Jorge Olcina: "Hay mucha demagogia por una y otra parte en el tema del agua"
El catedrático y director del Laboratorio de Climatología de la UA se muestra muy crítico con la politización visceral del debate del trasvase Tajo-Segura y afirma que “hay otras soluciones"
El alicantino Jorge Olcina Cantos es toda una autoridad nacional e internacional en temas como el clima y el medio ambiente, que hoy nos acucian ante un futuro incierto. Catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante (UA). Director del Laboratorio de Climatología de dicha Universidad, asesor y articulista en revistas especializadas sobre el comportamiento del clima, ponente en la Unesco, y probablemente uno de los estudiosos mejor conocedor de los trasvases y en general del tratamiento de agua: desaladoras, desalinizadoras etc.
Hoy lo entrevistamos en ESdiario. El profesor carga contra los políticos y su falta de entendimiento en temas que son absolutamente vitales para los ciudadanos y necesitan una inmediatez y acuerdos muy por encima de postureos e ideologías.
P – Otra vez con la matraca (por el momento dialéctico-política) del trasvase Tajo-Segura. Comunidades autonómicas y gobiernos enfrentados, agricultores en pie de guerra si cortan el grifo en cabecera de los pantanos manchegos, vergeles que pueden volver a ser eriales, miles de puestos de trabajo millones de euros perdidos...
R- Y mucha demagogia por una parte y otra, con acciones populistas y sin argumentos científicos. Porque aquí se olvida lo más importante: el clima, las lluvias en la cabecera del Tajo ya no son las mismas que hace medio siglo y las aportaciones posibles al trasvase son cada vez menores. Este es el asunto principal del debate. Y ante esto, la política tiene que sentarse a buscar soluciones reales y a corto plazo.
– Usted ha participado en varios foros y congresos promovidos por gobiernos autonómicos y diputaciones. ¿Papel mojado, o imposibilidades políticas?
Imposibilidades políticas. La política entendida como servicio a la sociedad, desde el dialogo continuo entre parte, debería ser el motor para la solución de problemas de Estado. Pero vemos que no es así. Y cada dos por tres surgen los problemas. El tema del agua no se solucionará en España mientras los grandes partidos de Estado no se pongan de acuerdo, mientras lo sigan utilizando unos y otros como arma electoral.
– Esta vez los socialistas y sus socios en el gobierno valenciano han optado por, cuando menos, mantener el caudal y tiempos regulados del trasvase. Pero un decreto desde Madrid puede llevarlo al traste.
Pues debería explicarse bien porque una decisión así supone repercusión económica importante para el sureste ibérico. En temas de agua lo más importante es la transparencia y la comunicación constante y sincera entre las partes implicadas. Y esto ha faltado en esta ocasión.
Soluciones hay, pero hay que sentarse a discutirlas
– ¿Qué puede pasar si se recortan los aportes del Tajo al Segura de 38 a 27 hm³ mensuales?, ¿no se está provocando un guerracivilismo larvado, o cuando menos una cierta animadversión entre comunidades autonómicas?
Seguramente es una decisión justificada técnicamente, pero no se ha explicado ni se ha consensuado. El agua es un tema de Estado y una cuestión que levanta pasiones. Sólo desde el dialogo constante y el acuerdo se puede gestionar bien. ¿Se han buscado soluciones para sustituir los caudales que dejan de llegar? Esa es la cuestión.
– Desde 2015 no se ha vuelto a hablar del otro gran trasvase español: desde el Ebro pasando por el sur de Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Almería. Ese caudal aliviaría al Tajo como vasos comunicantes regulables. ¿Perdimos la oportunidad o todavía se podría retomar como ya intentara la II República española?
Ese trasvase era ambientalmente inviable. Y políticamente más. Da igual que gobernara la izquierda o la derecha. Ese trasvase nunca se hubiera podido hacer. Por tanto, hay que buscar soluciones reales y en el corto plazo que aporten agua para la agricultura en cantidad y precio asumible. Soluciones hay, pero hay que sentarse a discutirlas. En un contexto de cambio climático, donde las previsiones están señalando una disminución de precipitaciones en muchas regiones de España, los trasvases en lugar de solución se convierten en un problema, porque deja de haber caudales para trasvasar. Se generan expectativas que no se van a poder cumplir.
– ¿Qué me dice del tan cacareado como ahora injustificadamente detenido trasvase del Júcar al Vinalopó?
Pues que es un ejemplo del despilfarro vivido en este país. Se cambió un trazado, con una inversión millonaria ya ejecutada. Y una vez acabado en su estado actual, no funciona. Sin palabras.
