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La crisis del grupo municipal desgasta la marca PP en Elche

Pablo Ruz fue el protagonista del pleno al aprovechar el apartado de ruegos y preguntas para "bombardear" al tripartito ante el asombro de los ediles afines a Mercedes Alonso.

Imagen de archivo del grupo popular en el Ayuntamiento de Elche.

Publicado por
J. Prats

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Así se las pusieron a Felipe II. Eso al menos ha debido de pensar el alcalde de Elche, Carlos González, cuando en el apartado plenario de ruegos y preguntas, los discípulos de Pablo Ruz descargaron una serie interminable de interpelaciones ante el asombro general, y sobre todo, ante la indignación del bando del sector de ediles populares afines a Mercedes Alonso.

El pleno no era especialmente conflictivo y discurría por los cauces normales, es decir, con la carga de aburrimiento habitual. Incluso el PP, a través de Mercedes Alonso y Vicente Granero, portavoz y adjunto respectivamente, habían sacado adelante mociones como adherirse a los actos de conmemoración del 40 aniversario de la Constitución de 1978 que se celebrarán el próximo año o la construcción del centro deportivo para el barrio de El Raval, que ya era hora.

Pero hoy era el día elegido para los hombres y mujeres de Pablo Ruz para dejar en evidencia, ante todos los ilicitanos, las irreconciliables posiciones que tiene el grupo municipal popular, sin que nadie en la provincial de Alicante o en la regional de Valencia, ponga en orden una situación que desgasta y desangra la marca PP en Elche. Porque además, como evidenció el presidente del PP local, esta va a ser la estrategia a seguir en los plenos de Ruz, Loli Serna, Manoli Mora, Luis Ángel Mateo y Antonio Luis Pujalte. Por lo que se ve, todo lo “divertido” irá para ruegos y preguntas.

Desde el tripartito y Ciudadanos se frotaban los ojos ante la división interna del grupo popular

Pero no sólo sorprendió a los afines a Alonso. Incluso el alcalde, que ante tanta exuberancia popular, -33 ruegos relativos a propuestas de mejora de pedanías y barrios- dijo que esto era “un atracón de ruegos que obedece a la división interna del grupo”. Asimismo Mireia Mollà, líder de Compromís, no quiso perderse el aquelarre popular, como no podía ser de otra manera. También se lo tomó a chiste Jesús Pareja, que intervino por alusiones en su parcela con un “roguemos al Señor”, provocando las risas del pleno.

Desde el tripartito y desde Ciudadanos se frotaban los ojos. Es evidente que de seguir el grupo municipal del PP por estos derroteros los perjudicados van a ser ellos mismos, con Pablo Ruz a la cabeza, al menos que la estrategia tenga fecha de caducidad.

Pero pasando al pleno. Todas las mociones han salido por unanimidad, salvo la abstención del PP en la moción que pedía que la Diputación se adhiera al Plan de Cooperación. Ya saben, las rencillas entre los ayuntamientos de izquierda con la institución que dirige el popular César Sánchez están a la orden del día.

Por lo demás, coser y cantar. El PP logró sacar adelante las dos mociones anteriormente mencionadas; Compromís también salió satisfecho por aprobarse la colocación de pantallas acústicas para reducir el ruido de la A-7 a su paso por Vallongues y también Ciudadanos, cómo no, que pidió y consiguió las campañas para fomentar las relaciones de las personas mayores con los jóvenes y realizar un convenio con la Universidad Miguel Hernández para promover jornadas saludables y deportivas con el apoyo de los estudiantes de Ciencias del Deporte.

Habrá que esperar otro mes para saber si el circo del PP sigue tomando forma o sale algún domador que pueda controlar tan variado surtido de leones y leonas.