Malacatín, Casa Carola, Cruz Blanca de Vallecas, Lhardy…) tenemos restaurantes que se aproximan con honestidad.

Si tuviera que inclinarme por alguno, lo haría por el Regina en la playa de San Juan. La sopa con fideos, a la que los castizos añaden corteza y miga de pan, sencillamente en sabrosísima consistencia y excelente síntesis de dos vuelcos posteriores, con la carne bastante desmigada (aunque aquí pollo en lugar de gallina), embutido, chorizo entreverado de pernil y tocino fresco, un punto ahumados, finalizando en morcilla astur, amén del vacuno y huesos en cocción perfecta por tiempos, y las verduras en su justa combinatoria, incluido el repollo, si bien y personalmente de todo el conjunto prefiero los garbanzos algo más enteros.

Por semejarlo al madrileño sólo eché en falta el casero relleno en tortillita de pan, huevos, ajo y perejil, pero y, en cualquier caso, excelente. Advierto que sólo sirven miércoles y viernes, por lo cual recomiendo reserva previa o se encontrará sin mesa y sin cocido.

Restaurante Regina

Avd. De Santander, 14 Edificio Leo, Playa San Juan

Teléf. 965 265 975

Precio medio 30 a 40 €

No cierra en todo el año.

En otra ocasión hablaremos de los cocidos norteños, desde los asturianos a los maragatos, con el Astorga a la cabeza; por supuesto de los alicantinos con pelota, entre los que destacan varios restaurantes de la Vega Baja, o en Alicante capital, El Cantó; a los manchegos y andaluces que también los hay, mayormente en Las Marinas, aunque escasos.

SE MANTIENEN

RESTAURANTE GRANÁ

Reconocemos que es fácil jugar a caballo ganador eligiendo el Restaurante Graná como opción gastronómica. Y no os miento si os digo que es una de las opciones que siempre ronda en mi cabeza a la hora de elegir un restaurante.

30 años, quizás más, implican una solidez profesional avalada por muchas sobremesas tranquilas después de haber disfrutado de una muy buena comida. Primero saludar a Jorge Zurita en cocina, ex del mítico El Bulli, mejor restaurante del mundo y a su hermano Juanma, otro top ten en sala y claro, "ponme mirando al mar en el rango de Melani"... Empieza el dilema... Además del steak tartar, ¿qué tomamos?

Su steak tartar, solomillo dislacerado a cuchillo en cocina y con su salsa tártara preparada delante del comensal en gueridón al baño María inverso, esto es, en doble cuenco frio, es, sencillamente, excelente. Nada que ver con otras "cosas"...

Personalmente unos tomates con anchoas de Santoña, unas croquetas de jamón... probablemente un calamar nacional plancha, quizás unas quisquillas, para terminar con la Tarta Tatin, como debe ser. Claro que los arroces, "dile a Jorge que ponga poca salmorreta", unas carnes de crianza propia a la bbq, excelentes... últimamente los torreznos, la marinera... y claro, una excelente bodega.

Después del relevo generacional, decir que "se mantiene" es hacer honor a la familia. Se mantiene y con nota muy alta.

Restaurante Graná

Avinguda Jaume I el Conqueridor 46

03560 El Campello, Alicante

Tfno.. 965 65 78 39

Cierre. Martes

Precio medio. 30/60 €

BAJAN

Hay restaurantes que no mueren de éxito, como puede ser Moments (playa Urbanova), pero sí los perjudica bastante la desmesurada fama de su frecuente “completo”, que ya les venía de sus padres (El Capricho de Raquel); sin embargo, y tal es el caso que nos ocupa, el triunfo, siempre loable como resultado de caja industrial ilicitana, no cuadra para el habitual gastronómada en su relación calidad/precio, esencialmente cuando los desequilibrios son notables, pongamos por caso: entrantes versus postres, con las insulsas patatas fritas como guarnición.

Y por ir de lo bueno a lo no tanto, empezamos con unos calamarcitos a la brasa que les quedan impecables por frescura de bahía y textura controlada al fuego. Los puerros como sustituto de los calçots (variedad de cebolla dulce) con salsa romesco, honestos, si bien no llega a las exigencias tarraconenses; nada que decir de su braseado, pero esta salsa, refrito de tomate, almendras, avellanas, ñoras y pan tostado, como bien decía el añorado Josep Pla, es una de las más difíciles de conseguir cuando no la hace una payesa.

Las carnes por lo general bien. Probé una hamburguesa de mi comensal inmediato, pero no es asunto que me interese demasiado, sobre todo cuando recuerdo los filetes rusos desde mi infancia; yo pedí entraña de vacuno, aquí de corte distinto al argentino, pero y en cualquier caso perfectas en su asadura poco hecha (tal como la solicité). Una monastrell, Tarima Hill mágnum, con su solvencia habitual cubrió el trayecto de toda la comida.

Y llegamos al descalabro de los postres: la torrija de tal sólo tenía el nombre en la carta, o quizá se equivocaron al tomar nota, pero aquello no pasaba de un dulce precario y sin textura pastelera. O la tarta de merengue con una fresa conmemorativa adorno, empalagosa y sin gracia. El gofre al Josper (horno al que siempre se le añade la marca para presumir de haberse gastado sus buenos dineros) les gustó a los niños; y los helados acompañantes tampoco me convencieron como remedios industriales. Tras el café pedí un whisky de Tennessee y me pusieron otro más caro, cuya etiqueta no puede ni ver, pero sin la menor consulta.

El servicio lento lógicamente por abarrotamiento, pero encima, el supuesto maître pasó de una abierta sonrisa inicial para acabar en rictus malencarado y descortés.

Restaurante Moments

C/ Paseo Tomás Durá, 9, 03008 Urbanova, Alicante

Teléf. 965 18 82 55

Precio medio 50 a 70 €

No cierra