Sin Pilus en la Lengua: Conciliar en verano, una utopía necesaria.
A día de hoy, la conciliación no existe. Llegan las vacaciones de verano y los colegios cierran sus puertas, dejando a las familias a la deriva. Mientras tanto, los padres siguen con sus jornadas laborales
Como educadora de familias, maestra y formadora de formadores en "El Pupitre de Pilu", he observado de primera mano los retos que enfrentan muchas familias durante el verano. Hoy quiero compartir mi opinión, sin Pilus en la lengua, sobre la conciliación en verano.
Hablemos claro: a día de hoy, la conciliación no existe. Llegan las vacaciones de verano y los colegios cierran sus puertas, dejando a las familias a la deriva. Mientras tanto, los padres siguen con sus jornadas laborales, y la pregunta que todos se hacen es, ¿qué hacemos con los niños? La realidad es que, en muchos casos, las familias sobreviven a base de campamentos de día, campamentos rurales, todo esto a golpe de talonario. Y los que tienen suerte y tienen a la familia cerca no podemos olvidar a la impagable ayuda de los abuelos.
La planificación se convierte en un rompecabezas. Los campamentos de verano son una opción fantástica, pero tienen un coste que no todas las familias pueden asumir. Además, encontrar un campamento que se ajuste a las necesidades y gustos de los niños no siempre es tarea fácil. Afortunadamente, muchas bibliotecas y centros comunitarios ofrecen programas de verano asequibles e incluso gratuitos. Sin embargo, estos recursos no siempre son suficientes para cubrir todo el verano.
En casa, las manualidades y los proyectos creativos pueden ser una solución, pero requieren tiempo y supervisión que muchos padres no pueden proporcionar debido a sus compromisos laborales. a fomentar la lectura es otra estrategia clave, pero de nuevo, necesita de una planificación y organización que a menudo se ve limitada por la falta de tiempo.
Trabajo, casa, familia, verano, niños, y además, queremos que todo salga a la perfección. Esto es inviable, además de imposible
No podemos subestimar el valor de una red de apoyo. Coordinar con otros padres para compartir el cuidado de los niños puede ser una solución maravillosa. Esto no solo alivia la carga, sino que también crea una comunidad de apoyo mutuo.
Pero hay una realidad ineludible: ¿nos lo exige la sociedad, o nos lo exigimos nosotras mismas? Trabajo, casa, familia, verano, niños, y además, queremos que todo salga a la perfección. Esto, amigas, es inviable, además de imposible. Es hora de levantar el pie del acelerador. Somos mujeres, pero también humanas, y como todos, nos cansamos. No podemos estar al 100% siempre, y eso está bien. La presión de ser perfectas en todos los aspectos de nuestra vida nos está agotando. La sociedad espera que manejemos nuestra carrera profesional mientras parimos, llevamos la casa y cuidamos de los niños, especialmente durante el verano. Es crucial que nos demos permiso para no ser perfectas. La perfección es una meta inalcanzable y tratar de alcanzarla solo nos lleva a la frustración y al agotamiento.
Es vital reconocer que necesitamos un equilibrio. No se trata solo de cumplir con todas las expectativas externas, sino de ser conscientes de nuestras propias necesidades y límites. La idea de ser supermujeres que pueden con todo es un mito dañino. Nos merecemos la misma compasión y cuidado que damos a nuestras familias. Al aceptar nuestras imperfecciones, no solo aliviamos nuestra carga, sino que también enseñamos a nuestros hijos una lección valiosa sobre la humanidad y el autocuidado. En lugar de aspirar a una perfección inalcanzable, aprendamos a ser más amables con nosotras mismas y a buscar el apoyo necesario para vivir de manera más equilibrada y feliz.
La conciliación no es un lujo, es una necesidad
Es hora de que nuestros políticos se unan por la conciliación. La conciliación no es un lujo, es una necesidad. Las políticas de conciliación deben ser una prioridad para garantizar que las familias puedan equilibrar sus responsabilidades laborales y personales sin sacrificar su bienestar. Hago una llamada a nuestros líderes para que establezcan políticas que apoyen a las familias. Necesitamos medidas que faciliten horarios laborales flexibles, opciones de trabajo remoto, y más recursos para el cuidado de los niños. Estas políticas no solo beneficiarán a las familias, sino también a la sociedad en general, al crear un ambiente más equilibrado y saludable para todos.
Conciliar el trabajo y el cuidado de los hijos en verano es un desafío significativo, pero no insuperable. La clave está en la planificación, la creatividad y el apoyo comunitario. He visto cómo estas estrategias pueden transformar un verano estresante en una época de disfrute y aprendizaje tanto para los padres como para los niños. Como educadora, mi misión es proporcionar las herramientas y el apoyo necesario para que las familias puedan afrontar estos desafíos con éxito.