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Los restaurantes reclaman abrir hasta la medianoche para poder servir cenas

El nuevo horario que entra hoy lunes en vigor no les permite atender a sus clientes, ya que tendrían que salir del local a las 21:30 para poder estar en casa antes del toque de queda

La familia Castelló regenta el mítico Nou Manolín, entre otros

La familia Castelló regenta el mítico Nou Manolín, entre otros

Publicado por
Pedro Nuño de la Rosa

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En un muestreo efectuado por ESdiario entre algunos de los principales restaurantes de la provincia, todos ellos de demostrada calidad con su fidedigna parroquia, y además de tener hermosas barras y amplios comedores, pueden ofrecer espacios libres para catering y diversos eventos. Todo esto ha cambiado con motivo de la pandemia, y acusan más o menos directamente a las distintas administraciones públicas de falta de sensibilidad y desconocimiento para con una industria hostelera que representa el 15% del PIB de nuestra comunidad, y muchos miles de puestos de trabajo, amén de afectar al prestigio que en los rankings de la restauración había alcanzado esta provincia tanto a nivel nacional como internacional escalando puestos desde principios del segundo milenio.La Generalitat Valenciana, y a partir de hoy lunes, ha querido establecer un nuevo horario vespertino, además de permitir seis comensales por mesa. Medidas que resultan absolutamente insuficientes para todos/as los entrevistados.La frase más común, dolida y recurrente es: "Si no nos dejan abrir hasta las 12, no podremos dar cenas". Inclusive apuntan que al menos hasta las 11, como mal menor, pero desde luego a las nueve y media de la noche no se debe, aunque se pueda, levantar a un español, y casi tampoco a un extranjero que se sienten comodísimos y felices con nuestro horario, por aquello de alargar las veladas nocturnas.

"Estos (Generalitat y Ayuntamientos) no tienen arreglo, porque no se puede dar una cena a golpe de pito como en los colegios. La gente, e incluso más que en las comidas, desea una sobremesa larga charlando, donde y además puedan tomarse un gin-tónic, un cava o lo que les apetezca, que, y además mejora nuestra factura, aunque sea para ir tirando. Yo tuve una Michelin, y ahora vivo más tranquilo dedicado a mi huerto y a mis gallinas sin la presión de la estrella francesa." Nos cuenta Alfonso Egea, probablemente el mejor cocinero de la Vega Baja y parte de Murcia.

Carmen Vélez, con La Sirena de Elda-Petrel, probablemente el más famoso de todo el Medio Vinalopó, al que hace poco añadieron el restaurante de Quinta Lacy para servir eventos, capaz de albergar cómodamente a más de 700 comensales, también incide en que: "apenas podemos hacer banquetes de 20 personas, y por supuesto nada de cenas, al español no se puede decir que se levante a las 21:30, porque como muy pronto llega a las 20:30 y no cabe en su idiosincrasia el horario anglosajón".

No llega para servir cenas

José Juan Castelló, propietario y gerente, conjuntamente con su hermana Silvia (Gastronou), del mítico Nou Manolín, considerado por todas las revistas gastronómicas especializadas y diarios como "la mejor barra de España", abriendo hace ya unos años otro establecimiento prácticamente idéntico, el Piripi, y completando negocio recientemente con un hermoso restaurante chalet y pineda en el Populi Bistró, coincide: "no vamos a abrir para cenas porque no nos compensa; en todo caso prolongaremos las sobremesas de mediodía hasta las 8:00 de la noche".

Susi Díaz, estrella Michelin y mediática donde las haya, coincide con la imposibilidad de servir cenas, mientras afirma: a nosotros nos va bien a mediodía, y ahora, algo que antes no había sucedido, tenemos muchos pedidos para llevar, empezando por los arroces, pero nadie, o poquísimos, solicitan una cena take away."

Curiosamente, y entre las costumbres que se han alterado con la pandemia, es la de optar por salir a comer el sábado, sobre todo en el ámbito familiar, cuando antes lo habitual era el domingo. "Nosotros –dice Susi Díaz– tenemos una larga lista de espera para los próximos sábados, algo menos el domingo, a pesar de haber tenido que reducir forzosamente la capacidad de un comedor donde caben 100 personas a 30 comensales; mientras que, en la terraza, además de que el tiempo últimamente no acompaña, resulta muy difícil acotar, porque quizá la normativa no esté bien especificada, además de ser a todas luces insuficiente. El que no se sirvan cenas, nos obliga también a reestructurar el sueldo del personal".

Otro asunto que preocupa, y mucho, a los hosteleros, es que de alguna manera se les culpabilice como posible foco de contagios, cuando, las estadísticas cantan, son quienes más guardan las medidas higiénicas, desde obligar al cliente a lavarse las manos nada más entrar, abstenerse de fumar (y aún en el exterior), llevar puesta la mascarilla siempre que se levanten, y por descontado todo el servicio en todo momento, cocinas incluidas. "En esta empresa tenemos casi 100 trabajadores fijos, y algunos más eventuales, y no se ha dado ni un solo caso de covid 19", asegura José Juan Castelló. Y en la misma línea se reafirman todos los consultados en este artículo.

La Alta Restauración en crisis pandémica

La recaudación se ha resentido enormemente, los créditos y ayudas oficiales, a través del ICO u otras instituciones crediticias, ayudas del Estado, la Generalitat, ayuntamientos, etc., son complejas de tramitar y tardan mucho en llegar cuando la situación actual resulta acuciante. Y como apunta Carmen Vélez: "los bancos van a la suya, y no perdonan; además ahora con la reducción de plantillas en bancos y Cajas de Ahorro te mandan gente que apenas te conoce y lo que antes eran débitos a pagar en una semana, ahora te lo apuntan en números rojos"."Nosotros estamos bien provistos económicamente y hemos aprovechado para hacer reformas, pero lo que es indudable y lo que me llega, sobre todo de pequeños empresarios/as, es que será muy difícil resistir si la situación se prolonga", advierte José Juan Castelló, al tiempo que asegura haber tenido que realizar juegos malabares con los ERTE, aunque ahora ya se va recuperando la mayor parte de la plantilla."Algo que también Carmen Vélez suscribe, pero, sobre todo, respecto a los trabajadores eventuales, "precisamente para eventos, y fines de semana". "Yo no cojo a nadie hasta que esto mejore, he vuelto a mis orígenes", asevera Alfonso Egea. Aunque "esto" también tiene su lado positivo, según Susi Díaz, "ya que todos nos estamos volviendo mucho más exigentes con la higiene, empezando por el cliente y terminando en cocina donde la pulcritud es absolutamente rigurosa. No quiero sorpresas".De momento nadie piensa en cerrar, pero se muestran muy duros con la Administración subrayando el hecho de que a ellos/as, nadie les haya consultado cuando son los principales autores y responsables de nuestra restauración, incluso en algún caso, como en el de Susi Díaz, se queja de que el ayuntamiento ayude a bares y restaurantes de menos de 15 trabajadores, ignorando a quienes tienen que dar de comer a plantillas (familias) muy numerosas.Todos esperan que se agilice la vacunación (además #Elturismoeslavacuna) , porque los principales reticentes a salir a comer, como antes, son los propios clientes.

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