Nadie escucha a los regantes: Claman por el Trasvase y la ministra huye a Toledo
Teresa Ribera ha blindado la sede de su ministerio, mientras los regantes alertan de que la reducción de agua en el trasvase supone "el fin de la agricultura del Levante"
El presidente del Sindicato de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS), Lucas Jiménez, ha reclamado a la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que reconsidere su posición de reducir el volumen transferible en el Trasvase Tajo-Segura (cuando esté en nivel 2) y al mismo tiempo aumentar los caudales ecológicos en parte del Tajo porque puede suponer un golpe de "consecuencias impredecibles" para la agricultura del Levante.Frente a la sede del MITECO, en declaraciones a los medios de comunicación, Jiménez ha avisado de que los regantes lo tienen "claro" y han llegado ya al "punto de inflexión" después de acudir "muchas veces" a plantear sus reivindicaciones en Madrid, de modo que asegura que no van a parar y se manifestarán en el futuro, a no ser que el Ejecutivo cambie de postura.
El representante de los regantes alerta de que el golpe que les "pretende" dar el Gobierno tiene "consecuencias impredecibles", porque plantea reducir en un 45 por ciento los caudales "mínimos y ridículos" que se están enviando a las regiones de Alicante, Murcia y Andalucía.
Pero la ministra no estaba allí para recibirles ni escuchar sus reivindicaciones. Teresa Ribera viajó junto a Pedro Sánchez a Toledo, a un acto de presentación de un proyecto empresarial que Iberdrola y Cummins impulsarán en la provincia de Guadalajara. Allí estaba el presidente autonómico de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, quien aplaudió la postura del Gobierno frente al trasvase y los recortes aplicados a los regantes de Alicante, Murcia y Almería.
"El fin de la agricultura del Levante"
"Es una locura", insiste Jiménez que advierte de que esta decisión de la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, puede suponer "el fin de la agricultura del Levante" y reducir en un 44% las frutas y hortalizas que se producen en España y que van a parar también al resto de Europa.
Por eso, los regantes piden a la vicepresidenta cuarta que "reconsidere" su posición y que "sin afectar a la vida del Tajo" porque quieren que el agua siga en buen estado para regadío y para abastecimiento pero que les "dejen seguir viviendo".
"Hemos venido a pedir que nos dejen subsistir y al mismo tiempo a reivindicar un modo de vida muy honrado que es la agricultura", ha solicitado.
Una decisión política "nada más"
Respecto a la decisión del Gobierno, el presidente de los regantes asegura que es "toda" de índole política y afirma que eso es algo que lo saben "los técnicos" del Ministerio, pero lo dicen "a puerta pequeña". "Es una decisión política. No hay nada más", sentencia.
Jiménez afirma que las aguas en Aranjuez (Comunidad de Madrid) gozan de buena calidad y de un buen potencial ecológico, por eso cuestiona la decisión de Ribera de subir caudales que trastoca la economía de unas regiones en "plena época de reconstrucción nacional" y cuando se depende del dinero que tiene que llegar de Europa. "Es un contrasentido; es una locura", ha subrayado.
Por eso, ha afirmado que pese al esfuerzo que supone a tantos agricultores desplazarse en Madrid, no se cansarán y repetirán las movilizaciones que sean necesarias hasta que Ribera les escuche.
No obstante, no espera que ningún representante del Ministerio les reciba este lunes, pero seguirán intentándolo hasta que "de una vez por todas" tome "decisiones de Estado" que no perjudiquen a nadie.
Impedimentos a la manifestación
En su protesta, los regantes llegados desde Alicante, Murcia y Almería habían acudido con 300 camiones, 150 tractores y más de un millar de vehículos que tenían previsto --con autorización previa de la Delegación del Gobierno-- partir desde el recinto ferial IFEMA MADRID hasta la sede del MITECO, en la plaza de San Juan de Madrid, en el centro de Madrid.
Sin embargo, este lunes por la mañana la Policía les impidió iniciar el recorrido que tenían previsto. Desde el Miteco, Jiménez apeló a la delegación del Gobierno en Madrid, para que les dejara ejercer su derecho de manifestación con su caravana.
"Que facilite nuestra salida. Somos gente pacífica y a nuestra hora nos marcharemos a casa, porque hemos venido a reivindicar y no venimos a meternos con el pueblo de Madrid al que queremos mucho, por cierto", ha asegurado Jiménez, que califica la negación de la Delegación del Gobierno de "una locura".
Con casi dos horas de retraso, finalmente la Delegación de Madrid ha autorizado la partida de 15 camiones y 1.000 vehículos --que sin embargo no podrán parar ante la sede ministerial--. El sindicato había solicitado autorización para una marcha en la que preveían participar el millar de vehículos, un tractor, una cosechadora de patatas y ocho camiones frigoríficos para realizar un recorrido entre Ifema Madrid y la sede ministerial, pasando por el Paseo de la Castellana.
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