Debacle de Compromís en Alicante que queda como sexta fuerza política
La alarma se ha disparado en Compromís. No solo es porque ha perdido votos en las tres provincias y acude al nuevo Botànic en clara desventaja –ahora es la cuarta fuerza en la Comunitat-, es que en Alicante capital, el ejemplo que nos ocupa, la debacle ha sido de tal magnitud, que solo ha conseguido 3.207 votos con el pírrico porcentaje (1,84%). Menos mal que ha sido solo en las elecciones generales, porque si trasladáramos estos resultados a unas municipales, los discípulos de Natxo Bellido, el candidato por Alicante, se hubieran quedado sin representación en el ayuntamiento.
El desastre ha sido de tal magnitud que en la capital aparecen como sexta fuerza, detrás de Vox, que ha sacado 22.186 votos (12,69%) frente a los ya mencionados 3.207, superando claramente a los discípulos de la "ofuscada" Mónica Oltra, que se encuentra dolida con la decisión de Xim Puig de unir su destino político al de Pedro Sánchez. La falta de empatía con Alicante, ha venido poco y mal, salvo a ver a su compañera Mireia Mollà en Elche, contrasta con la permanente presencia de Puig, que lo ha visto muy claro desde un principio: si quería volver a gobernar en el Palau, Alicante era fundamental. Y lo ha sido.
Sin embargo, según fuentes de la formación, el castigo viene, fundamentalmente, por dos vías: una es el voto útil, una parte de los ciudadanos han preferido votar al PSOE porque en Madrid puede defender mejor los intereses de los alicantinos; otra, quizá la más controvertida, los errores sistemáticos que se han producido por parte de Compromís, sobre todo fallos que han venido del Gobierno del Botànic, con la imposición de leyes que parecían desconocer la verdadera realidad e identidad de Alicante y de parte de su provincia.
Los malos resultados de la formación de Bellido-Oltra no solo afectan, en este caso al Congreso o a la Generalitat, sino que deja en el aire a cientos de ayuntamientos, y en particular, al de Alicante. La preocupación en el PSOE local es máxima, a pesar de haber sacado unos espectaculares resultados el 28-A. Los socialistas, si quieren la Alcaldía, necesitan a los concejales de Compromís y a los de Unidas Pedemos. El desplome electoral de los nacionalistas dejan muy en el aire una reedición del tripartito. Quizá la alternativa sería ir a por los votos de Ciudadanos, pero hay poco tiempo para lanzar un mensaje que cale más en el electorado de centro, reconocen los propios socialistas.
Porque el problema del PSOE, a tenor de las primeras valoraciones, es que ha restado votos a su izquierda, lo que puede hipotecar un futuro gobierno municipal. De todas formas, tampoco las tres derechas lo tienen claro. Cualquier detalle, o el carisma del candidato o candidata o un hecho puntual, puede provocar un vuelco en el electorado, aunque aparentemente los bloques parezcan estar muy definidos. A Compromís, quizá, lo que le hace falta es alicantinizarse lo máximo posible, aunque pueda ser contraproducente a estas alturas, porque la política llevada por esta formación en la capital ha sido plana y demasiado dirigida desde Valencia. Y quieran o no quieran, en Alicante ese mensaje no cala y crea mucha suspicacia.