– Los agricultores sostienen que el agua de las desaladoras, desalinizadoras, depuradoras etc. son estupendas para baldear calles y otros servicios, pero que carecen de nutrientes para el regadío.
Pero hay soluciones para ello. ¿O es que no se aportan nutrientes en las aguas de ríos, acuíferos o trasvase, para mejorar las producciones agrarias? El problema principal de las aguas desaladas no es ese, sino el precio que tienen y que sigue siendo elevado para uso agrario. De ahí que haya que buscar soluciones de financiación para esas aguas con fin agricola ya.
– No sé si habrá hecho el cálculo de cuánto cuesta elevar 1 m³ de agua desalinizada desde la costa, pongamos por caso, al campo de Villena, y ya no digamos a las Foias.
Nadie ha planteado eso. Seguramente el Alto Vinalopó o las Foias son las comarcas más autosuficientes en materia hídrica, si hablamos de recursos y consumo propio. Otra cosa son los recursos que se extraen de ellas, especialmente del Alto Vinalopó para llevarlos a otras comarcas. Que yo sepa nadie ha planteado que se lleve agua desalada desde la costa al Alto Vinalopó. Otra cosa es que la costa empleé en mayor volumen el agua desalada para disminuir la presión sobre los recursos subterráneos del Alto Vinalopó, de manera que esas aguas puedan usarse allí.
Llueve menos y de forma más intensa, a base de trombas que son poco aprovechables
– ¿La pandemia ha podido modificar en algo el cambio climático gracias a los parones industriales y de vertidos?
Mejoró puntualmente, en las semanas de confinamiento básicamente, la contaminación atmosférica y del agua en ríos y costas. Pero las emisiones de 2020 volvieron a batir un record en todo el mundo, con lo cual ese parón de actividad no ha tenido efecto ninguno para frenar el proceso de calentamiento climático.
– ¿Ya no llueve como antes?
Y es especialmente notable en el litoral mediterráneo. Llueve en general menos, aunque hay matices comarcales, y llueve de forma más intensa, a base de trombas que son poco aprovechables porque no tenemos las ciudades preparadas para ello. Este es el gran reto urbano de las próximas décadas: preparar las ciudades para la nueva manera en que está lloviendo por efecto del calentamiento de las aguas de nuestro mar Mediterráneo.
– No es que quiera ponerme apocalíptico, pero según el criterio de los expertos, ¿se prevén en los próximos años las DANA (depresión aislada a niveles altos) gotas frías o como queramos llamarles a esas tormentas del Levante que arrasan vida y haciendas?
Así es. Es lo que ya se está notando y lo que señalan los modelos para las próximas décadas. Por tanto, hay que prepararse. No es cuestión de lanzar mensajes apocalípticos, sino de saber lo que nos puede ocurrir y trabajar para minimizar su impacto. El cambio climático es una oportunidad para hacer mejor las cosas, para mejorar nuestra relación con el medio ambiente. Si no lo entendemos así, estamos perdidos.
– Según usted, que se dedica a las mediciones exactas de los pluviómetros, hemos tenido la primavera con más agua desde hace más de 20 años, ¿cómo se presenta el verano?
Los modelos estacionales nos señalan un verano bastante cálido. Aunque esto empieza a ser una pauta desde el año 2000, debido a que nuestro mar Mediterráneo se está calentando anormalmente desde 1980 y esto tiene como efecto que en los meses cálidos del año se multipliquen los días y sobre todo las noches cálidas. El dato positivo es que con las lluvias acumuladas en lo que llevamos de año hidrológico tenemos garantizadas las demandas hasta final de año.
– La ministra Celaá no quiere repetidores/as, ¿qué piensa de esto un catedrático de universidad?
Es un debate más profundo. Tenemos que formar a las generaciones que van a trabajar y dirigir este país en el presente siglo. En un mundo cambiante, tecnológico, ambientalmente sostenible y con el problema grave del calentamiento climático...Es un escenario complicado pero apasionante para la docencia. Seguramente importarán menos los contenidos como tal, y más la explicación de herramientas que ayuden a pensar. Esto es lo importante. He conocido a repetidores que son excelentes trabajadores o empresarios en la actualidad. El problema de la nueva Ley de Educación es que, como en el tema del agua, se ha aprobado sin consenso. Y tarde o temprano vendrán los problemas.
– Ahora mucho ex (Rector, vice, decano, etc.) se buscan o inventan un chiringuito tecnológico o de proyecciones futuras para sus bucólicas prejubilaciones. ¿Qué piensa hacer cuando desde la universidad?
Si las nuevas dedicaciones suponen investigación y transferencia para la universidad están justificadas. En mi caso, me gusta dar clase, leer, escribir, investigar, divulgar. No sabría hacer otra cosa.