Hoteleros de Benidorm analizan el tipo de turista que ahyuenta al más rentable

El turista que sí interesa a Benidorm. Con ese título se ha desarrollado la primera mesa redonda del Gran Debate Hotelero que cada año se celebra en la ciudad y que reúne a un gran número de profesionales, directivos y empresarios del sector.

La cita ha servido para que los hoteleros expresen en voz alta la necesidad de afrontar una reflexión seria sobre el tipo de turista que es beneficioso para la localidad, el que es rentable y la imagen que debe mostrar el destino para atraerlo.

En esta jornada se han analizado las diferentes tipologías de turista que se alojan en Benidorm y las posibilidades de cada uno de ellos con sus ventajas e inconvenientes. Los expertos han disertado sobre la situación del turismo del Imserso, del de Congresos, del denominado “turismo de borrachera” y del familiar, para concluir en lo dicho al principio. “Si no hacemos una reflexión sobre lo que busca nuestro turista, seguiremos haciendo más de lo mismo”. Eran palabras de Francisco Quiles, director general del Grupo Don Pancho, que ha secundado el resto.

Quiles ha alertado de que en Benidorm “tenemos un asociacionismo muy hotelero” y ha hecho hincapié en la necesidad de “involucrar al tejido empresarial para diseñar una oferta que nos identifique” como ya tienen la suya propia otros destinos.

El primer tipo de turismo analizado ha sido el del Imserso. En concreto, la problemática del sector hotelero que se encuentra obligado a comercializar paquetes vacacionales por “algo más de 20 euros al día” si quieren acogerse a este programa, lo que no les genera ninguna ganancia y solo contribuye a la desestacionalización del destino.

Aquí, el director general de Port Hotels, Rafael Blanquer, ya advertía de que ante los precios impuestos por la administración central “más de un empresario se está planteando que no necesita contratar con una parte del turismo que afecta negativamente a su negocio”. “El verano no puede pagar lo que se pierde en invierno” ha afirmado.

Los empresarios tienen claro que ningún hotel gana dinero con los precios actuales y así lo han puesto de manifiesto en repetidas ocasiones. No solo eso sino que, como ha abundado Quiles, las pernoctaciones que genera el Imserso “nos hacen subir puestos en el ranking, pero no nos dan rentabilidad”. En su opinión, trabajar con los precios actuales conlleva “efectos colaterales”. Entre ellos, la transmisión de una imagen que asocia a Benidorm con el Imserso, lo cual “juega en nuestra contra”.

Carlos Díez de la Lastra, director general de la Escuela de Hotelería Les Roches de Marbella, ha planteado en este punto la posibilidad de establecer un programa de vacaciones sociales en el que se contemplen varias categorías y precios “como ya se hace en algunos países del norte de Europa” en función del poder adquisitivo de cada usuario. “Un hotel de cuatro o cinco estrellas estaría encantado de ofrecer sus servicios a 80 o 90 euros al día a usuarios del Imserso” ha señalado.

En cuanto al turismo MICE o de congresos, que ha centrado la seunda parte de la mesa, se ha subrayado que en destinos como Valencia o Málaga ha crecido “de forma espectacular”. Sin embargo, en Benidorm el problema radica en que “apenas hay establecimientos con capacidad para celebrar congresos competitivos”. Rafael Blanquer, además, ha considerado que la ciudad “participa muy poco de esos congresos y debería acompañar más”. Se refería a la carencia de un Palacio de Congresos que aglutine la oferta y que impulse al sector.

Francisco Quiles, del Grupo Don Pancho, también ha subrayado por su parte la posible incompatibilidad de grandes congresos en hoteles con la contratación de paquetes vacacionales cuando la ocupación es elevada. En su opinión “es más rentable llenar las habitaciones durante 15 días que celebrar un congreso de dos días para 800 personas” señalaba. De ahí que considerase que este sector “no tendrá la relevancia que puede tender en otros lugares”..

En tercer lugar, los ponentes también han analizado la efervescencia del turismo de borrachera y despedidas de soltero. Por un lado, se ha constatado que Benidorm ha logrado subir la cuota de turistas británicos, mientras que en otros destinos ha descendido. En la parte negativa “nos encontramos que hay otro tipo de cliente, rentable, que presencia determinadas situaciones y no quiere volver a Benidorm”.

En opinión de Quiles, una solución sería “aplicar la ley en materia de licencias, de cumplimiento de actividad y evitar comportamientos incívicos” porque se han detectado “señales muy claras y hay que ponerse a hablar en serio de esto porque esa radicalización de comportamientos está expulsando al turismo rentable que queremos y no lo podemos permitir”.

Rafael Blanquer , por su parte ha resaltado que “son muy pocos hoteles los que fomentan este turismo” y ha ido más lejos al responsabilizar del auge de este fenómeno en la ciudad al “turismo de apartamentos”, un sector en el que “la mayoría de sus responsables no son empresarios y solo tienen una web en la que anunciarse. Eso es lo que nos perjudica”.

La jornada se ha cerrado con una mesa redonda que ha versado sobre la tecnología hotelera como elemento diferenciador y como herramienta para facilitar la vida al cliente.