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Puig se enfrenta al Gobierno de Pedro Sánchez por el trasvase Tajo-Segura

Ya no sólo hay fricciones entre barones del PSOE por el Tajo Segura, ahora el propio Ximo Puig ha denunciado al Gobierno de Pedro Sánchez por el brutal recorte del trasvase.

Puig se enfrenta al Gobierno de Pedro Sánchez por el trasvase Tajo-Segura

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No es la primera vez que un barón del PP o del PSOE se enfrenta con sus propios partidos por un tema tan capital como los recursos hídricos. Ya ha pasado antes con diferentes gobiernos de Castilla-La Mancha y de la Comunitat Valenciana y siempre por el mismo asunto: la falta de agua. El intento de las autoridades manchegas –independientemente del signo político- de terminar con el trasvase, no es nuevo, y pone de manifiesto la falta de acuerdos de Estado en un tema tan capital. Parece que el Tajo-Segura se puede tocar sin ningún problema, pero cuando se trata de poner en marcha el trasvase del Ebro todo este proyecto se viene abajo por la presión de los nacionalismos, en este caso, del catalán.

Ahora le ha tocado al presidente Ximo Puig enfrentarse al Gobierno de Pedro Sánchez, a pesar de que ambos Ejecutivos son del mismo color político. Se suponía que atrás habían quedado los enfrentamientos y rencillas partidistas entre ambos dirigentes –Puig apoyó a Susuna Díaz en las primarias socialistas- pero la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se ha empeñado en que los dos trenes institucionales choquen a las puertas de unas elecciones autonómicas donde el presidente valenciano se la juega.

Ximo Puig junto a Susana Díaz.

Esta misma semana, el delfín de Sánchez, el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, echaba balones fuera en València alertando de que hacer del agua una cuestión política era peligroso, restando importancia a que el Consell llevara al juzgado al Gobierno por cerrar a los regantes el Tajo-Segura. "Sinceramente, en la época del año en la que estamos y con las lluvias que hemos tenido, no es una situación como en otras ocasiones", indicó, para destacar que el Tajo-Segura forma parte de un suministro "absolutamente integrado y estructural", dijo Ábalos.

Pero es que Ximo Puig no puede consentir más demagogia en este sentido, máxime cuando es su propio partido el puede estropearle sus expectativas de cara a la campaña electoral. El presidente valenciano, al menos de palabra, siempre se ha posicionado al lado de los agricultores alicantinos, los más afectados en este conflicto, junto a los de Murcia y Almería.

José Luis Ábalos echaba balones fuera en València alertando de que hacer del agua una cuestión política era peligroso, restando importancia a que el Consell llevara al juzgado al Gobierno

Y otro árbitro que se ha metido por medio y que también es socialista ha sido el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, que declaró recientemente que "Levante beberá y regará de la desalación", reivindicando el agua del Tajo para su comunidad autónoma. Y al parecer, por lo visto en los últimos días, el Ejecutivo de Pedro Sánchez se ha posicionado con la tesis del dirigente manchego. Es decir, cada presidente socialista defiende su territorio, mientras el Gobierno central se encuentra “acorralado” y no es capaz de tomar una decisión consensuada por todas las partes en un tema de Estado. ¿Para cuándo un Plan Hidrológico Nacional?

En definitiva, que esta misma semana el Consell ha ordenado a la Abogacía de la Generalitat recurrir el nuevo trasvase Tajo-Segura. "Vamos a hacer, como siempre, lo que interesa a los valencianos y hoy mismo (por el pasado jueves) instaremos a la presentación de ese recurso", subrayó Puig.

La “guerra del agua” reabierta por los barones socialistas dan gasolina a un PP que intenta aprovechar cualquier contradicción –no es difícil de señalarla- entre dirigentes del PSOE, para arañar unos votos que pueden significar dar un vuelco al tablero electoral. La pena, lo lamentable, es que en España siga sin darse un acuerdo consensuado para solucionar el problema endémico de la falta de recursos hídricos que sufre el sureste del país. Aquí, cada uno defiende lo suyo. ¿Y el interés general? Para eso ya está Pedro Sánchez… pero de momento, hace agua en este asunto.