Defender la democracia
¿Qué les pasa a los gobiernos? Sus desviaciones totalitarias se contagian de país en país
Estamos de cumpleaños de la Constitución española. En muchas instituciones y ayuntamientos se leerán discursos de alabanzas a nuestra norma de convivencia que nos ha permitido vivir décadas de paz y prosperidad. Pero no todos los políticos están a la altura y algunos de los que andan por el Congreso de los Diputados, y cobrando del erario público ya han dicho que no piensan acudir al acto institucional. Este año no habrá jornada de puertas abiertas. La excusa, la pandemia. Algunos que van dando discursos populistas se permiten discutir o ningunear el texto normativo más valioso que tenemos. Son pipiolos que lo heredaron gratis y lo que no cuesta esfuerzo, sabemos que no se valora.
La Constitución fue aprobada en 1978 en referéndum con un respaldo de casi el 92% de los españoles. Desde entonces solo ha tenido dos modificaciones, ambas por mandato de las instituciones europeas. Una, la del artículo 13 para que los residentes europeos puedan presentarse a las elecciones municipales y también puedan votar. La otra; el famoso 135 de la Constitución que estableció el principio de estabilidad presupuestaria. Ambas reformas se tramitaron sin pena ni gloria, casi en silencio y sin debate. Ninguna fuerza política se acordó de preguntar a la ciudadanía en un referéndum.
Hoy, varios años después asistimos a un escenario distinto. Nos encontramos en un momento de “excepcionalidad constitucional” porque estamos en estado de alarma. Los estados de alarma, excepción y sitio suponen la excepcionalidad y la limitación al despliegue de derechos y libertades fundamentales que la Constitución reconoce. Precisamente porque estas situaciones de anormalidad están contempladas, la Constitución no se rompe. Pero su duración debe ser la mínima hasta que se restaure la normalidad, de lo contrario se desnaturaliza y se convierte en un ejercicio discrecional.
Al amparo del bicho nos estamos quedando sin libertades y los ciudadanos asustados se vuelven sumisos y obedientes
El sábado pasado hubo una gran manifestación en París contra el proyecto de ley de ese gobierno que pretende impedir las grabaciones de la policía. ¡Me recuerda tanto a nuestra ley Mordaza!
¿Qué les pasa a los gobiernos? Sus desviaciones totalitarias se contagian de país en país. Mal síntoma, si los gobiernos se ven en la necesidad de defenderse de los ciudadanos. Aquí como tenemos ley de Seguridad Ciudadana desde hace tiempo, ahora andamos en otros avances autoritarios y estamos preparando la censura a la información. Nos tratan como menores de edad que necesitamos que nos pulan y filtren la información, no sea que las fake news nos dañen emocionalmente. Al amparo del bicho nos estamos quedando sin libertades y al amparo de cuidar de nuestra salud los ciudadanos asustados se vuelven sumisos y obedientes. Somos una sociedad bastante apática. Ya lo decía Linz, uno de los más prestigiosos politólogos contemporáneos. Tenemos que despertar. La democracia se defiende todos los días. Gobierne quien gobierne. No nos dejemos dominar por el Estado. Despierta, defiende tu libertad. El día de la Constitución, hoy y siempre.