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El pacto entre el PSOE y Compromís de Elche: un “idilio” imposible

Rafael Climent, Carlos González y Mireia Mollà.

Publicado por
Pepe Concención

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Cualquier justificación para agitar el avispero es buena. Ahora, a nivel de la Comunitat Valenciana, hay un enfrentamiento abierto entre los discípulos de Ximo Puig y de Mónica Oltra por el cambio de criterio de los socialistas en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF). Es lógico que entre los dos formaciones que dirigen el Consell y tantos otros ayuntamientos de la región, como por ejemplo el de Elche, haya tiranteces y cierto distanciamiento ante la cercanía de las elecciones autonómicas y municipales: cada uno marca su territorio, y Compromís no quiere que la parte menos nacionalista de sus votantes pueda marcharse con los socialistas o Podemos. En política, en la que se hace actualmente, hay que aparentar lo que no eres, según te vayan indicando los sondeos.

Esas tensiones, bien disimuladas hasta la fecha, pueden trasladarse a gobiernos municipales que sorprendentemente han sobrevivido en minoría por el simple hecho de que la derecha, con mayoría absoluta, ha sido incapaz de un acuerdo para poner en marcha un proyecto común. El caso más llamativo es el de Elche, donde el socialista Carlos González sigue en el cargo de alcalde contra viento y marea a pesar del distanciamiento que desde el primer minuto tuvo con Mireia Mollà, líder ilicitana de Compromís, brecha que también se abre con algunos de sus propios compañeros de grupo, que se han puesto del lado del renacido ex alcalde Alejandro Soler.

El último choque de trenes entre ambas formaciones tuvo lugar recientemente por la pérdida de una subvención del IVACE para Elche Parque Empresarial, todo un referente económico y de empleo a nivel local y provincial. El máximo responsable del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial, el conseller Rafael Climent (Compromís) ni corto ni perezoso acusó al Ayuntamiento de Elche de “falta de ganas de trabajar por el municipio”. Según Climent, la solicitud del Ayuntamiento incumplía claramente los requisitos de la convocatoria de ayudas y la puntuación obtenida había sido inferior a la mínima fijada en los criterios de valoración marcados por el programa de ayudas. Vamos, que llamó “vagos” a los funcionarios cuyo jefe, no se olviden, es González. Éste le exigió una rectificación pública que debe estar en el limbo.

Esa desaforada reacción del conseller por una “miserable” subvención de 50.000 euros, ponía una vez más en evidencia esa desconfianza que ha ido aumentado con el paso de los meses entre nacionalistas y socialistas.

Pero los roces han sido continuos en Elche, tercera ciudad de la Comunitat. El más evidente y que empezó con la legislatura en 2015, fue el proyecto del nuevo Mercado Central. Con un plan aprobado y que había pasado toda la tramitación sin mayores problemas, Compromís se opuso rotundamente y bloqueó una y otra vez que esta iniciativa viera la luz. Es verdad que una parte importante de sus votantes eran contrarios al derribo del viejo edificio, pero también lo es que la formación nacionalista tuvo más en cuenta a ese puñado de votantes que al resto de ilicitanos.

La desaforada reacción del conseller Rafael Climent contra Carlos González tras quedarse Elche Parque Empresarial sin una subvención del IVACE, muestra la tensión real entre Compromís y el PSOE

Porque este sistemático bloqueo –incluso se ausentaban de las juntas de gobierno donde se debatía el polémico proyecto- puede costarle a las arcas ilicitanas un alto precio, máxime cuando la empresa que lo ejecuta, Aparcisa, aún no se entiende cómo no ha llevado ya el asunto a los tribunales. Y todo con la complicidad de la Conselleria de Cultura, en manos de Compromís, que ha hecho de las catas arqueológicas su bandera, lo que no hace más que retrasar la ejecución de la obra. Como manifestó hace dos años el portavoz adjunto del PP, Vicente Granero, “mientras exista el pacto entre Compromís y el PSOE, el Mercado Central no se llevará a cabo”. Desde luego va para cuatro años que están mareando la perdiz. Los paganos, los ciudadanos.

Y otra disputa parecida a lo del Mercado Central ha sido la suspensión de la demolición del edificio de Riegos el Progreso, que fue un varapalo para el equipo de gobierno que encabeza Carlos González, que defendía la legalidad del derribo. Y la paralización, qué casualidad, partió también de la Conselleria de Cultura, demasiadas coincidencias.

Compromís se ha precopado más de sus propios votantes que del interés general al bloquear la construcción del nuevo Mercado Central

Desde el Ayuntamiento se aseguró que en Cultura eran conocedores del nivel de protección del edificio desde que se aprobó por parte de la Generalitat en 1998 el PGOU, y desde que en diciembre del pasado año se reunieron en la Mesa de Patrimonio y se dio cuenta de las intenciones para derruir el inmueble.

Pero no sólo no ha habido desavenencias y malos rollos entre los dos partidos de la izquierda ilicitana en el gobierno. También han ido aparentemente de la mano en dos proyectos que se han quedado en blanco. Uno, el hotel de los Arenales del Sol, que tras la decisión de la Dirección Provincial de Costas de declarar las obras ilegales, se ha quedado en una estructura que se cae –han tenido que poner nuevas vallas para evitar accidentes- en primera línea de playa. Una aberración que nadie ha sido capaz de solucionar en esta importante pedanía turística de Elche.

Duro revés al tripartito

Aunque el proyecto estrella de ambas formaciones, la peatonalización de la Corredera, ha sido posiblemente el sapo más gordo que se han tenido que tragar. Ciudadanos, que no está en el ejecutivo municipal pero dicta qué política debe seguir el tripartito, amenazó hasta con una moción de censura si se llevaban a cabo unas obras que no contaban con el consenso de comerciantes y vecinos. Curioso que el ayuntamiento de la transparencia cayera en su propia trampa.

David Caballero (Cs) ha conseguido que el tripartito recule en el proyecto de peatonalización de la Corredera, con amenaza de moción de censura incluida

Gracias al órdago que lanzaron los hombres y mujeres del líder naranja, David Caballero, que pide un estudio general de toda la zona centro y que no quiere que se corte ninguna cinta de inauguración en esta legislatura, el dúo PSOE-Compromís tuvo que recular de manera precipitada y guardar en el cajón de los recuerdos un proyecto, que curiosamente, iba unido a la construcción del Mercado Central. Toda una paradoja y un triunfo para la formación de centro derecha.

Pareja siempre gana

Nadie dice que en un matrimonio no vaya a haber dificultades, máxime cuando éste es de conveniencia. Lo que evidencia gobernar en minoría –muy bien aprovechado por el edil del Partido de Elche, Jesús Pareja, que prácticamente se ha garantizado su continuidad por su hábil gestión- es que proyectos emblemáticos se quedan aparcados y olvidados. Además, el futuro se presenta lleno de incertidumbre.

Por un lado, Compromís sabe que no tendrá la fuerza que tiene en la actualidad en el Ayuntamiento si no van de la mano con Podemos, que entrará en la próxima corporación municipal. De otro, existe la incógnita de saber cuál es el techo electoral de Ciudadano, que ha sido clave para sacar adelante este mandato. ¿Pactará Cs con el PSOE o con el PP de Pablo Ruz, que también se enfrenta a un reto?, ¿o Ciudadanos estará en disposición de conseguir la Alcaldía? Sin duda influirá el devenir de los próximos meses y si Albert Rivera no pierde terreno frente a un PP de Pablo Casado que empieza a coger velocidad de crucero.