Sanitarios y cajeras de supermercados acosados por vecinos en Alicante
El miedo es libre y un mal compañero en estos días de zozobra que sufre nuestro país por el coronavirus. Casi siempre, este temor en épocas de crisis, saca lo peor y lo mejor de nosotros mismos. Como ha publicado hoy el diario Información, vecinos de comunidades de propietarios piden a personal sanitario y cajeras de supermercados que dejen sus pisos hasta que pase la pandemia por temor al contagio.
Es realmente muy triste la falta de civismo que demuestran algunos ciudadanos, precisamente con aquéllos que a diario están realizando un trabajo para que nosotros, el resto de mortales, podamos curarnos y comer.
Como publica Información, algunas advertencias son notas manuscritas, otras más elaboradas, de quienes probablemente luego les aplauden a las ocho de la tarde en el balcón de su casa. Mensajes de engañosa educación «te pido que lo pienses»; otros más directos apelando a un bien común mal entendido «por el bien de todos (...) no queremos más riesgos», en los que nada más y nada menos, se «invita» en especial a personal sanitario y cajeros y cajeras de supermercado a buscar otro lugar donde vivir y aislarse para no contagiar a la comunidad. Patético.
ero no solo hay 'un rechazo' hacia los sanitarios o las cajeras y cajeros de supermercados. Ayer mismo, vecinos de una urbanización de Alicante, denunciaban a EsdiarioCV que al llegar una ambulancia al recinto vecinal para atender a una persona enferma -habitualmente sucede, y nadie dice nada-, las personas que lo vieron se distanciaban de una manera exagerada e incluso realizaban aspavientos, como si aquello fuera la peste. Una conducta totalmente reprochable y que pone en evidencia que en estos tiempos hay ciudadanos insolidarios.
Por cierto, no era un caso de coronavirus, hay otras enfermedades que también matan, aunque se hayan silenciado por el maldito Covid-19. Y la peor enfermedad es ser insolidario. Sobre todo porque cualquiera puede enfermar por mucha medidas de protección que realice. La prevención es fundamental, pero la imbecilidad es suprimible.