Opinión
Esto no son las Termópilas, ni Sánchez Leónidas
Hoy el cainismo está a la orden del día. Desde que el hombre es hombre y desde la quijada de Caín, la envidia es un mal casi natural, pero los que tenemos moral vivimos en un mundo en el que ya nos cuesta vivir.
La izquierda es envidiosa. Viene en su ADN. Pero no se ocupan de trabajar para conseguir lo que otros conseguimos luchando día a día... Los malos de los empresarios -según la Ministra-, esos que pasan las noches sin dormir haciendo números porque tienen que pagar las nóminas, las cuotas a la Seguridad Social, los créditos... y hay meses que no llegan... Y esto viene a cuento de Yolanda Díaz, que se salta a la torera a la patronal. Toma decisiones sin contar con ellos. Ella se lo guisa y ella se lo come.
Un país que no trabaja no prospera. Producción se llama. Y si le quitas horas a la jornada de trabajo, cabe la posibilidad de que produzcamos menos y evidentemente viviremos peor.
Cada semana ocurren cosas en nuestro país que no dejan de sorprendernos. Todavía nos queda capacidad de sorpresa.
En el Congreso de los Diputados, Jorge Javier repasa los titulares de dos medios acerca de su participación en la jornada parlamentaria “Educando en la diversidad” y sus referencias a Sálvame (uno de los programas que como refería en otra opinión ha sido el espacio que más daño hizo a los que lo veían). Jorge Javier, un tipo con episodios de burlas y agresiones verbales constantes a mujeres en sus programas... dándonos lecciones desde el Congreso. Esta es la España de hoy.
Desde los bonos para ver porno, hasta la prevaricación de algunos. Los medios del mentidero y sumisos a la mujer del Presidente, y a él mismo, acusan al juez que ha llamado a declarar a Begoña Gómez de tener dos DNI. Luego rectifican, pero no del todo, echan la culpa al Registro de la Propiedad. Como para fiarte de ellos.
Hay una película: “Todos los hombres del presidente”. Pues eso, todos los medios del Presidente a su servicio... da igual el dinero que cueste, es lo mismo. Lo pagamos nosotros.
Más de trescientos policías fueron a la primera declaración de la Sra. del Presidente, que finalmente se aplazó y supongo que para la próxima irán otros trescientos. Esto no son las Termópilas que eran trescientos. Malos tiempos para la lírica, más bien buenos tiempos para la épica.