La riada del Ebro vuelve a plantear la necesidad de interconectar las cuencas

Las inundaciones que está provocando el Ebro no son nuevas, aunque la de este año parecen que baten todos los récords. Tras las numerosas nevadas de este invierno-primavera -el deshielo ha aumentado considerablemente los caudales del río y las continuas lluvias de las últimas semanas-, ha vuelto a demostrar que en este país no falta el agua, sino que los recursos hídricos están mal distribuidos.

Esa es al menos la opinión de los agricultores del Alicante, Murcia y Almería. De nuevo, la parte más seca del país, vuelve a ver cómo en sólo dos días se han perdido 600 hectómetros cúbicos del río más caudaloso de España, que inundan y estropean cultivos en Aragón, Navarra y La Rioja. Un desastre que se repite periódicamente. Ahora, seguramente pidan al Gobierno la declaración de zona catastrófica, dinero que saldrá del mismo presupuesto de todos. Porque aunque es evidente que agua sobra, la incapacidad política y el intento de que no se enfrenten Comunidades Autonómicas por los recursos hídricos, hacen que lo diferentes Ejecutivos centrales miren para otro sitio al abordar el problema del agua.

José Andújar afirma que los pantanos del Ebro están tirando desde hace mes y medio 1.600 metros de agua por segundo ante la que se les venía encima

El presidente de la comunidad de regantes Riegos de Levante Margen Derecha del Segura, y vicepresidente del Sindicato Central de Aguas de Acueducto Tajo-Segura (SCRATS), José Andújar, ha afirmado a Esdiario que los pantanos del Ebro están tirando desde hace mes y medio 1.600 metros de agua por segundo ante la que se les venía encima. “Sabían que el deshielo y la lluvia iban a poner en una aprieto todo el cauce del río, lo que no esperaban es que durante los últimos 15 días no parara de llover. Una vez más se demuestra que la falta de interconexión de cuencas hace que España siga teniendo unos desequilibrios hídricos tremendos, a pesar de que sobra agua”.

Localidades inundadas por la crecida del Ebro.

Buendía y Entrepeñas

Pero el dirigente agrario ha ido más lejos. “Ya no sólo el Ebro. En Buendía y Entrepeñas, embalses de la cabecera del Tajo, están entrando 160 metros por segundo, y su capacidad está ya por encima de los 552 hectómetros cúbicos –la mínima para autorizar trasvases al Segura es de 400 hm3-, y seguirá creciendo en los próximos días a medida que se eleven las temperaturas y se deshaga la nieve. Para nosotros es una buena noticia, pero pone de manifiesto el drama que sufre este país, que no es capaz de resolver un problema endémico que sufrimos directamente los agricultores, unos porque no les llega el agua, y otros, porque ven sus campos inundados y sus cosechas arruinadas”.

El Plan Hidrógico ideado por Josep Borrell contemplaba la interconexión de cuencas, y fue Zapatero el que derogó el trasvase del Ebro

Josep Borrell, ex ministro de Obras Públicas, Transporte y Medio Ambiente de 1991 a 1996 durante el último Gobierno de Felipe González, fue el que más cerca estuvo de lograr un Plan Hidrológico Nacional eficaz, ya que contemplaba la interconexión de cuencas, lo que, en teoría, iba a resolver este grave problema que azota de forma periódica a la España seca. Sin embargo, las presiones y los enfrentamientos entre autonomías, echaron por tierra este ambicioso proyecto, que perseguía una justa redistribución de los recursos hídricos.

El Plan Hidrológico Nacional, aprobado por la Ley 10/2001, de 5 de julio, incluyó en el capítulo III del título I las previsiones ligadas a las transferencias de agua entre el bajo Ebro y las cuencas hidrológicas interna de Cataluña, del Júcar, del Segura y del Sur, bajo unos supuestos objetivos de racionalidad, eficiencia socio económica y ambiental, que posteriormente distintos informes técnicos pusieron en entredicho.

En definitiva, en 2004, José Luis Rodríguez Zapatero derogó trasvasar agua del Ebro, tal y como reclamaban Aragón y Cataluña. Recordar, que con este presidente, se abrió el melón de Cataluña, cuando aceptó la redacción de un nuevo Estatut que muy pocos catalanes deseaban por aquel entonces. De aquéllas aguas estos lodos.

El PP cuestionó la construcción de desalinizadoras porque la salmuera dañaba el fondo marino, ahora Rajoy ha cambiado de opinión

Desalinizadoras

Paralelamente se apostó por la construcción de desalinazadoras en Levante. La ministra socialista Cristina Narbona creyó que era la mejor manera de acabar con la sequía en esta zona del territorio, pero siempre ha habido voces en contra, ya que al alto precio económico de construcción, gasto eléctrico y el vertido de salmuera hay que unir que sólo sirve para regar cierto tipo de arbolado, y su precio es más caro para el agricultor. El PP se apoyó en estas objeciones para rechazar su construcción, aunque el Gobierno de Rajoy parece haber cambiado ahora de opinión.

Debate encendido

La cuestión es que el tema del agua siempre ha abierto debates muy encendidos. Este último año los agricultores de Alicante, Murcia y Almería han sufrido una terrible sequía que se ha podido aliviar gracias al trasvase de los pantanos de cabecera del Tajo, que ya no están secos. Un total de 60 hm3 en tres meses.

Según el propio José Andújar, “es ahora, cuando sobra agua, cuando hay que poner sobre la mesa el tema, no cuando estamos secos. Con todo lo que está tirando el Ebro de agua tendríamos en la zona Levantina para tres años de abastecimiento, bajando las aportaciones que hace Castilla-La Mancha y equilibrando territorios”.

El representante agrario ha añadido que “ahora que se habla del cambio climático, ¿a qué esperamos para un reparto equitativo entre las cuencas? Podríamos tener una España verde, solidaria y sin guerras entre comunidades por el agua. Hace falta coraje político, porque el agua es un bien de todos, al menos, mientras seamos el mismo país.