El aumento del paro en agosto nos debe poner en guardia

Siempre se destruye empleo en agosto, y es una mala noticia, pero por buscarle una parte positiva, la tasa anual (que compara con agosto de 2016) crece casi al 3,5%. Por lo tanto, la tendencia de recuperación del empleo se mantiene. Pero también es cierto que en agosto se ha destruido empleo de una forma exagerada, como por ejemplo el ultimo día de mes, que tiene el récord de despidos.

Tampoco es bueno el dato de afiliación a la Seguridad Social. Estamos pues ante una tendencia creciente, pero que pierde fuerza. Este dato se corrobora si vemos que el empleo creció en julio, pero menos que en julio de 2016. Por lo tanto, el dato de agosto confirma que la creación de empleo se desacelera.

La obligación de los políticos y analistas es detectar porqué se ha producido este repunte.

Según la EPA, un 66 % del empleo creado en el último año ha sido temporal, y recordemos que el objetivo de la reforma laboral era reducir la temporalidad. En esta ocasión, se confirma que la reforma ha aumentado significativamente la temporalidad y ha concentrado el modelo de crecimiento en empleos precarios de baja productividad.

Es cierto que la situación de partida era desoladora, y que los problemas de quiebra del sistema eran acuciantes, pero también es cierto que ya es el momento de realizar un viraje de la política de empleo.

Antes de la crisis, el problema fue la tremenda concentración de empleo en sectores vinculados con la construcción. Ahora el empleo se concentra en turismo y hostelería: ha pasado de ser el 6% del total de contratos al 12%. El empleo creado se concentra en sectores estacionales, y ayuda a explicar el dato de desempleo de agosto. Se creó mucho trabajo en hostelería de abril a julio, y es ahí donde a finales de agosto se destruye.

Otro dato interesante es que la mayor destruccion ha sido en Cataluña. El mayor desempleo se ha producido especialmente en la provincia de Barcelona, donde se concentraron uno de cada cuatro empleos destruidos durante el mes de agosto. Desconozco si los temporales de lluvias y los atentados han podido tener algo que ver.

Y aquí es donde quizás debamos centrar una parte del analisis… ¿Alguien está pensando que pasaría si el norte de África se estabiliza y vuelve a ser un destino importante del turismo, mientras se repiten atentados en España y nos convertimos en una zona no segura? ¿Cómo afectaría, especialmente a nuestra zona de Levante, a Canarias,…? Si se propicia un modelo productivo centrado en servicios de baja productividad, tenemos pocas alternativas para reaccionar a una situación de ese tipo, que en algun momento se producirá.

Este debe ser el gran debate. Hay que mejorar la calidad turística y dar más valor a los empleos creados en ese sector. Con los mismos turistas que EE.UU, ganamos sólo el 25% que gana los americanos.

Y fundamentalmente, hay que diversificar y fomentar empresas capaces de crear empleos estables y de calidad en la era de la tecnología. Para conseguirlo es necesario aumentar la inversión, especialmente en tecnología e innovación y eso es muy difícil cuando se ha recortado tres cuartas partes la inversión pública en los últimos cuatro años.

Creo que debemos preguntarnos con frecuencia. ¿Qué tipo de país queremos? ¿No es mejor asumir sólo los turistas que podemos atender con un estándar de calidad, sin masificar nuestras ciudades, generar valor y destinarlo a inversión? Si tenemos un modelo masificado, no podremos atender bien a quien nos visite, el modelo no será sostenible a largo plazo, y posiblemente los costes asociados sean mayores a los beneficios directos, y tristemente,… podrán sustituirnos fácilmente en cualquier momento.