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Cantó abre una nueva vía de pactos en Alicante

Ciudadanos se está planteando cambiar su estrategia política. Su seguidismo del PP no le conduce a nada, sola al ostracismo. El PSOE aparece en su horizonte de pactos. ¿Será verdad'

El edil Antonio Manresa junto a Mari Carmen Sánchez.

Publicado por
Francisco Giménez

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Cuando el río suena, agua lleva. Este clásico del refranero español puede ser apropiado si analizamos lo que ha pasado la pasada semana que afecta directamente al partido de Inés Arrimadas. Primero La Vanguardia y después el diario Información, han publicado el cambio de postura que al parecer se está produciendo en Ciudadanos respecto a sus alianzas y pactos, concretamente en la Diputación de Alicante y en el Ayuntamiento, donde forman actualmente un gobierno de coalición con el PP.

Ahora, inmersos en intentar liquidar al asesino que se ha llevado a miles de personas en todo el mundo, el maldito Covid-19, todo está centrado en combatir al virus y en criticar la gestión del Gobierno central, en general, y el de la Generalitat Vaenciana, en particular. Es lógico. Está habiendo demasiados errores aunque, de momento, nadie, ni en el PSOE, ni en el PP, ni tan siquiera en Vox, ha comentado que se combata el virus inyectando desinfectante a los afectados por la enfermedad como ha sugerido el presidente Trump. Es decir, vamos mal aunque podría ser aún peor.

Pero que Toni Cantó, el portavoz en les Corts y máximo aliado de Inés Arrimadas -por supuesto por interés, para eso es actor- acerque posturas con el president Ximo Puig, abre un abanico de posibilidades desconocido hasta el momento. Supongo que la orden viene de la presidenta de la formación naranja, que hace ya semanas mostró su total apoyo a Pedro Sánchez a pesar de los fallos que se están produciendo en la gestión de la crisis por parte del Ejecutivo que preside. Se llama visión de Estado que tanto aprecian los ciudadanos y que tras la crisis va a pasar factura a más de un político.

Toni Cantó se acerca a Ximo Puig y abre un abanico de posibilidades desconocido hasta el momento. Alicante puede ser el escenario para ensayar nuevos pactos

No hace falta ser analista político para conocer que esa cuestionable gestión de la crisis está influida por dos factores fundamentales: uno, ir de la mano de Podemos, un partido con una cuestionable tradición democrática; y dos, haber conseguido el Gobierno gracias a los partidos independentistas, que precisamente no se distinguen por su fidelidad. Eso sí, entre el independentismo y Podemos hay un hilo conductor que los une: la deslealtad. Ya saben, ahora hemos pasado del España nos roba, a España nos mata.

Ciudadanos quizá llega tarde, o quizás no. Antes, con 57 diputados, estaba en una posición envidiable para formar gobierno con el PSOE y por fin contar con un bloque democrático y constitucionalista que abordara lo retos a los que se enfrenta el país. Gran parte de los socialistas lo querían, aunque quizá no tanto Pedro Sánchez; igual prefiere pasar las noches en vela por culpa de Pablo Iglesias, un hombre más inteligente y hábil que el presidente, y bastante más tóxico, políticamente hablando.

Es innegable que se están produciendo conversaciones entre el PSOE y Ciudadanos. Lógicamente, nadie va a oficializarlas, sobre todo porque la opinión pública no lo entendería: ahora toca combatir el coronavirus, combatir al asesino. El PP de Pablo Casado lo sabe, y no le hace gracia este presunto acercamiento. La operación del 'popular' es clara: repescar parte de su electorado de Vox y engullir a Ciudadanos. Es la maniobra lógica a la que parece ser que Arrimadas se resiste, de momento.

Alicante, en juego

Alicante puede ser un buen tablero para ensayar. Cantó no es hombre que arriesgue, y no se acercaría a Puig sino fuera porque va a sacar rédito político. Por ello, con este escenario, quizá no sería del todo adecuado que el PSOE en el Ayuntamiento de Alicante tenga pensado reprobar a Mari Carmen Sánchez en el próximo pleno. Sabemos que la vicealcaldesa “se aburre”, y también sabemos que tiene poco peso en Ciudadanos, que se lo digan a su compañero de bancada Antonio Manresa, que anhela 'su trono', pero si estás hablando con los 'naranjas' mejor descafeinar la crítica. Sería un acto de cortesía. Se lo pondrían más fácil a Marta Martín, la diputada nacional siempre más a gusto con el PSOE que con al PP.

Pero ustedes, ¿se imaginan a Mari Carmen Sánchez de alcaldesa de Alicante? No, ¿verdad? Bien pensado, no estaría mal, ella no se iba a aburrir nunca, y el resto de mortales, tampoco. Seguro que daría mucho juego.

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