Alcaldía de Alicante: Sanguino el "independiente", Barcala el "acorralado"
El debate celebrado en Alicante el primer día de campaña dejó claro que hay candidatos que están con la soga al cuello y que otros se buscan problemas por su inexperiencia, pese a que el viento sopla a su favor.
El ‘popular’ y actual alcalde Luis Barcala, jugó al ataque al verse “acorralado” por las continuos arremetidas hacia su gestión en un año en el que ha querido lavar la imagen de una ciudad en clara "decadencia" por culpa de gobiernos fallidos del PP y de un tripartito de izquierda que fue un absoluto dislate.
El “Belmontazo” ha marcado el tránsito de Barcala por el Ayuntamiento de una manera tal que la izquierda, incluso Ciudadanos, ha encontrado un argumento de peso para intentar descalificar y desacreditar al responsable municipal. Sin embargo, también fue culpa de ambos actores que se produjera; tienen su alta cuota de responsabilidad que el PP se hiciera con la Alcaldía. La falta de cohesión de la izquierda -con un Miguel Ángel Pavón de corte ecologista-comunista- y la inacción de la formación naranja –tuvieron en la mano bloquear un gobierno del PP en el Ayuntamiento- propiciaron que la socialista Eva Montesinos no se hiciera con la vara de mando.
Pero pasando de esas batallas, lógicamente presentes en la campaña, el debate nos volvió a poner en evidencia que la preocupación máxima de los candidatos allí presentes era la limpieza viaria. Basta con que suban las temperaturas para que Alicante se convierta en una ciudad maloliente, y no es solo por deficiencias de la contrata, sino por la falta de concienciación ciudadana. Un apunte: el PP y PSOE coinciden: no prorrogarán el contrato con la actual empresa que gestiona la limpieza.
Se habló de lo divino y de lo humano, pero algo quedó meridianamente claro: Barcala está incómodo en esta batalla electoral. Tanto, que su cartel apenas deja traslucir el nombre del Partido Popular, una marca en caída libre. Sus nervios, a veces incluso su arrogancia, puso de manifiesto que el alcalde ve peligrar su corona, y debe ser duro, para un hombre que ha conseguido su proyección en el Ayuntamiento contra todo pronóstico, incluidos los enemigos de su propio partido.
Paco Sanguino no estuvo tan mal como algunos medios trasladaron a la opinión pública, si bien es verdad que se metió en charcos innecesarios cuando parte con la inestimable ventaja de una marca en alza –Pedro Sánchez en Madrid y Ximo Puig en Valencia- que recomienda prudencia, sosiego, y sobre todo, no meter la pata. Pues nada, le dio por utilizar la palabra “soy independiente” varias veces para distanciarse del tripartito sin tener en cuenta que lo que interesa es que le reconozcan como socialista, solo tiene que nombrar al señor que se ha asentado en la Moncloa y que le ha ganado unas elecciones al propio presidente de la Generalitat.
Bisoñez, inexperiencia, llámenlo como quieran, pero sus proyectos, quizá los más espectaculares de todos los candidatos, quedaron en una segunda línea por culpa de su “independencia” y chascarrillos innecesarios que, eso sí, provocaron alguna que otra carcajada. No hay nada como dedicarse al mundo de la farándula.
El candidato que ganó el debate a juicio de los medios de comunicación fue Xavier López, de Unidas Podemos, seguido de Natxo Bellido, de Compromís. Son dos de las fuerzas que pueden pactar con el PSOE, claro favorito para ser la lista más votada. El dirigente morado reconoció que el tripartito no estuvo a la altura aunque eludió, como es normal, reconocer que fue por culpa de Guanyar. Su discurso giró sin sorpresas: acción social, ayuda a las 1.600 familias que no cobran ayuda social por culpa del Ayuntamiento o la defensa del colectivo LGTBI. No aportó nuevos proyectos, pero su parlamento fue directo, serio y convincente.
Natxo Bellido tampoco estuvo nada mal en sus exposiciones. Vendió humo, lógico, y pactos para todo y todas. El hombre de los pactos. El hombre de la filosofía política, social, económica, de la memoria... Buen discurso pero con los contenidos de siempre, sin aportar novedades. Con Bellido nunca pasa nada, es previsible, lo que no es poco teniendo en cuenta que se dedica a la política municipal.
Por último, la más esperada. La candidata de Ciudadanos, Mari Carmen Sánchez, dejó claro que su aspiración es ganar la alcaldía. Quizá demasiado estridente, soltó alguna perla, aunque centró su crítica en el alcalde. No es poco. Cs está jugando un partido trascendental: si es segunda fuerza la Alcaldía será suya; si es la tercera, quizá el PSOE se lleve el gato al agua. Su momento cumbre fue cuando comparó a Sanguino con Groucho Marx: “Si no gustan sus principios, pues los cambia” por aquello de ser “independiente”.