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SIN PILUS EN LA LENGUA

¿El problema de las pantallas es solo en verano?

Las vacaciones estivales deberían ser una época para desconectar de la rutina y reconectar con la familia, pero la omnipresencia de las pantallas puede dificultar este objetivo

Pilu Hernádez Dopico.

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Como educadora de familias, maestra y formadora de formadores en "El Pupitre de Pilu", he visto cómo la tecnología se ha convertido en una parte integral de nuestras vidas, especialmente, de los menores. Hoy hablaré de una situación que parece agravarse durante el verano pero que, en realidad, nos acompaña todo el año: el uso excesivo de las pantallas

Las vacaciones de verano, con sus días largos y sin la estructura de la escuela, traen un desafío adicional para las familias. Tablets, smartphones, televisores y consolas de videojuegos se convierten en los mejores amigos de nuestros hijos. Sin embargo, aunque la tecnología tiene sus beneficios, el uso excesivo puede tener consecuencias negativas en cualquier época del año.

La diferencia en verano es que los niños tienen más tiempo libre y, sin las actividades escolares que ocupan buena parte de su día, es más fácil recurrir a las pantallas para mantenerlos entretenidos. Aquí es donde la planificación se vuelve esencial. Establecer límites claros es crucial, y no se trata de demonizar las pantallas, sino de encontrar un equilibrio saludable

No puedo dejar de mencionar algo que me llama mucho la atención y que he observado cada vez más en los últimos meses. Cuando salimos a tomar algo y veo a familias que, en lugar de conversar entre ellas, están todas pendientes de sus teléfonos móviles. Entiendo que, si sales con amigos, puede ser útil llevar algo para entretener a los niños, pero ¿por qué darles los teléfonos móviles cuando están solos con sus padres? ¿No pueden

mantener conversaciones con ellos? 

¿Quién se puede resistir a una gran guerra de globos de agua? Estas actividades no solo son divertidas, sino que también promueven la actividad física y el contacto con la naturaleza

Recuerdo, con cariño, mis fines de semana infantiles, esperando la sobremesa. Eran momentos tranquilos, donde las comidas se prolongaban y hablábamos de todo. A medida que crecíamos, las conversaciones se hacían más profundas y variadas. En las tardes de invierno, pintábamos con témperas, jugábamos a la oca, a la brisca, y eran mis padres quienes nos involucraban en estos juegos. Aquellos juegos reunidos eran una fuente inagotable de diversión y aprendizaje compartido.

En lugar de recurrir a la tecnología para mantener a los niños ocupados, ofrezcamos alternativas atractivas y educativas. Fomentar el juego al aire libre es vital. Desde paseos en bicicleta hasta juegos de pelota en el parque, en estos días de calor: ¿quién se puede resistir a una gran guerra de globos de agua? Estas actividades no solo son divertidas, sino que también promueven la actividad física y el contacto con la naturaleza. Las manualidades, la pintura, la cocina y la jardinería son excelentes maneras de mantener a los niños ocupados y creativos, además de ser una oportunidad para pasar tiempo de calidad en familia.

Fomentar el hábito de la lectura es siempre una buena idea. Crear un rincón de lectura acogedor y llevar a los niños a la biblioteca regularmente puede despertar su amor por los libros. Los juegos de mesa y los rompecabezas son excelentes para desarrollar habilidades cognitivas y sociales, además de ser una opción divertida para pasar el tiempo. 

El uso excesivo de pantallas puede tener varios efectos negativos en los niños. Pasar demasiado tiempo sentado frente a una pantalla puede contribuir a problemas de salud como la obesidad infantil y la falta de actividad física. Además, el tiempo excesivo frente a las pantallas puede reducir las oportunidades de interacción social, afectando el desarrollo

de habilidades sociales cruciales. El uso prolongado de dispositivos electrónicos se ha asociado con problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión. Por esta razón es importante estar atentos a cualquier cambio en el comportamiento de nuestros hijos. La exposición a la luz azul de las pantallas antes de dormir puede interferir con la calidad del sueño, por lo que es recomendable evitar el uso de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de acostarse. 

Pasar demasiado tiempo sentado frente a una pantalla puede contribuir a problemas de salud como la obesidad infantil y la falta de actividad física

El problema de las pantallas no es exclusivo del verano. Durante el año escolar, los niños también pueden pasar demasiado tiempo frente a los dispositivos, especialmente si no se establecen límites claros. Por eso, es esencial que estas estrategias se apliquen de manera consistente durante todo el año. 

El verano debería ser una época para desconectar de la rutina y reconectar con la familia, pero la omnipresencia de las pantallas puede dificultar este objetivo. Como educadora, veo la necesidad urgente de encontrar un equilibrio saludable entre el tiempo de pantalla y otras actividades. No se trata de prohibir la tecnología, sino de enseñarle a nuestros hijos a usarla de manera responsable y equilibrada.