Que restaurantes de Alicante suben, se mantienen y bajan
SUBEN
Restaurante La Moleta
C/ Torres Orduña 57, 03786 L’Adzúbia, Alicante
T. 965 57 13 09
Tique medio 35 €
Cierre. Invierno solo abren fines de semana.
Una cocina de proximidad, con tipicidad, en un restaurante como La Moleta, enclavado en un paisaje verde y montañoso, no lejos del mar, es una tentación. Y dar una vuelta por la montaña o el cercano castillo, complementan la visita gastro.
En su segunda generación familiar, Pepa y Juan ceden el testigo a su yerno Borja que dirige con solvencia la sala y controla la cocina, no en vano sus muchos años coordinando la formación en el CdT de Gandía. Y un trato amable y cercano que siempre se agradece.
Cocina de la zona, concepto Km 0, con base, personalidad y producto de proximidad. Cocina valenciana de mercado. Coherente y que deja huella y ganas de volver. Y a un precio muy correcto.
Desde los aperitivos más clásicos, ensaladilla, salpicón de pulpo… jamón ibérico… callos, caracoles en salsa... a otros como las cocas de dacsa, aspencat… Las croquetas de la abuela con jamón ibérico, 2.25 €/un. El canelón relleno de rabo de toro, 8 / €/un.
Las gambas salteadas con habitas y ajos tiernos, 3.25 €/un. Sobrasada de Planes asada con parmentier de trufa y mostaza/miel... o sus guisos y arroces. Sin olvidar los genuinos postres caseros, como torrijas, Tatin de manzana o de pera, tarta de chocolate... a 7 €. Además del menú fin de semana, muy recomendable, por 27 € más bebidas.
Buena carta de vinos, 40/45 referencias más algunas fuera de carta. Nos comentaban que han notado un incremento en la demanda de vinos valencianos.
Todo con muy buen producto, elaboración técnica y raciones generosas. Personalmente fuimos pensando en un arroz al horno y el resultado fue excelente como el resto de la comida. 40 €/pax. Volveremos.
SE MANTIENEN
Entre viñedos y barricas
Restaurante bodega Heretat de Cesilia
Partida Alcaydías, 03660 Novelda, Alicante
Teléf.: 965 60 37 63
De 20 a 35 euros
No cierra
Le tenemos un cariño especial a esta bodega. Recordamos las comidas con el alma mater, nuestro amigo Joaquín Arias, ya ausente, con el que compartimos mesa y mantel en tantas ocasiones. O las catas, hasta de uvas, que organizaba Sebastian Boudon, el enólogo bordelés que revolucionó y actualizó la bodega.
Antes de entrar en el espacio gastro permítannos un par de pinceladas vinícolas. Con la dirección de Alin Campenau y el soporte de Sebastián, es algunas primicias que merecen la pena, como el tinto Cabernet Sauvignon, dos dulces, unos blanco de Moscatel con 10 años de crianza y un tinto de Monastrell. Además de un futuro fondillón y su mítico Cardenal Álvarez. Nos sorprenderán. Más sus Cesilia blanc, rosé, tinto... Ad Gaude...
Además de las opciones de visitas a bodega, catas... la clásica de 3 vinos cuesta 10 €, la opción de enoturismo ofrece la posibilidad de organizar eventos en su espacio amplio y estiloso, rodeado de viñedos y jardines, además de almuerzos por las mañanas, 8/11 € con carne a la brasa de sarmientos, ensalada, huevo... o los menús de diario, 21 € o de fin de semana, 34.
Después de algo más de un año sin ir, un grupo de periodistas de Alicante, entre los que estábamos casi todos los que nos dedicamos a este noble arte de escribir de la gastronomía y donde echamos de menos al decano, mi querido Pedro Nuño de la Rosa, que por imponderables del destino no pudo acercarse en el último momento, disfrutamos de una compañía, trato, aperitivo, comida y vinos muy agradable.
