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Tiempos inciertos

Anillados y estabulados

El cinismo y la hipocresía de los políticos de izquierda en los casos de Catalá y Pablo Ruz me parece escandaloso: renuncian a sus propios principios mediante acciones contrarias a ellos, con evidencia o cierto disimulo

Carlos Mazón en la Sesión de Control de Les Corts

Carlos Mazón en la Sesión de Control de Les CortsCorts Valencianes

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Tomo prestado el título de un dibujo reciente de El Roto que más o menos versa sobre esos dos hipotéticos estados. Me ha impresionado porque yo, habiéndolo pensado, no me atrevía a decirlo. Búsquenlo. Lacónico como suele ser el dibujante con las palabras, deja a la consideración del observador cuestiones temporales, de lugar o identidad. ¿Quiénes, dónde, cuándo? Creo recordar que sí decía: preparados, listos o algo así. Todavía me falta un sujeto como actor, o como autor: el anillador y el estabulador. Sobre el primero, el dibujante -sigo de memoria- sugería una suerte de selfie -un they, her, himself- voluntariamente adoptado. Y hasta aquí, la referencia.

La autosumisión a la que aparentemente se ha entregado buena parte de la población española, si de los resultados electorales pueden extraerse consideraciones sociológicas, además de las propiamente políticas, tentará a buen seguro a los gobernantes -a unos más que a otros, claro está- a preparar las condiciones de una placentera estabulación para aquellos.

El sofisticado aparato de agitprop emanado de Moncloa, ya se encarga del lanzamiento de mensajes subliminales como el del “puto amo” o “la presidenta del gobierno” (supongo innecesario recordar copyright), que enardecen y multiplican el anillado voluntario de amplios sectores de la izquierda y calientan la política de privilegios y subvenciones que garantizan el confort del establo (o pesebre). Los políticos de izquierda con mando en plaza, prestos al rollo, recogerán los frutos y repartirán la leña.

A la izquierda política puede preocuparle la vulnerabilidad, la xenofobia, la violencia contra las mujeres, los niños y los ancianos; no digo que no. Pero le interesa más -y se mueve así en consecuencia- el rédito político, electoral cuando toca, de su habitual sobreactuación en la materia.

Confieso no haber visto la pegatina “aurora sabe lo tuyo” hasta que el propio president la mostró en Cortes. Ni me había detenido en la didáctica del razonamiento de la alcaldesa de Valencia sobre pancartas en el balcón del Ayuntamiento. El cinismo y la hipocresía -que no son sinónimos- de los políticos de izquierda en ambos asuntos, me parece escandaloso.

La pegatina tiene antecedentes y firma que me duele recordar. Entonces entre interrogantes “¿el papa sabe lo tuyo?”. La evidente tergiversación dolosa de las palabras de Catalá, no es menos ignominiosa.

Son cínicos porque desprecian al otro descreyendo sin causa, razón o argumento de sus posiciones legítimas y acusándolo, directamente, de mentir. Y son hipócritas porque renuncian a sus propios principios mediante acciones contrarias a ellos, con evidencia o cierto disimulo. Cinismo e hipocresía en ambos casos.

Sueltos todavía, sin anillar más allá del DNI y el IRPF, ciudadanos libres e iguales ante la ley, aspiramos al disfrute de un hogar propio, a la medida de nuestro esfuerzo y posibilidades. Y para ello invertimos tiempo y dinero en nuestra formación y en la de nuestros hijos. Rebeldes a la estabulación del anillado. Conscientes de la dificultad de la empresa.

La distancia entre el continente y el contenido del mensaje de concordia ciudadana con el que sermonea a diario el actual Gobierno de España, crece con cada nueva acción, declaración o comparecencia, en una muestra permanente de síntesis de hipocresía y cinismo. Aparentan satisfacción sin embargo.

Los dos episodios que se mezclaron en las Cortes con la aprobación de las Proposiciones de Ley, son una grosera demostración local de esa mezquina estrategia de incentivar el “autoanillado”, y la “autoestabulación” si es preciso.

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