Que restaurantes de Alicante suben, se mantienen y bajan
SUBEN
La Masía de Chencho
La ilicitana Masía de Chencho no salió en la anterior columna de ascensos, mantenimientos y descensos, porque sólo puede haber un restaurante por apartado. Pero son muchos los amigos que nos llaman reclamando la mejor categorización para este restaurante en las afueras de Elche, que bien conocemos desde que hace 38 años lo fundara la familia Reyes en pleno campo de Elche restaurando una vieja casa rural hasta convertirla en una mansión con toques decimonónicos, pero todo el conjunto mejor espaciado que en sus barrocos inicios. Sigue la saga Rafael Reyes, calificado como mejor sumiller de España en el 2011, y desde entonces la bodega no ha hecho más que mejorar sobre todo en vinos desconocidos para el gran público y fuera del marketing enológico. A los fogones Adrián Becerril que ya lleva 17 años en la casa.
Una buena entrada puede ser su ensalada de bogavante canadiense (honesto es especificar procedencias), o por poner a prueba nuestra sensibilidad gustativa podemos probar las ostras Gillardeau en tres formulaciones: la natural, como la rosa “no la toquéis que es hermosa” (ni siquiera limón que diría Cunqueiro), la peruana, hoy tan de moda y la tan sutil japonesa. Un éxito muy de la casa que no ha desmerecido en absoluto en todos estos años es la alcachofa rellena de jamón y setas, con foie caramelizado.
Y como primer plato entrando en arroces, no sabría si decantarme por el humilde de cebolla y bacalao, un más aristocrático meloso de pichón y verduras listas, o el clásico ilicitano de pata de ternera. En segundas instancias las carnes son de vaca, hoy raramente encontramos buey, incluso tienen wagyu, que denominan japonés, rara avis si pensamos en Kobe.
Y en pescados tengo una especial predilección por el Gallopedro (Gallo San Pedro), pero no está nada mal el pez mantequilla y tirabeques, incluso, y dentro del clasicismo, el rape a la bilbaína tal cual. Si son auténticamente golosos como postre cumple un coulant de dos chocolates con helado de mantecado, y algo más suave son las frambuesas en diferentes texturas, si bien es más apetecible por la clientela habitual es la tarta de queso en duplicidades.
La sobremesa puede ser dulcemente eterna junto al jardín mientras se saborea cualquier tipo de licor incluidos los whiskies más diversos desde las islas británicas a las niponas que los imitan con enorme acierto, o los aguardientes mejor perfumados de la vieja Europa.
La Masía de Chencho
Partida Jubalcoi, Ctra. Murcia-Alicante, Km. 62, Elche
Teléf. 965 42 17 84
Precio medio: 70 a 80 euros
Cierra domingos noche.
SE MANTIENEN
La insuperable gamba roja de Denia
Peix&Brases
El barco insignia del patrón Tomás Arribas, y al timón el chef José Manuel López, donde la calidad del producto es normativa indispensable. Todos los días son lonja de pescado y puestos de huerta, por lo tanto, si es usted de gustos marisqueros y las crudités del bancal bien regado, ese puede ser uno de sus sitios preferidos. Recién reabierto tras las vacaciones es el lugar ideal para una comida navideña (no de empresa), y en comparación con los de su nivel de producto y servicio, no resulta excesivamente caro, con su Michelin incluida, que eso siempre aumenta la factura.
Por supuesto siempre empezaré con una gamba roja justísimamente hervida en agua de mar, y sin parangón a lo largo de nuestro Mediterráneo. Hoy, que tan de moda está entre el público generalizado, aquí hacen un buen pulpo seco de solanera y a la llama, plato muy de los dianenses cuando daba abasto y era económico; aunque yo prefiero sus espardeñas en salsa de mantequilla de oveja y caviar. Otro plato que une mar y huerta es su suquet de langostinos de Lonja y guisantes de La Marina comparables a los del Maresme catalán.