Un aperitivo catando vinos de la casa con unas croquetas, de jamón y de bacalao, excelentes, unos clásicos embutidos del cercano Pinoso, un par de quesos que cuando se atemperaron y perdieron el frio de la cámara nos dejaron disfrutarlos, un correcto revuelto... y ya en mesa uno de sus arroces fetiche. El meloso con vino Ad Gaude tinto en el fondo, con conejo y caracoles. Hubo comensales en la mesa a los que les pareció excelente.
Yo me quedo con el recuerdo de otros, secos y al sarmiento, que he tomado en anteriores ocasiones. De plato fuerte un buen bacalao sobre base de pimientos asados o una carrilera, desmigada y moldeada, con el toque ahumado del soplete. Los dulces navideños cerraron la comida, servida con profesionalidad y amabilidad por Eva, Julián y Alina, con Enrique de jefe en sala.
Un día de invierno caluroso, creo que fue el de máximas temperaturas, nos permitió disfrutar de un buen Johnnie Walker etiqueta negra en el jardín. Magnífica jornada que invita a repetir en esta bodega tan cercana a Alicante.
BAJAN
Los chinos europeizados. No confundir con los japo, thai, vietnamitas, o con el generalista “asiático”, etc. Hay dos tipos de cocinas chinas, la originaria con sus variantes, entre las más conocidas (la pekinesa – mandarina –, un tanto mestizaje y resumen de todas las demás; la de Sichuan, fuerte y rotunda como su pimienta; la cantonesa con su famosa combinación de pescados, moluscos, marisco y especias no picantes; los delicados guisos de Anhui, tan distintos a los nuestros; la vaporizada cocina de Hunan…, y así podíamos citar más de 30 tipos distintas, quedándonos bastante cortos, dado que la China no sólo es prácticamente un país de países cercado por murallas y puestos fronterizos, sino toda una cultura gastronómica milenaria), aunque el maoísmo encubrió la alta cocina china histórica acusándola de “burguesa” y por ende, prohibitiva para el pueblo y sus muchos millones de bocas que alimentar cotidianamente.
Pero incluso antes de la dictadura marxista, los chinos han emigrado a otros continentes, pongamos por caso Estados Unidos o Perú cuando en el XIX se construyen las grandes redes viarias de ferrocarril; talmente y también Europa recibe un considerable, pero menor componente migratorio muchos de cuyos miembros se dedican a la hostelería, aunque acoplada al gusto occidental, es decir: orden de platos en el menú (la mesa cuadrada en lugar de la redonda y giratoria); las bebidas, tés y zumos, en lugar de espirituosas, calientes versus frías cuando no heladas; y, por supuesto, la acomodación del recetario a la materia prima de los distintos mercados europeos.
Quien haya viajado a China, convendrá conmigo en lo distinto que se preparan y saben cualquiera de los platos que aquí damos por originarios suyo, y hoy en día, mucho refectorio oriental apenas conserva el nombre y preciosista alfabeto, aunque también hay que reconocer que, dada la apertura económica del gobierno chino actual, y la proliferación de tiendas alimentarias que exportan sus productos, los restaurantes intentan recuperar la autenticidad, si bien todavía siguen en un totum revolutum impropio, algo así como si a usted en Pekín y bajo el rótulo de “restaurante europeo” lo mismo le sirven una paella, que unos raviolis o una fondue, cuando no un chucrut. Seguramente serán una pobre traslación de los nuestros.
Podríamos enumerar muchísimos restaurantes chinos, y sólo en la Comunidad Valenciana, que no por barateros son más fidedignos con su recetario ancestral, esa es la “otra” cocina china occidentalizada hasta el descrédito, pero eso me llevaría varios folios y demasiado aburrimiento. Así que les sugerimos tres buenos restaurantes con cartas autentificadas sin demasiadas concesiones a los paladares occidentales:
El restaurante Ronda, Rda. del Millars, Bajo, 12002. Castellón de la Plana, teléf.: 964 21 78 78.
Casa Ru, en la calle Sueca, 65, L'Eixample, 46006 de Valencia, teléf..: 963 35 35 74.
Nan King, Pedro Ferrándiz, 03540 Alicante (Albufereta), teléf.: 965 26 19 52.