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Esto huele a fin de ciclo

La crisis de la vivienda y la incapacidad del gobierno de Pedro Sánchez para resolverla genera un caldo de cultivo para un estallido social parecido al 15-M de 2011

Manifestación por la vivienda en Valencia este sábado..rober solsona

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En política, lo efímero está a la orden del día. Hace poco más de un lustro que Pedro Sánchez alcanzó la presidencia del gobierno a través de una moción de censura. Recordarle con la que cae, sin embargo, lo sucedido hace 35 años. El entonces todopoderoso Erich Honecker, secretario general del Partido Socialista Unificado, el Partido Único de la RDA, renunció como presidente de la República Democrática Alemana. El Muro de Berlín cayó poco después, en la noche del jueves 9 de noviembre de ese año 1989. Honecker falleció olvidado en Chile en 1994. El empuje de aquellas movilizaciones ciudadanas en los actuales territorios alemanes orientales provocó lo inesperado, como fue el que, de pronto, y por el abandono de la entonces Unión Soviética, factor clave, cayera de un soplido lo pensado a perdurar. Los cambios de ciclo suceden. Y se llevan por delante líderes, gobiernos e instituciones.

La situación actual huele a fin de ciclo en España. La pérdida de confianza en el gobierno de Pedro Sánchez puede provocar lo inesperado. Lo más seguro un estallido social, más pronto o más tarde. Abren telediarios la corrupción en su partido y en los aledaños de la Moncloa, que a él apunta; las movilizaciones ciudadanas por una vivienda justa, especialmente entre los menores de 35 años; y la pérdida de poder adquisitivo de las clases medias. Se trata de un impacto negativo en la opinión pública que alcanza a la misma supervivencia del PSOE. Cuanto más tarde él en darse cuenta de que debe irse peor para el PSOE. Debe pensarlo en serio sino quiere llevarse por delante el prestigio social de su partido y sus futuras posibilidades electorales.

Y sí, repitámoslo. Lo que está impactando en la opinión pública estos días son los escándalos del caso Koldo, Begoña y Berni, de presunta corrupción que afectan al PSOE y al mismo Pedro Sánchez, unidos a la crisis de la vivienda y al aumento del coste de la vida. Una situación que no excluye la presión de ciertos barones regionales socialistas en el próximo Congreso de noviembre. Una esperada, o inesperada dimisión, atisbada por algunos que ponga fin a la actual Legislatura; o a una renovación del liderazgo socialista que recomponga la mayoría parlamentaria antes que la marca-PSOE se deteriore.

Son condiciones que favorece la movilización de una ciudadanía que se siente agraviada. Una situación en la que el PSOE y Sumar les será difícil moverse. Pero en la que Podemos lo tiene fácil, pues no tiene mucho que perder.

En el bar del Congreso de los Diputados se respira un aroma de fin de ciclo. Sus señorías andan preocupados estos días por esos tres temas, pero uno es más importante que los otros dos: la crisis de la vivienda y la incapacidad del gobierno de Pedro Sánchez para resolverla. Y es que genera un caldo de cultivo para un estallido social parecido al 15-M de 2011. Desde entonces han pasado 13 años, y lo que queda de aquel Podemos quiere aprovechar la oportunidad que les viene a la mano y capitalizar las movilizaciones, sino organizarlas. Y pasar a la acción frente a la reflexión que está introduciendo el PCE en Izquierda Unida, y de ahí a un Sumar en declive que no quiere seguir de “muleta” del PSOE.

Los ejemplos de la Izquierda Insumisa francesa, o de la alianza de la izquierda portuguesa centran el debate en el barrio de la izquierda radical. Considera que pude darse un estallido social…quien sabe. Es lo que sostiene Federico Jimenez Losantos en su columna del diario El Mundo, que: “desde Bruselas hasta Madrid, el partido morado quiere apuntalar un giro radical que permita hablar de «vuelta de Podemos»”. Todo un síntoma.

Pensemos que el gobierno de Pedro Sánchez no tiene capacidad de legislar, que Sumar no influye en él, y que existe un malestar social latente. Tres condicionantes que permiten a lo que queda de Podemos endurecer su discurso político. Como bien dice Losantos, “se espera de ellos un discurso duro contra el PSOE, por lo dicho, y por la acción despechada de Ábalos, pues nos recordará que, de todo lo que presuntamente hacía, Sánchez estaba al corriente”.

Son condiciones que favorece la movilización de una ciudadanía que se siente agraviada. Una situación en la que el PSOE y Sumar les será difícil moverse. Pero en la que Podemos lo tiene fácil, pues no tiene mucho que perder. Y si la legislatura colapsa, Podemos se lanza a movilizar, y tiene eco, lo que queda de aquel Podemos se sentirá fuerte para afrontar otra campaña electoral. Les va su supervivencia. Saben que esto es lo que más temen Yolanda y Pedro. En fin, un dramático fin de ciclo. Pues aquel asunto de hace 35 años termino bien, pero veremos como termina esto.