Y si quieren probar un arroz distinto, el meloso de níscalos y erizos de mar, no puede ser más cercano. Pero si no son tanto de la gramínea, opten por la caldereta de langosta, comparable a cualquiera de las que nos sirven en las Islas Baleares. Es más, cualquier pescado de inmediata subasta aquí lo resuelven a la brasa del sarmiento que le da ese toque ahumado y de calor no excesivo que puede perjudicar su frescura, delicadeza y textura mollar. Y para concluir un poste tan clásico de la casa como la pannacota con queso de oveja, trufa y un curioso caramelo salado. La bodega es extensa y bien escogida, obviamente están las etiquetas más conocidas, pero tienen sorprendentes vinos de pequeñas añadas y pagos muy diversos.
Restaurante Peix@Brases
C/Plaça Benidorm, 18, 03700 Dénia
Teléf.: 965 78 27 57
Precio Medio 80 a 90 euros
Cierra los lunes.
BAJAN
Una buena gente que nos deja
RESTAURANTE ASTORGA
Cardenal Belluga 5, 03005 Alicante
- 965 12 05 52
Cierre. Domingos y noches
Tique medio. 15/20 €
¿Bajan? No puede ser, no se lo merecen. Efectivamente. No sería justo; pero si lo miramos en el sentido de dejar de pertenecer, de salir del entorno donde se está, quizás le encontremos el sentido. Y la baja de este clásico y consolidado restaurante alicantino, será, según nos comentaron, este próximo 30 de diciembre...
Desde su inicio allá por el 1981, los hermanos Abilio y Luis cumplen los 43 años de trayectoria, con una salud envidiable después de la travesía del desierto de tantos y tantos debido a nuestro querido covid, han decidido que es el momento de bajar la persiana. Una lástima.
Bar restaurante tradicional. Con una muy buena barra con sus abundantes tapas y su comedor, comedores, donde disfrutar de una cocina casera y tradicional, honesta y con unos precios muy sensatos. Los platos caseros, de cuchara... salmón plancha, manitas... o sus cocidos, en este caso maragatos, dos días por semana en invierno y uno en verano, a un imbatible precio de 16 €, hacen que merezca la pena la visita. Los martes y viernes en invierno y los viernes en verano podemos reservar mesa.
Un cocido tradicional muy recomendable que disfrutamos tres amigos, un famoso pintor, un hepatólogo (era su cumple, felicidades, Fernando) y este escribano. Cocido maragato, pero con alguna variedad de los que conocía de, por ejemplo, la zona del Bierzo y Ponferrada. Eché a faltar la androlla, quizás más de sus vecinos gallegos pero que habitualmente aparece y los "vuelcos", es decir los pases del cocido. Lo habitual, ojo, no es lo mismo un cocido madrileño, que una escudella, un cocido de Lalín o una olla gitana, por ejemplo, donde lo tradicional es servir primero el caldo/sopa, luego las verduras, en general patatas, garbanzos a veces alubias, zanahoria y repollo para terminar con las carnes y embutidos.
El maragato empieza por lo sólido y termina por lo líquido. Los antropólogos dicen que se debe a que los arrieros de la época llevaban en sus carros las carnes, que preparaban en las fondas y era lo primero que comían, para terminar con la sopa de la casa. Otra opción sería, la que cuentan en la zona, que, al estar en guerra con los franceses, si aparecía el enemigo mientras comían, se dejaban lo menos valioso, la sopa y se iban. Sea por lo que sea, se suela comer con este timing.
Acompañado por un agradable vino del Bierzo, mencía, el Mencía 22 de Luna Beberide, con unas cervezas, cafés, postres, yo tomé una excelente manzana asada y tres generosos Johnny Walker etiqueta negra, la cuenta de los tres comensales fueron 80 €, lo que me parece magnífico. Sin olvidar un trato excelente de la sala, en especial la amabilidad de nuestra camarera de rango, Lola.
Obviamente pondría que el Restaurante Astorga mantiene su nivel y calidad, pero, desgraciadamente, permitidme que... lo incluyamos en "baja". Buen viaje y disfrutad la jubilación Luis y Abilio.