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El alcalde de Alicante dimite sin que Montesinos tenga cerrada la investidura

La presunta financiación irregular del PSPV-PSOE en la campaña de 2011, sirve de argumento a Ciudadanos para intentar distanciarse de la investidura de la socialista Eva Montesinos.

Eva Montesinos y Gabriel Echávarri.

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Redacción Alicante/Pepe Encarnación

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Tras una constante huida hacia adelante, el lunes 9 de abril, el alcalde socialista Gabriel Echávarri, hizo efectiva su dimisión. Aunque realmente su marcha sucedió hace unos días, cuando cedió a las presiones del PSPV-PSOE y anunció su renuncia en un singular acto realizado en la sede del partido en Valencia. Así evitó pasar el trago en el Ayuntamiento de Alicante, ante sus concejales, ante sus amigos y ante sus “compañeros” de la agrupación local. Eligió Blaqueries por "imperativo legal" y con el máximo desprecio de Ximo Puig, que ni tan siquiera quiso hacerse la foto de su despedida junto al todavía alcalde. Triste imagen para la ciudad y para el PSPV alicantino, según admiten en privado varios de los que han sido en estos tres años colaboradores de Echávarri.

Durante estos días de destierro “voluntario”, el lugar de Gabriel Echávarri ha sido ocupado por su delfín, la vicealcaldesa Eva Montesinos. La concejala ha tenido que lidiar con una situación kafkiana y perversa. Es más, aún le queda vivir un verdadero calvario para negociar con las fuerzas de izquierdas una investidura cada vez más complicada.

A los problemas ya sabidos y que le han costado el puesto al alcalde –los dos procesamientos por el presunto fraccionamiento de contratos en Comercio y el despido de la cuñada de Luis Barcala, el portavoz del PP- se ha unido la denuncia de presunta financiación ilegal de la campaña electoral de 2011, donde queda bajo sospecha lo más granado del socialismo local.

Pero a quien ha venido muy bien dicha denuncia del PP en la que vinculó con dos vídeos a Echávarri-Montesinos con una presunta red de financiación ilegal ha sido a Ciudadanos. Ximo Puig ha puesto su empeño en que sea la formación naranja la que con sus votos –cuenta con cinco concejales en el Ayuntamiento- posibilite alcanzar los 15 que necesita la vicealcaldesa para ser investida nueva alcaldesa. Y es que a Cs no le apetece apoyar este gobierno tal como van las encuestas –casi todas a su favor- posibilitando que la izquierda siga al frente de la alcaldía.

Pero, ¿a caso le interesa a los discípulos de Albert Rivera permitir el acceso del PP a la vara de mando de Alicante? Ciudadanos está atrapado en la toma de una decisión que puede ser decisiva de cara a sus opciones de gobierno en 2019.

Y por último, está la otra llave de este laberinto. Guanyar no quiere ver ni en pintura a la tránsfuga y excompañera Nerea Belmonte, que quiere sueldo y despacho. Sus desavenencias son importantes y Miguel Ángel Pavón tendrá que sopesar si prefiere tener en el mismo barco a Belmonete o posibilitar el acceso de la derecha, representada por el popular Luis Barcala. Porque el otro tránsfuga, Fernando Sepulcre ( ex Ciudadanos), vive muy cómodo bajo el paraguas del PP en la Diputación. No parece que los populares puedan perdonarle una postura que evite que Luis Barcala pueda gobernar la segunda ciudad de la Comunidad Valenciana.

Este 9 de abril empieza otra etapa en la compleja gobernabilidad de Alicante que, con casi toda seguridad, se va a extenderá hasta junio de 2019, cuando se celebren las elecciones municipales. Nuevos capítulos de un culebrón que ha puesto en cuestión el acuerdo de las diferentes formaciones de la izquierda.

Reacción de Miguel Ángel Pavón tras la renuncia de Echávarri

El portavoz de Guanyar Alacant, Miguel Ángel Pavón, ha declarado esta mañana tras conocer la formalización de la renuncia del alcalde que "finalmente hemos conseguido que Echávarri dimita tras enrocarse irresponsablemente en la alcaldía durante seis meses desde que recibió su primera imputación y tras dinamitar el anterior equipo de gobierno plural por su incapacidad de liderazgo y por sus continuas traiciones al pacto de gobierno de izquierdas que firmamos en 2015".

A su juicio, la dimisión "era un paso necesario para que el Ayuntamiento recupere una normalidad institucional que había perdido y que seguirá sin recuperarse del todo mientras la ciudadanía siga sufriendo la parálisis y el desgobierno del actual minigobierno socialista. Una dimisión que finalmente se ha producido, tal y como exigimos, sin condiciones, más allá de los plazos de su dimisión en diferido. En cualquier caso, ya de cara al futuro, debe respetarse y recuperarse la voluntad popular expresada en las urnas en 2015 para que la ciudad termine la legislatura en manos de la izquierda plural".